En La Plata, ni una palabra sobre el clamor de La Cámpora para que la exmandataria presida el partido. Modo México y después vemos.
El operativo clamor lanzado por La Cámpora para que Cristina Fernández de Kirchner presida el Partido Justicialista (PJ) agarró al gobernador bonaerense Axel Kicillof haciendo las valijas y subiéndose al avión que lo trajo de vuelta desde México. Este viernes, con la interna planteada por el riojano Ricardo Quintela, el gobernador y su tropa prefirieron el silencio.
En efecto, pese a ser uno de los cinco presidentes que tiene el PJ tras la renuncia de Alberto Fernández al cargo, el mandatario, la dupla que lo acompañó -el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, y la ministra de Comunicación, Jesica Rey- y otros funcionarios y dirigentes cercanos al gobernador evitaron definiciones al respecto.
Hasta el cierre de esta nota, no había habido posicionamiento sobre la interna CFK vs. Quintela en redes sociales ni por ninguna otra vía de comunicación.
Kicillof reconoce a CFK como su jefa política, quien lo guió en el camino hacia la gobernación de Buenos Aires. No obstante, mantiene un fuerte enfrentamiento con el hijo de la expresidenta, el diputado Máximo Kirchner, hace dos semanas en un acto que encabezó en La Plata dio muestras de hasta dónde llega esa interna. El ataque al gobernador fue frontal.
El gobernador K construyó en el último tiempo buena sintonía con Quintela, quien en las últimas horas ratificó que será candidato para presidir el partido para evitar “que se maneje todo con el dedo”.
A principios de agosto durante la jura de la nueva Constitución de la provincia del norte, el bonaerense había sido un invitado estelar. Antes Quintela había compartido escenario con Kicillof en San Vicente al conmemorarse el fallecimiento de Juan Domingo Perón. Todo parecía indicar que le brindaría su apoyo para conducir los destinos del PJ. Ahora todo está por verse.
Kicillof llegó a Ezeiza este viernes por la tarde. Retornaba al país luego de una estadía de cuatro días en México, donde participó de la asunción de la presidenta Claudia Sheinbaum, se reunió con el presidente de Brasil, Lula Da Silva, encabezó una charla magistral, firmó convenios y mantuvo encuentros con funcionarios del gobierno mexicano.
Esa agenda lo posicionó como referencia de la Argentina en la región ante la ausencia del presidente Javier Milei en el país azteca, quien tampoco envió representantes de su gobierno.