De cara a las elecciones porteñas, Horacio Rodríguez Larreta decidió correrse del foco mediático al cual estaba acostumbrado cuando era jefe de Gobierno y eligió el contacto mano a mano con el electorado en una campaña de baja intensidad. A la vez, puntea los votos necesarios para tener una buena elecciónque le dé poder legislativo y visibilidad política.
Durante los últimos meses de 2024 y los primeros dos de 2025, el ex jefe de Gobierno recorrió los barrios de la Ciudad de Buenos Aires y se mostró en público luego de la dura derrota electoral de 2023 a manos de Patricia Bullrich, que lo dejó fuera de carrera hacia la Casa Rosada. Animado por los contrastes entre su gestión y la de Jorge Macri, alimentó las intrigas sobre una candidatura que recién confirmó a mediados de marzo de este año.
En clave austera, la nueva impronta que quiere imprimirle a su figura, y como clave de época, anunció su lanzamiento a través de las redes sociales con un manifiesto titulado "Vuelvo". El texto, en el que sin nombrarlo criticaba a su sucesor en Uspallata, fue la ruptura definitiva con el macrismo. Curiosamente se instaló en la opinión pública porque dijo que en la Ciudad "hay olor a pis".
Más allá de las entrevista que brindó inmediatamente después del lanzamiento de su candidatura, el ex Jefe de Gobierno se retrajo y rompió el silencio de manera muy esporádica, delegando el discurso de su espacio en Guadalupe Tagliaferri, Emmanuel Ferrario y Jorge Telerman, sus compañeros de lista.
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El riesgo de la saturación
En el equipo de Larreta, donde insisten que no hay gurú que conduzca la estrategia, explican que la decisión de dosificar las apariciones mediáticas tiene varios motivos. El principal es la ausencia de un clima electoral: "No vemos que la gente esté pidiendo más campaña, al contrario, vemos que hay bastante indiferencia a las elecciones del 18 de mayo".
Por ese motivo, el equipo de campaña resolvió escalonar su exposición mediática. "Horacio no necesita que lo conozcan, la instalación pública la tiene resuelta. Cuando se decidió a postularse dio un mensaje claro, la Ciudad no está bien y creemos que es un mensaje compartido por todos los porteños", señala el larretismo.
En esa línea, sostiene que el ex alcalde ya dijo todo lo que tenía para decir y que corre un riesgo cierto de caer en "el cansancio general con la política" repitiendo un discurso crítico que le quitaría la cercanía que retiene con los vecinos. "Si el público no se renueva, cosa que no pasa con las audiencias televisivas, se convierte en una repetición discursiva, todo lo contrario a lo que buscamos", dicen en su entorno, aunque queda en el aire la sensación de que su decisión también apunta a preservarse de la pelea discursiva entre los libertarios y el PRO.
Hoy la atención del equipo de campaña está puesta en las recorridas que encabeza el propio Larreta por barrios y comunas en una apuesta por una campaña mano a mano, de baja intensidad. Juran que en las caminatas, que les insumen entre 6 y 8 horas diarias, tienen buena recepción entre los vecinos y que está revalorizada su gestión, aunque aclaran que en sprint final de la campaña se van a intensificar las apariciones mediáticas.
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Los números de Horacio Rodríguez Larreta
Sobre la performance electoral que proyectan para mayo, el comando del ex Jefe de Gobierno transmite prudencia, pero confía en que el nivel de conocimiento le dará un empujón. "Una muy buena elección sería conseguir un resultado de dos dígitos", analiza el equipo de campaña, teniendo en cuenta que ya no cuenta con el aparato ni la financiación que supo tener cuando estaba en las filas del PRO.
El piso de los dos dígitos se traduciría en, al menos, tres bancas propias a las que podría sumarse la de Gimena Villafruela, que ingresó en 2023 por el espacio de Larreta. Las proyecciones parecen confirmarse en las últimas mediciones, que señalan que el ex alcalde tendría un 9% de intención de voto con una proyección de llegar al 12%.