Lo acribillaron policías de civil después de que el diputado libertario llamara a ejecutar a tiros a quienes delinquen y de que lo respaldara Javier Milei.
Matías Paredes.
José Luis Espert, con respaldo de Javier Milei para llamar a ejecutar a personas que cometen delitos.
José Luis Espert, el diputado libertario que propone "llenar de agujeros a balazos" a las personas que delinquen, podría haber elevado a la categoría de héroes a los cinco policías de la Bonaerense que acribillaron a Matías Paredes en Mar del Plata porque lo habrían confundido con el asesino de un quiosquero. Detalle: el pibe, de 26 años y padre de una nena de tres, no había cometido ningún delito.
Este jueves, Paredes, que trabajaba de albañil, venía con dos amigos de la presentación de la nueva camiseta de Alvarado. A la 1.30, el Fiat Palio en el que viajaba fue interceptado por cinco policías vestidos de civil en una esquina del barrio Bosque Grande, en sur de La Feliz. Los efectivos, supuestamente persiguiendo al asesino del comerciante Javier Vázquez, asesinado en un asalto tres dias antes, descargaron una impresionante balacera sobre el coche. Matías iba en el asiento de atrás y recibió tres disparos de arma de fuego. Como pide Espert, lo llenaron de agujeros a balazos. Murió en el acto. Una tragedia estremecedora.
La ejecución de Paredes ocurrió dos días y un par de horas después de que, en una entrevista que concedió a la señal Todo Noticias el martes por la noche, Espert alentara a las fuerzas de seguridad o a quien sea, porque no especificó a quiénes se lo pedía, a "llenar de agujeros a balazos" a quienes cometen delitos y, además, "colgarlos en la plaza" para disuadir a potenciales delincuentes. Es el argumento que justificaba las ejecuciones públicas, una ceremonia casi extinguida en el planeta, donde brilla como excepción el régimen talibán que gobierna Afganistán.
Al día siguiente de realizar esas declaraciones, que ratificó ante el interés del periodista Jonathan Viale por saber si el diputado hablaba en serio, el presidente Javier Milei recibió a Espert en la Casa Rosada. El diputado, que escaló hasta niveles nunca vistos su retórica incendiaria para asegurarse la cabeza de la lista de postulantes bonaerenses de La Libertad Avanza a la Cámara de Diputados, no perdió el tiempo y publicó en la redes la selfie que se sacó con el mandatario, señal del respaldo presidencial.
El caso es el colmo de la Doctrina Espert, una aberración, por supuesto, incluso si los verdugos acertaran a "llenar de agujeros a balazos" a personas responsables de delitos gravísimos en un país que derogó la pena de muerte -incluso la que podía determinar un tribunal en el marco del debido proceso- hace más de 40 años y que, por haberlo hecho, no puede reinstaurarla porque se lo prohíbe el Pacto de San José de Costa Rica, una convención internacional que tiene rango constitucional en Argentina.
¿Los policías que acribillaron a Matías Paredes actuaron cebados por la arenga de Espert? No se sabe. ¿No actuaron cebados por la arenga de Espert? Tampoco se sabe. Lo que sí se sabe es que la violencia alentada desde la cima del poder consagrado por la institucionalidad legitima las réplicas de esa violencia que se produzcan en el llano de la sociedad.
Por eso, si insisten en promover la ley de la selva, Espert y Milei serán responsables de convertir a las calles de Argentina en una guerra.