El PRO le adelantó a la Casa Rosada su rechazo porque interfiere en las negociaciones por la fusión. La idea tampoco prende en la UCR. El peronismo, clave.
Javier Milei y Guillermo Francos.
A tan sólo dos semanas que terminen las sesiones ordinarias, y en el medio de las frenéticas negociaciones por el Presupuesto 2025, Javier Milei decidió meterse en une nueva batalla legislativa: insiste con eliminar las PASO y ajustar el financiamiento a los partidos políticos, una doble maniobra que en la Casa Rosada es leída como un gesto a los gobernadores peronistas, frente al rechazo explícito que manifestó el PRO de Mauricio Macri a la idea.
El proyecto, sobre el que viene trabajando la mesa chica presidencial desde hace varias semanas, será firmado por Milei apenas regrese de su viaje por Estados Unidos. Por eso, se espera que ingrese la próxima semana a la Cámara de Diputados, a escasos días de que finalicen las sesiones ordinarias y muy cerca de que comience a correr el calendario que fijó la Justicia Electoral. Como adelantó Letra P, el proyecto será parte del temario de extraordinarias.
Fuentes inobjetables de la Casa Rosada le dijeron a Letra P que, con el objetivo de poner eliminar las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias para 2025, ya comenzaron una serie de conversaciones informales con algunos líderes de la oposición para aprobar el proyecto a tiempo de cumplir con el calendario electoral.
"El peronismo nos va a acompañar", sostuvo la misma voz libertaria, que reconoció, en paralelo, que hasta ahora no lograron convencer al PRO ni a la UCR, dos aliados naturales a LLA en el ámbito legislativo.
En la Casa Rosada apelan al archivo. Wado de Pedro, por entonces ministro de Interior de Alberto Fernández, arrancó un operativo clamor en sintonía con esta propuesta que ahora impulsan los libertarios. A diferencia del argumento económico que enarbola el gobierno de Milei, el actual diputado de Unión por la Patria había dicho que "las discusiones internas se tienen que dar dentro de los partidos políticos".
Tanto el peronismo antes, con un operativo al que luego se sumó Sergio Massa poco antes de ser candidato presidencial de UP, como esta administración libertaria, apelan al interés de los gobernadores para eliminar las PASO. La lectura compartida en los distintos oficialismo es que las primarias costeadas por el Estado terminan beneficiando a las oposiciones, ya que las usan para dirimir sus internas. En cambio, sin este mecanismo, la oposición iría a las urnas más atomizada y con una mayor dispersión del voto.
No es algo que emocionaba entonces al PRO y menos ahora. Desde el llano, el partido amarillo depende de la gestión nacional de unas internas como red de contención ante una fusión con LLA que Macri rechaza. Sin PASO, el expresidente deberá apurar una definición carente de grises: se alía al oficialismo en una coalición o lo enfrenta en las urnas generales.
Hasta ahora el macrismo tiene la posibilidad de competir de manera interna con LLA en aquellas jurisdicciones en las que tiene una mayor influencia, como la Ciudad de Buenos Aires, Entre Ríos o Chubut.
No es la primera vez que el gobierno libertario intenta instalar la eliminación de las PASO en la agenda política. De hecho, era uno de los principales caballos de batallas de Lisandro Catalán, el vicejefe de Gabinete de Interior que se mueve bajo la estricta tutela de Guillermo Francos. Formó parte del extenso texto de la ley Bases original, pero quedó en el limbo.
Hace poco, el presidente de la comisión de Presupuesto, José Luis Espert, buscó sacar la idea del freezer en medio del tire y afloje financiero con la oposición por la ley de leyes. El anuncio al final se suspendió: el diputado tenía previsto comunicar que los recortes sobre la eliminación de las PASO y la modificación del financiamiento a los partidos políticos se giraran de manera directa para financiar a las universidades públicas.
Enterado por trascendidos, la propuesta irritó al PRO, no sólo porque el oficialismo no le adelantó el anuncio, sino también porque lo ponía en un lugar político incómodo, por su público rechazo a la eliminación de las primarias.
Como sea, sin golpear las puertas del macrismo ni del radicalismo, el encargado de ir a rosquear ambos proyectos con el justicialismo es Catalán, el funcionario que mayor diálogo tiene con los gobernadores y con sus representantes en ambas cámaras del Congreso.
Los argumentos técnicos del proyecto los brindó este viernes Manuel Adorni en una conferencia - sin preguntas de la prensa acreditada - que fue organizada con apenas unos minutos de anticipación. El encargado de la comunicación oficial recordó que en 2023 el Estado gastó $45,445 millones para organizar las PASO y que, entre las generales y el ballotage, el electorado tuvo que trasladarse en tres oportunidades para ejercer su derecho a votar.
Pese a este despliegue electoral, el vocero presidencial recordó que desde la implementación de las primarias en 2011 hubo sólo diez partidos políticos que dirimieron sus diferencias internas para la categoría presidencial, de los cuales cerca del 40% no logró siquiera alcanzar el umbral del 1,5% para poder participar de las generales.
Por eso, más allá de la lectura política, que significa un gesto a los dueños de los votos en las distintas provincias, el argumento económico es el principal impulso de Milei para enviar el proyecto. De hecho, la idea se combina bien con el segundo anuncio que realizó Adorni, que tiene que ver con modificar la ley orgánica de los partidos políticos para ajustar su financiamiento.