La reciente bajada del exgobernador cordobés Juan Schiaretti al conurbano bonaerense, acompañado por Florencio Randazzo y el intendente de Tigre, Julio Zamora, aceleró movimientos en el universo del peronismo no kirchnerista de la provincia de Buenos Aires, que intenta ordenarse atrás de una alternativa electoral competitiva para 2025.
Zamora, y una banda de actuales y exintendentes con inserción territorial en el gran Buenos Aires -como Fernando Gray (Esteban Echeverría) y Juan Zabaleta- se mueven intentando convertirse en la pata bonaerense del peronismo de Córdoba, en paralelo al recorrido de Randazzo y otros de los pesos pesados del peronismo no K locales, como Emilio Monzó y Graciela Camaño. Este espacio está dispuesto a jugar su suerte en la empinada construcción de una alternativa de centro y transversal en el conurbano.
Córdoba en Buenos Aires
Zabaleta y Gray, junto a dirigentes como Facundo Moyano, exdiputado y líder del gremio de Trabajadores de Peajes, trabajan para sumar masa crítica entre intendentes y referentes territoriales unidos por su enfrentamiento con La Cámpora y con sed de revancha, pero a prudencial distancia del gobernador Axel Kicillof.
Durante este año, los bonaerenses consiguieron varias fotos tanto con Schiaretti como con el gobernador Martín Llaryora, que recibió en su provincia a varios de ellos.
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A ese conglomerado se sumó el intendente Zamora, que el año pasado logró retener el distrito después de ganarle una interna a Malena Galmarini, y ahora explora nuevos rumbos lejos del kirchnerismo.
El jefe comunal de uno de los distritos más importantes del norte del conurbano viene afinando su sintonía con Schiaretti, con quien se reúne a conversar desde hace varios meses, y quiere posicionarse como una de las patas del armado en territorio bonaerense.
"Esto es consecuencia de la interna del año pasado", explican cerca de Zamora. En 2023, el intendente se impuso a Galmarini en inferioridad de condiciones, sin poder atar su nombre a la boleta presidencial de Sergio Massa. Para Schiaretti fue un incentivo para terminar de decidir la visita a Tigre que realizó días atrás.
Zamora es un dirigente que el cordobesismo respeta porque "mide bien en las encuestas” y porque antes le arrebató el bastión al exministro de Economía, con el que está "todo mal", como contó Letra P.
Las bajadas a PBA de Juan Schiaretti
Schiaretti repetirá en los próximos meses las recorridas por territorio bonaerense. Si bien el cordobés apuesta a grandes nombres para 2025 en la Ciudad de Buenos Aires -como Martín Lousteau, Horacio Rodríguez Larreta y Elisa Carrió- entiende que el conurbano y las grandes ciudades del interior de Buenos Aires son claves para posicionarse en la elección nacional.
La mira mediterránea también apunta a La Plata, donde desplegará actividad la principal espada política del exgobernador, el diputado nacional Carlos Gutiérrez, que se mueve junto a Federico Martelli, exfuncionario nacional y titular del MUP, que intenta agrupar al peronismo no kirchnerista en la capital bonaerense. La semana que viene compartirán actividad.
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El sector espera que entre diciembre y enero, el exgobernador cordobés repita varias bajadas más a territorio bonaerense para que empiecen a juntar masa crítica. Por eso, en secreto, le prenden una vela a Kicillof y ruegan que el gobernador bonaerense no rompa con el kirchnerismo.
Si se produjera ese divorcio y Kicillof encabezara una opción que enfrente a Cristina Fernández de Kirchner en las urnas, el gobernador se convertirá en un polo de atracción para todo el universo de dirigentes territoriales que quieran disputarle poder a La Cámpora.
Ante ese escenario, creen en este sector, en el medio quedará poco campo fértil donde puedan construir esa alternativa de peronismo de centro con el modelo cordobés como referente.