El eventual pacto, que por ahora no ha pasado de expresiones de deseo de los líderes de cada espacio, no alcanzaría para resolver las diferencias entre los sectores que pugnan por el control del sello, tal como admiten voceras de uno y otro lado de la grieta amarilla. Sin embargo, coinciden, presentaría un horizonte común hacia el que esas mismas facciones podrían volver a caminar juntas, con las elecciones de medio término de este año como primera parada.
En ese mismo trayecto, adhieren, podrían renovar credenciales como socios naturales del proyecto libertario, por coincidencias programáticas y no por oportunismos electorales. La salvedad no es inocua y apunta al plexo de dos antiguos socios a los que sienten cada vez más incómodos: Luis Juez y Rodrigo de Loredo, a quienes ven necesitados de una representatividad que sus propios partidos no garantizan.
“Nosotros no nos movimos del lugar en el que siempre estuvimos: luchando contra el populismo, por la defensa de los valores democráticos, las instituciones y la república. Nuestra posición siempre fue coherente, como lo ha expresado Mauricio”, destaca Soher El Sukaria, principal voz del sector en Córdoba.
Aún sin negar vocación frentista, la mención a esos atributos proyecta una frontera para los radicales con peluca y el juecismo, a los que ven como postulantes forzados al espacio aún por nacer.
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En otras palabras, no sólo sienten cada vez más lejanos a los exsocios en un Juntos por el Cambio al que dan por extinto. También los ven motivados por intereses meramente proselitistas, a bordo de sellos partidarios de limitado peso en el actual escenario.
“No estamos en igualdad de condiciones. Nosotros sabemos adónde vamos y lo demostramos con hechos. Si De Loredo y Juez necesitan un sello distinto al que tienen, porque no les conviene el propio o porque no los distinguen, es cosa de ellos”, dispara una voz macrista blue.
La misma fuente destaca que las coincidencias con La Libertad Avanza incluyen, en rol importante, a Gabriel Bornoroni, ungido por los hermanos Milei como armador del espacio. “Ya trabajamos unidos en el Congreso de la Nación. Lo ayudamos desde nuestra propia experiencia”, sostienen.
Coincidencias con Javier Milei
El sector que se referencia en Patricia Bullrich, referencia amarilla ya integrada al ecosistema libertario y parte del gobierno nacional, también expresa un acuerdo inicial ante un posible alineamiento.
No obstante, relativizan expresiones autónomas emitidas en la provincia y destacan que los lineamientos centrales provendrán desde Buenos Aires. En simultáneo, presumen que un eventual pacto tampoco resolvería la puja por el control del PRO Córdoba. Cabe recordar que Macri pidió la renuncia pública al presidente del espacio local, Oscar Agost Carreño, miembro del bloque Encuentro Federal que lidera Miguel Ángel Pichetto e integra la bancada cordobesista de Martín Llaryora, y luego empujó la intervención del partido.
“Habría un marco general. Luego se analizará por provincia. En Córdoba hay que esperar qué pasa con la intervención de las autoridades locales para ver si es Laura Alonso la apoderada para firmar alianzas”, expresa la diputada nacional Laura Rodríguez Machado.
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Javier Milei y Mauricio Macri ya analizan un futuro juntos para este turno electoral.
Apuntando al estado embrionario de cualquier coalición, otras voces prefieren no tirar por la borda a potenciales socios. Mucho menos a De Loredo y Juez, a los que reconocen una vocación de trabajo articulado con el gobierno nacional. Más aún, destacan que ambos colaboran “desinteresadamente” con Milei.
Las distancias con el peronismo de Córdoba
Desde el mismo sector también toman distancia del proyecto de Partido Cordobés que lidera Llaryora. Rechazando acusaciones de colaboracionismo con el gobernador, lanzadas desde el macrismo, niegan que el Panal esté en su hoja de ruta. “No hay forma, ni ahora ni después”, declaran.
Más enfáticos se muestran sus rivales en la interna, para quienes un alineamiento PRO–LLA obligaría a marcar diferencias con el peronismo. De tal manera, cerraría las vías de cooptación a que apela el cordobesismo. “Acá somos oposición, no deberían quedar dudas”, espolean.
Unos y otras coinciden en que, con la propuesta en estado embrionario, mucho resta por definir. Entre otras cosas, el lugar de Córdoba en el plano de la construcción. Tal definición, como otras, se tomará desde Buenos Aires.
La postura del presidente despedido
Agost Carreño resiste la fusión entre el PRO y LLA. Expresó su postura por redes sociales en clave de presidente del partido, aunque en los hechos, sigue la batalla legal tras la intervención judicial. Laura Alonso es la nueva responsable del PRO de Córdoba, pero nadie ha visto sus actuaciones por ahora.
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"Nuestro compromiso debe ser construir una alternativa sólida que garantice un cambio real, responsable y federal para Argentina. Tampoco quiero que vuelvan los K, pero, antes de anunciar alianzas por redes sociales, debemos preguntarnos si es posible alcanzar un acuerdo político serio", escribió el presidente despedido por Macri.
Agost Carreño lo ha negado mil veces, pero no son pocas las voces que le asignan un juego encubierto para el Partido Cordobés.