La vice estará el viernes en el Festival de Doma y Folklore. La distancia con el Presidente y una visita que desafía a los cautelosos.
Victoria Villarruel ingresando al Festival de Jesús María.
Prensa Municipalidad de Jesús MaríaDicen que siempre uno vuelve a los lugares donde fue feliz. Esa puede ser una de las razones por las que la vicepresidenta Victoria Villarruel reincidirá este viernes en apertura del Festival de Doma y Folklore de Jesús María, 50 kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba. El contexto aportará un nuevo atractivo: la interna con Javier Milei escala.
Ya estuvo allí en enero pasado, oportunidad en la que disfrutó de un baño de multitudes. A menos mes de haber asumido la conducción del país junto al líder de La Libertad Avanza y en plena luna de miel con la sociedad, la presidenta del Senado fue ovacionada por el auditorio y también por anfitriones por demás amigables.
Pero el contexto cambió. Y mucho. Esta nueva escala la encuentra en el peor momento de su relación con el Presidente, que la viene descalificando en público él mismo, y también a través del aceitado aparato de raspaje que el oficialismo activa en redes sociales.
Milei blanqueó que Villarruel hace rato no participa en la toma de decisiones, ni en el equipo de gobierno. Le adjudicó comportamientos cercanos a la casta, por sus quejas respecto a que percibía un sueldo magro: “me pagan dos chirolas”, dijo la vicepresidenta. Este miércoles, arremetió de nuevo con toda contra su excompañera de ruta.
"Creo que ha estado cometiendo una serie de errores no forzados. Ha tenido muchas declaraciones y actitudes que no están en la línea de lo que el 57 % de los argentinos votó (en las elecciones presidenciales de 2023). No está en línea con lo que los argentinos quieren", reprochó el primer mandatario, avalando las interpretaciones respecto de que esa relación política está tempranamente rota y sin retorno a la vista.
Menos diplomático fue el cruce entre Villarruel y la diputada Lilia Lemoine, que integra el circulo mileista puro. La vice celebró el bozal legal que la Justicia le impuso a la diputada para referirse a ella, mientras que la legisladora la trató directamente de “sanguijuela”.
Villarruel está golpeada y lo sabe. Confrontar con Milei no es fácil, ni gratuito para nadie. Por eso mide sus pasos con cautela. En la semana hasta circularon a nivel nacional encuestas que marcan una caída de seis puntos en su imagen positiva.
La visita al Festival de Jesús María puede ser, en ese sentido, un buen termómetro para ver cómo está su relación con la gente. Fuera del mundillo de la propia política, es una incógnita si el ciudadano común registra el nivel de conflicto que atraviesa con el Presidente, y en tal caso, si la gente toma partido o no en esa disputa.
Por lo pronto, este verano su imagen no es ya un imán que atraiga para hacer selfies sonrientes y postear adhesiones. Ningún dirigente cordobés ignora que desde Casa Rosada se activó una gran lupa para registrar quiénes se le acercan a la vice y con qué nivel de simpatía.
En la particular lógica amigo/enemigo que ostenta el Presidente, acercarse hoy a la vice equivale a ponerse enfrente de él y de las “fuerzas del cielo”. Ese desafío casi no tiene voluntarios que quieran exponerse.
Su visita al primer gran festival cordobés de 2025 será una buena forma de descubrir quiénes están dispuestos a hacerlo.