El último informe de Sentimientos Públicos midió el impacto del escándalo que envuelve al Presidente. La honestidad y las consecuencias en la imagen.
Javier Milei con Hayden Mark Davis
Javier Milei, en TN: "No hice nada malo"; "es un problema entre privados".
La última encuesta de la consultora Sentimientos Públicos reveló que más de la mitad (53%) de las 1500 personas mayores de 18 años encuestadas consideró que el presidente Javier Milei fue "cómplice" de la criptoestafa $LIBRA y solo un 24% respondió que "no tuvo nada que ver".
El 44% sostuvo que Milei fue cómplice "para beneficiarse" contra un 9% que creyó en que participó de la estafa "movido por su entorno". Por otro lado, el 23% si bien lo ve como una víctima advirtió que "fue irresponsable".
El 39% cree que el escandalo no tendrá "grandes consecuencias" para el Gobierno, mientras que un 38% se preocupó por los inversores internacionales y alertó que "afectará para mal" su confianza. Un 23% consideró que el escándalo en el mundo de las criptomonedas tendrá "consecuencias negativas en la imagen de Milei".
El 52% de las personas encuestas describió el Libragate como “un tema grave”, mientras que el 17% lo calificó como “importante” y el 31% como “intrascendente”. Entre quienes votaron a Milei en el ballotage, esta ultima cifra sube al 55%.
“El Criptogate tuvo gran repercusión social pero hay una grieta. Dentro de las personas a las que menos les interesa la política nacional, el tema les parece 'grave' solo al 35%. Por su parte, los que apoyaban al Gobierno sintieron el impacto de esta crisis, pero siguen confiando en el Presidente”, analizó el director de Sentimientos Públicos, Hernán Vanoli.
El informe también incluyó una consulta sobre a quién consideran más honesto entre Javier Milei, Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri. El jefe de Estado casi empató con CFK: 46% a 43%, respectivamente. Mientras que al titular del PRO solo lo eligió el 11%.
El apoyo al Presidente es más fuerte entre centennials (18 a 29 años) y la generación X (44 a 55 años), mientras que la expresidenta tiene su base en millennials (30 a 43 años) y Macri en las personas mayores de 55 años.