Desafiados en sus liderazgos, los dos expresidentes diseñan sus tácticas de supervivencia. Macri tuvo que ponerse al frente del PRO para contener el desbande y las fugas hacia el espacio libertario, que ya se quedó con parte de su electorado y ahora va por sus dirigentes. Es posible que hasta deba someterse a la tarea de competir por una banca en el Congreso para evitar la extinción total y preservar su bastión, la Ciudad de Buenos Aires.
Cristina enfrenta la rebelión en el territorio que domina, la provincia de Buenos Aires. A pesar de su coronación como presidenta del Partido Justicialista (PJ) y de que se erige como principal opositora a Milei, la expresidenta siente el desafío de los propios que piden pista para la renovación, encabezados por su hijo político, Axel Kicillof. La interna derrama sobre todo el peronismo y pone en crisis su conducción.
Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/MileiEmperador/status/1884992384225739232&partner=&hide_thread=false
A pesar de los mensajes amigables que el Presidente y el ex cruzaron durante enero, la hostilidad política escaló. Esta semana, tres legisladores que responden a Patricia Bullrich rompieron el bloque Vamos por Más, que responde a Jorge Macri, para sumarse a LLA. En diciembre, ya habían votado en contra del Presupuesto que envió el jefe de Gobierno. Pero el movimiento de los legisladores se formalizó este miércoles, minutos antes de que Macri encabezara una reunión de mesa ejecutiva del PRO.
Ya a mediados de enero, Milei se había robado al primer intendente macrista, Diego Valenzuela, que anunció su salto hacia LLA. Valenzuela tiene una relación de larga data con Milei. Fueron compañeros en la Universidad de Belgrano. Quiere ser candidato a gobernador.
En el PRO dicen que las fugas no son masivas como el oficialismo pretende instalar. A Valenzuela no lo cuentan en el esquema macrista desde “hace un año”. Tampoco a los bullrichistas. El Gobierno busca llevarse a dirigentes. Entre otros, apuntan a los intendentes Ramón Lanús (San Isidro) y Guillermo Montenegro (General Pueyrredón) y a los diputados Cristian Ritondo y Diego Santilli. El Colorado sueña con ser candidato de una lista de unidad entre el PRO y LLA en territorio bonaerense, pero no estaría dispuesto a irse al mileísmo. Los intendentes también tienen reparos. Ven que, "en los municipios donde gobierna el PRO, los concejales de LLA votan con el kirchnerismo", en su contra. La sociedad no cierra.
En ese contexto, la figura de Macri aparece como dique desesperado de contención. En el PRO entienden que el objetivo final de LLA es cerrar el pase individual de dirigentes y desplazar a Macri de la conducción de un espacio de derecha. Por eso, aunque durante años hizo saber que no tiene interés en la tarea legislativa, el expresidente ahora se muestra “disponible” para ser candidato a senador por la Ciudad y para hacer campaña en todo el país. A partir de febrero empezará a moverse por los distritos. En el PRO creen que, con Macri activo, “será más difícil que algunos dirigentes se vayan”.
Con las encuestas del PRO sobre la mesa
Puertas adentro, el oficialismo descarta una negociación de cúpulas en los términos que sueña Macri. De concretarse una alianza con el PRO, en LLA imaginan algo “como hacía Marcos Peña, que repartía lugares en las listas según lo que medían en las encuestas”. Si la mecánica fuera esa, el PRO tendría un destino fatal en algunos distritos. En la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, el sello amarillo mide entre cuatro y siete puntos. Por ahora, el acuerdo parece lejano.
En la Ciudad, donde el PRO reina hace 18 años, los números son más parejos. Pero LLA asedia y el macrismo necesita revalidar su hegemonía. Jorge Macri fue el primero en advertirlo. Como el resto de los gobernadores, anunció el desdoblamiento de las elecciones locales y hasta amenazó con una eventual candidatura nacional de su primo para defender su bastión. Para LLA fue una declaración de guerra.
El plan para dejar en evidencia a LLA
Mientras despliega sus ofertas públicas de acuerdo, el PRO piensa las alternativas para explicar el eventual fracaso de las conversaciones. “En todo caso, que digan ellos por qué no hacen un acuerdo con nosotros”, apuntan en la cúpula macrista.
El armado de la narrativa tiene un desarrollo. Comenzó con la diferenciación pública en materia institucional, con la caída de la ley de ficha limpia. El oficialismo juró reflotarla, pero admite en privado que no se aprobará. Hubo otros señalamientos, como el reclamo público por la falta de aprobación del Presupuesto.
El discurso homofóbico de Milei en Davos pudo haber abierto otra puerta. El tema se trató en la última reunión de comité ejecutivo. Macri dio libertad de acción en las declaraciones. Algunos dirigentes comprometieron su asistencia a la marcha antifascista del sábado. Jorge Macri remarcó que la Ciudad celebra la diversidad.
Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/ProCiudadBsAs/status/1883524446583189996&partner=&hide_thread=false
En la plana mayor del partido se señaló que el discurso de Milei empezaba a marcar “cuál es la verdadera identidad de LLA”. Piensan que no se trató de un error de cálculo, sino de una línea que tuvo otros hitos como el acto de estética fascista que encabezaron Agustín Laje, Agustín Romo y Daniel Parisini –Gordo Dan-, en San Miguel, y encontró su corolario en Davos.
En el PRO hay voces que muestran cierto interés por empezar a remarcar diferencias en ese campo. Dicen que la línea liberal de centroderecha que encabeza Macri no comulga con el fascismo. Podría ser una alternativa para volver a conquistar al votante decepcionado de Milei.
Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/proargentina/status/1884987678237606162&partner=&hide_thread=false
La rebelión de Axel Kicillof
Aunque el peronismo no tiene una crisis de identidad opositora, a Cristina también se le dio vuelta el reloj de arena. La expresidenta consiguió hacerse del PJ, pero quedó golpeada en su liderazgo por el movimiento rebelde que asoma en su bastión, la provincia de Buenos Aires.
Kicillof decidirá en las próximas semanas si avanza en el desdoblamiento de las elecciones bonaerenses, como el resto de los gobernadores hará en sus distritos. Quedará habilitado para definirlo una vez que el Congreso apruebe la suspensión de las PASO nacionales. Cristina ya dijo claramente que se opone a esa decisión.
El motivo, según el entorno de la expresidenta, es estratégico. Dice que el desdoblamiento habilitará la discusión sobre temas locales y que eso perjudicará a Kicillof cuando se aborden cuestiones sensibles como la inseguridad. Esta semana se vio con nitidez que el tema está en el candelero. Enero mostró una escalada en la publicidad de casos de robos y muertes en el conurbano. Una confirmación de la profecía cristinista.
Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/jorgeferraresi/status/1884390876564087192&partner=&hide_thread=false
No es el único motivo de la expresidenta para evitar el desdoblamiento. Las encuestas muestran que Cristina sostiene el liderazgo en la provincia de Buenos Aires, pero también sufre un incipiente degaste entre sus propios votantes, que piden apoyo para Kicillof como heredero. El peronismo unido mide cerca de 40 puntos en la madre de todas las batallas. En UP hay encuestas que muestran que las preferencias de ese electorado se reparten en partes casi iguales entre quienes apoyan al peronismo de la expresidenta y los que bancan a Kicillof.
El gobernador se siente fuerte y piensa en la construcción de su candidatura nacional. Muchos actores por fuera del kirchnerismo esperan su definición para medir el tamaño de su liderazgo. El desdoblamiento será una declaración de guerra.
CFK, la ordenadora
Con el desdoblamiento la provincia entraría en una dimensión desconocida. Por un lado, se eliminaría definitivamente la influencia de las candidaturas nacionales en la elección local. Es impredecible cuánto afectará en el resultado de los distritos. Los intendentes presionan. El desempeño del peronismo también dependerá de lo que tenga enfrente. Es decir, de si LLA y el PRO llegan a un acuerdo. En el macrismo aseguran que esa sociedad llevará a UP a la derrota.
A su vez, la lista de diputados nacionales –que podría encabezar la expresidenta- perderá la movilización de las estructuras distritales. ¿Cristina las necesita? Es sabido que, una vez que se resuelven las elecciones locales, los aparatos ya no se movilizan de la misma forma para las categorías superiores. Lo padeció Sergio Massa en las elecciones presidenciales, que no consiguió los mismos votos que los gobernadores peronistas a nivel local. Las estructuras estaban “agotadas”.
Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/Letra_P/status/1885145982305808669&partner=&hide_thread=false
La eventual candidatura nacional de Cristina también tendrá otros efectos. Incluso quienes critican su falta de apoyo a Kicillof piensan que su participación electoral sería ordenadora hacia adentro del peronismo. Cualquier otro escenario requerirá de una serie de acuerdos que hoy, con la interna detonada, parecen imposibles.
Como Macri en el PRO, si la expresidenta decidiera jugar, nadie podría hacerle sombra. Pero Cristina también enfrenta sus propias rebeliones. La que encabeza Kicillof y la de otros gobernadores, sindicalistas, intendentes y legisladores que le piden que se ponga por encima de las internas y conduzca al conjunto peronista antes de que Milei consiga su segundo objetivo.