Si efectivamente el gobernador decreta el desdoblamiento de la elección como le pide la tropa propia y no quiere la expresidenta, ambos junto a Sergio Massa, el tercer socio de la frágil coalición bonaerense, deberán definir de qué manera se elegirán los candidatos y candidatas provinciales y municipales en tiempos que ya nadie tendría la potestad absoluta de la lapicera.
En una rueda de consultas realizada por Letra P con dirigentes de todas las tribus peronistas surgen algunas de las opciones que se están evaluando y comenzando a analizar. Si bien no hubo una cumbre entre la expresidenta y el gobernador, cerca de ambos reconocen el tendido de algunos puentes, una comunicación “distante e intermitente” según una de las fuentes, pero diálogo al fin; mientras empieza a instalarse un clima de tregua aparente.
El futuro de las PASO
Todo parece indicar que el gobierno de Javier Milei tendrá el acompañamiento necesario para convertir en ley la suspensión de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en el Senado, aunque tal vez el gobernador tenga que esperar a marzo para tener esa definición del Congreso ya que el peronismo podría retrasar su tratamiento que, en principio, estaba previsto para el próximo jueves.
De suspenderse, Kicillof tendrá que decidir la Legislatura bonaerense que hace con las PASO en la provincia, ya que Buenos Aires tiene su propia ley de PASO que fija que están atadas en fecha a las primarias nacionales. Es un mecanismo que suele servirle más a la oposición que al oficialismo, pero en el caso bonaerense las diferentes tribus peronistas podrían usarlo para zanjar sus diferencias. Igual, hay otros obstáculos.
CFK, Sergio Massa y Axel Kicillof.webp
Aunque nadie confirma qué sucederá en el ámbito bonaerense, todo parece indicar que de suspenderse a nivel nacional, las PASO correrían el mismo destino en Buenos Aires. “Sería lo lógico”, afirmó un funcionario bonaerense cercano a Kicillof a este medio, aunque le patea la pelota a la Legislatura con una chicana: “No nos votaron el presupuesto que era lo lógico así que no podría asegurar que vaya a pasar con las PASO”.
En Buenos Aires, el Frente Renovador presentó su propio proyecto para suspenderlas y La Cámpora prefiere todavía no manifestarse, aunque se opuso a la eliminarlas durante el tratamiento en la Cámara de Diputados.
La suspensión de las PASO favorece el desdoblamiento que pide el kicillofismo. De por sí va a ser complejo para la provincia organizar y financiar por primera vez unos comicios, por lo que tener que hacerlo para dos elecciones sería aún más engorroso.
Mecanismo uno: interna partidaria
Sin PASO, en los diferentes sectores del peronismo comienza a evaluarse la posibilidad de que se lleve adelante una interna partidaria, pero no una megapulseada del PJ a nivel provincial, que varias de las fuentes consideran “inviable”, sino que la futura alianza electoral que conformes distintos sellos defina las reglas para una primaria propia que se podría dar para listas seccionales y municipales.
Existen lugares en la provincia de Buenos Aires donde ya se está planteando abiertamente la exigencia de habilitar algún mecanismo de interna. Como en Morón, donde el sector de Nuevo Encuentro liderado por Martín Sabbatella avisó que competirá con una lista propia contra el intendente, Lucas Ghi. Situaciones similares se dan en otros distritos donde difícilmente puedan ponerse de acuerdo la tropa de Kicillof con La Cámpora.
Martin Sabbatella y Lucas Ghi.webp
En caso de establecerse las reglas para una interna, la clave será cual será el sistema que se utilizará para, tras la competencia, amalgamar las listas que competirán en la elección general. “Si a la minoría le quieren dar el séptimo lugar no sirve para nada”, afirma a este medio un dirigente bonaerense que se sienta en las mesas de negociación.
Mecanismo dos: la vuelta de las colectoras
Sin PASO ni interna partidaria, como contó Letra P, un mecanismo que podría desempolvarse son las colectoras que fueron eliminadas en 2019 por Mauricio Macri y en la provincia por María Eugenia Vidal a y través de un decreto que puede ser revertido a sola firma de Kicillof.
Las colectoras podría servir solamente para dirimir internas municipales, ya que más de una lista podría ir colgada de la misma lista seccional. Para fomentar la competencia tienen a favor que la nómina que supere el 8,33% de los votos ingresará concejales. Por esa misma razón es que los intendentes no quieren su implementación en sus distritos. “Tal vez sea un buen mecanismo para los lugares donde no gobernamos”, dice a Letra P un jefe comunal.
No obstante, hay dudas respecto de lo beneficioso o no de su implementación. Cerca de Kicillof aseguran que falta evaluar con detenimiento el costo y el beneficio ya que también el sistema de colectoras también podrían ayudar a ordenar a la oposición, especialmente para hacer posible una alianza entre el PRO y La Libertad Avanza.
Mecanismo tres: compartir lapicera
Finalmente, el peronismo puede apostar a ponerse de acuerdo y negociar sin que la sangre llegue al río. Una tarea que parece difícil a partir del nivel de conflictividad entre las tribus, pese a que en las últimas semanas se empezó a transitar un clima de pax armada.
Máximo Kirchner, Sergio y Massa y Cristina Fernández
Sergio Massa, rodeado por Máximo Kirchner y CFK.
Para que esa negociación sea posible cada sector tendrá que ceder. Kicillof está plantado en que pondrá nombres propios, por primera vez, en las listas y que las mismas no serán armadas bajo el puño exclusivo de Máximo Kirchner.
El gobernador pretende sentarse en la mesa de negociación con CFK y Massa, además de que haya una silla para los intendentes, aunque la definición sobre qué intendente se sentará en esa silla es otro escollo. ¿Debe ser un alineado con el gobernador o uno de la tropa que apoya a CFK? Hasta la última elección ese lugar había sido ocupado por Martín Insaurralde. Hoy no se avizora un nombre claro que pueda reemplazarlo.
La ruptura
Si todos los mecanismos mencionados anteriormente fallaran solo quedaría la ruptura inevitable: que el peronismo de Kicillof y el de CFK fueran en listas separadas a la elección general. Es lo que fomenta y espera que suceda la Casa Rosada. Según fuentes a las que accedió Letra P, en las usinas estratégicas de Javier Milei están más ocupados en ver cómo fomentar rupturas en el PJ que en llegar a un acuerdo con el PRO en Buenos Aires.
Es por eso que no solo fomentan listas de peronistas díscolos como el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray o el exintendente de Hurlingham, Juan Zabaleta, entre otros, sino que además comenzaron a alimentar la guerra entre CFK y Kicillof a través de influencers libertarios o vocerías informales, ya sea ignorando a uno y respondiendo a otro, o metiendo cuña como lo hizo días atrás la diputada libertaria Lilia Lemoine cuando afirmó que el gobernador “traicionó” a “su madre”.
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Son minoritarias las voces peronistas que consideran la ruptura una opción para reordenarse, aunque se pierdan las legislativas, de cara al 2027. En forma mayoritaria, el peronismo sabe que si va dividido, camina hacia una derrota asegurada, y que eso, no es negocio para nadie.