El Frente Renovador ya empezó a discutir la estrategia para posicionarse en la pelea en el peronismo por la lapicera para las listas legislativas en 2025. El partido pone el juego el 40% de su tropa legislativa el año que viene y los principales nombres del espacio, Sergio Massa y Malena Galmarini, parecen forzados a jugar una candidatura.
En medio de la interna en el PJ y los chispazos entre el kirchnerismo y Axel Kicillof, los diez diputados del massismo que forman parte del bloque de Unión por la Patria (UP) plantearon días atrás una advertencia sobre la posibilidad de dejar el espacio ante una fractura sin retorno por la elección partidaria y la pulseada entre Cristina Fernández de Kirchner y Ricardo Quintela, que, como contó Letra P, se resolvió este viernes por la vía judicial.
La marca del Frente Renovador
Aunque esa posibilidad parece hoy lejana, la amenaza de salida sirvió al FR para marcar la cancha en una interna que consideran ajena y perjudicial para todo el peronismo. En las sombras, Massa transmite ese mensaje en sus habituales conversaciones con el gobernador bonaerense y con CFK.
El exministro de Economía intenta posicionarse como el garante de la unidad con el mensaje de que es posible derrotar al oficialismo en las elecciones legislativas del año que viene, pero sólo si la alianza no estalla por los aires.
Puertas adentro, el massismo está decidido a proteger su marca dentro del peronismo y a defender con uñas y dientes su peso dentro del armado para no retroceder en la cantidad de bancas que controla en la Cámara de Diputados y en la Legislatura bonaerense.
Malena Galmarini junto a los referentes del Frente Renovador en Córdoba
Malena Galmarini junto a los referentes del Frente Renovador en Córdoba
Dentro del bloque de Unión por la Patria
El año próximo vencen los mandatos de cuatro de los diez miembros del massismo en la cámara baja: Daniel Arroyo, Mónica Litza, Micaela Morán y Marcela Passo. Seguirán en sus bancas hasta 2027 el presidente del partido, el santafecino Diego Giuliano, además de Cecilia Moreau, Ramiro Gutiérrez, Pablo Yedlin, Blanca Osuna y Jorge Araujo.
El peso de la pelea en Buenos Aires es clave. De los diez diputados actuales, solo tres (Giuliano, Yedlin y el fueguino Koky Araujo) no son de este territorio. Por eso, Massa intenta posicionarse como el dueño de la llave de la gobernabilidad de Kicillof, haciendo jugar a su tropa en la Legislatura bonaerense en un permanente zigzagueo entre tensión y acuerdos con la Gobernación.
Massa le transmitió a Kicillof en sus últimos encuentros su preocupación por el impacto de la interna. El líder del FR está convencido de que el gobernador se equivocó al apurar su enfrentamiento con CFK en las horas más calientes de la interna. Ahora pide concentrarse en la gestión bonaerense, de la que el Frente Renovador es socio, aunque menor.
Renovación 2025
Para la renovación 2025, primer paso para la reconstrucción del peronismo con miras a 2027, el massismo está obligado a jugar fuerte. Y aunque Massa repite que no quiere volver a ser candidato, todas las miradas de sus bases apuntan hacia él. "Hoy no se descarta ningún escenario. Veremos cómo se ordena la interna", dicen en el Frente Renovador.
Si no es él, será Malena Galmarini. La extitular de Aysa se mueve por las provincias del país trabajando en el armado propio del Frente Renovador.
La posibilidad de que el nombre de Massa esté en la boleta de Unión por la Patria el año que viene todavía parece lejos de la discusión. En el massismo por ahora piden concentrarse en discutir qué estrategia se planteará en terreno bonaerense en términos de reforma electoral a partir de la sanción de la ley de Boleta Única de Papel (BUP). "Esa es la discusión que no estamos viendo por estar distraídos con la interna", reprochan en las usinas massistas.