Daniel Passerini aprovechó el guante tirado por Rodrigo de Loredo para recuperar una iniciativa dialéctica que hasta aquí había ejercitado para marcar diferencias con el gobierno de Javier Milei, más que para batirse en duelos verbales con la oposición. Voces del Palacio 6 de Julio salieron a responder al diputado, quien había acusado por “vender humo” al intendente de Córdoba.
La coordinada contraofensiva apuntó a distintos frentes, pero mantuvo en el centro al dirigente radical, uno de los principales referentes de la oposición provincial al Partido Cordobés que lideran Passerini y el gobernador Martín Llaryora.
Más allá de la réplica, la elección del objetivo no fue casual. El oficialismo percibe a De Loredo como errático en el liderazgo de su equipo, “desubicado” en el tablero político y cree encontrar en él un rival a la medida de sus necesidades.
Por qué eligen a Rodrigo de Loredo
El primer estiletazo fue para recordarle al diputado su pertenencia a la UCR, fuerza que administró la ciudad por dos períodos consecutivos, inmediatos a la llegada de Llaryora. Las administraciones, en manos de Ramón Javier Mestre gozan de mala reputación en la sociedad, evoca el peronismo.
Por encima de la histórica rivalidad entre ambos dirigentes, las conveniencias retóricas los ubicaron como partes de un mismo proyecto, plasmado en 2019 cuando uno fue candidato a gobernador y el otro a intendente.
En ese mismo camino, Juan Domingo Viola, el primero en saltar al ágora virtual, recordó que el municipio debe pagar aún el endeudamiento contraído por la última intendencia radical. El secretario de Participación Ciudadana también enrostró a De Loredo cercanía con el gobierno de Milei. Necesaria contracara de una gestión que declama por un Estado presente, a la administración nacional la acusan por quitarle a los cordobeses el fondo compensador del transporte.
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Sobre similares objetivos golpeó Rodrigo Fernández, quien además apeló a la carta de pertenencia territorial, tan cara al discurso público del Partido Cordobés.
El secretario de Gobierno, muy afín al intendente, acusó a De Loredo de no “defender a Córdoba”. Retenciones al agro, tarifazos y poda de subsidios al transporte fueron los ejemplos citados.
“Sorprende que salga a pegarnos así, de golpe. Las gestiones de los gobiernos radicales fueron las peores. Generaron deuda y quebraron el transporte, dos herencias pesadas”, dijeron desde su entorno.
La estrategia de Daniel Passerini
La sucesión de réplicas al jefe del bloque radical en la Cámara de Diputados incluyó un carpetazo a su pasado como concejal para vincularlo con Rubén Daniele, el histórico líder del Sindicato de Empleados Municipales que por estas semanas ha endurecido reclamos.
Además de recordarle una votación del Concejo Deliberante en que se aprobaron recortes a remuneraciones de los trabajadores, al inicio de la gestión Llaryora, los funcionarios subrayaron coincidencias discursivas. “Hay mucha similitud de sus manifestaciones con las del SUOEM. Esa sociedad quedó claramente expuesta cuando hubo que reducir horas laborales para acomodar el gasto y él se ausentó”, recordó Fernández.
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La vinculación también permite anudar hilos críticos desatados al cierre del año. Tanto el referente gremial como el exlegislador provincial habían puesto bajo la lupa presuntas inconsistencias en el manejo de los recursos del municipio. Ubicar a ambos en una misma línea analítica no opera como prueba, pero revalida la estrategia de presentar a los rivales como porteadores de un pasado al que no se puede volver.
El mismo concepto fue usado para sacudir el sinuoso lazo que mantiene De Loredo con Luis Juez, su socio político en Juntos por el Cambio. “Rodrigo ha dicho que la gestión de Juez había sido una catástrofe. Pero después terminó haciendo una sociedad política. Contestar a uno u otro es lo mismo, porque son lo mismo”, dicen desde el Palacio 6 de Julio.
Aire en la interna del PJ de Córdoba
Las parrafadas permitieron al gobierno municipal mostrar unidad luego de semanas de intenso repiqueteo de una temprana interna por la sucesión, especialmente entre los peronistas de pedigrí y los asociados al Partido Cordobés.
El adversario ante el cual se cuadró la tropa ofrece otro flanco propicio para unificar discursos: es el mismo dirigente al cual derrotaran hace sólo 18 meses.
Alejandra Vigo, Daniel Passerini, Martín Llaryora
Alejandra Vigo y Martín Llaryora tienen jugadores propios para la puja por la sucesión de Daniel Passerini.
Las mismas voces le señalan un tránsito errante, al que presentan como contracara del sendero de continuidad que pulen "Martín y Daniel" como hombres fuertes del renovado cordobesismo.
“Está desubicado. No se sabe si es radical, si está con Juez o es de Milei. Tampoco sabe si quiere ser candidato a gobernador o a intendente. Ha sido siempre así: no se ocupa de manera responsable del lugar y los cargos que tiene”, sentencia una voz cercana a Passerini.