El mandatario radical confía en alcanzar una mayoría sólida el 13A, pero estima que quedará lejos del millón de votos que logró en 2023. ¿Por qué la baja?
El gobernador Maximiliano Pullaro confía que Unidos ganará la elección del 13 de abril y se alzará con la mayoría de la Convención.
“Con 600 mil votos ya nos vamos contentos”, blanquea, suelta de cuerpo, una persona de confianza del gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro. El gobierno provincial sabe que el mandatario radical y primer candidato de Unidos no va a repetir la elección del millón de votos de 2023 y admite, a la par, que quizás no llegue a la mitad más uno de convencionales.
Los aliados por venir y la fragmentación que se avizora para los comicios del 13 de abril son las claves en análisis.
El gobierno santafesino mide al dedillo y permanentemente el comportamiento de la opinión pública. Hay una suerte de conexión directa entre mediciones y pragmatismo en la figura del mandatario santafesino. Se detectan los intereses de la mayoría y se trabaja en consecuencia.
En ese ejercicio, el gobierno santafesino entiende, por el momento, que el gobernador aventaja por una buena diferencia al segundo, el peronista Marcelo Lewandowski, pero que La Libertad Avanza(LLA), de la mano de Nicolás Mayoraz, viene creciendo y se quedará, más temprano que tarde, con la medalla de plata que entregará la elección del 13 de abril.
En términos de porcentaje, Pullaro se mueve entre los treinta y pico y los 40 puntos. Representa el 60 por ciento de los votos que sacó en octubre de 2023 para alzarse con el trofeo de la Casa Gris. ¿Qué implica que el gobernador pierda unos 400 mil votos en dos años? El número es alto, desde ya. ¿Cuáles son las razones si en las encuestas la imagen positiva de Pullaro ronda el 60 por ciento?
En el gobierno santafesino aseguran no sentirse preocupados porque en 2023 la elección resultó casi un mano a mano con Lewandowski y ahora, en cambio, la opción es más amplia y fragmentada. Además, no existía LLA como competidor en la provincia. El peronismo, a la vez, se partió en tres.
En el análisis se pondera también que una elección legislativa invita al electorado a soltar la mano y optar por opciones que no consideraría en una contienda ejecutiva. En la Casa Gris confían en que si la del 13A fuera una compulsa para elegir autoridades y no convencionales, Pullaro obtendría más puntos y una diferencia mayor sobre sus rivales.
Aún con una merma considerable de votos en dos años, Pullaro puede conseguir el objetivo máximo. Porque el cálculo del oficialismo estima que Unidos para Cambiar Santa Fe rondará el número mágico de 35 convencionales, la mitad más uno de la futura Convención. Si llega, el oficialismo se asegurará todas las reformas que quiera incorporar en la Constitución y la chance de incorporar en el texto la posibilidad de la reelección para el radical.
Si, en cambio, Pullaro no llega a los 35, tiene el as en la manga de los posibles aliados en la Convención. El senador perottista Alcides Calvo puede ser tranquilamente uno de ellos si gana su categoría. Ocurre lo mismo con la boxeadora Alejandra Oliveras. El peronismo, más allá de la cantidad de convencionales que sume, ¿no va a acompañar ningún retoque de la futura Constitución?
Es de esperar que partidos más disruptivos y antipolíticos como LLA y el eje de Amalia Granata rechacen la mayoría o todas las revisiones, pero sería demasiado extraño que esa conducta también la tenga la política tradicional.
La lectura, entonces, resulta singular. De piso, Pullaro puede perder 400 mil votos, pero así y todo conseguir la presea. La apuesta es de enorme riesgo: encarar una reforma constitucional en tiempos donde todo lo que huela a "casta" es castigado. Con todo, el gobierno provincial y Unidos confían que están dadas las condiciones para superar el proceso.
Mientras tanto, Pullaro mantendrá su tono de no campaña y el 28 de marzo, fecha en la cual se verá obligado a cortar los anuncios, inauguraciones y actos oficiales, podrá cambiarle el tono al plan. Algo, no mucho. Porque mientras más desapercibida pase la casta, mejor para la estrategia.