El gobernador provincializa las inversiones que solían usufructuar los municipios. Más escuelas, menos cordón cuneta. Qué dicen las intendencias afectadas.
Frigerio reperfila la obra pública que se ejecuta con fondos de la CAFESG.
El gobernador Rogelio Frigerio decidió cambiar la impronta de la obra pública que se ejecuta en Entre Ríos con fondos de los excedentes de la represa de Salto Grande. La redefinición contempla redestinar inversiones a obras de injerencia provincial, como escuelas y hospitales, y dejar de financiar trabajos que corresponden a los municipios, como el cordón cuneta.
El trasfondo obedece al mandato del ajuste aplicado por el gobierno de Javier Milei. En tiempos de creatividad financiera, Frigerio encontró en la Comisión Administradora del Fondo Especial de Salto Grande (Cafesg) ingresos millonarios que podrían paliar la ausencia de fondos en otros estamentos oficiales.
La Comisión Administradora del Fondo Especial de Salto Grande se ocupa de administrar los excedentes que ingresan a la provincia por la producción de energía de la represa hidroeléctrica de Salto Grande, ubicada en Concordia. Por ley, esos fondos deben ser destinados al desarrollo regional y no pueden ser afectados a otras zonas que no sean las de influencia de la represa.
En el gobierno explicaron a Letra P que la decisión de Frigerio de cortar con obra pública de índole “municipal” apunta a restituir el sentido provincial de esos fondos. La medida afecta directamente a los departamentos Federación, Concordia, Colón y Concepción del Uruguay, con todas las pequeñas localidades incluidas. Entre los municipios afectados hay intendentes de Juntos por Entre Ríos, como Francisco Azcué, de Concordia, y del peronismo, como José Eduardo Lauritto, de Concepción del Uruguay.
La ley, que data de 1998, sostiene que los fondos que recibe la provincia en concepto de excedentes deben ser destinados a promover el desarrollo regional, a modo de reparación histórica por las consecuencias que trajo en la vida de las personas la construcción de la represa. Ese objetivo, pensado en términos de desarrollo, es una de las grandes deudas todavía sin saldar.
En la Casa Gris justificaron a este medio que el redireccionamiento de las inversiones apunta a ofrecer condiciones de infraestructura escolar digna y hospitales en óptimas condiciones. “Eso también es apostar al desarrollo”, responden ante los cuestionamientos que marcan que esas obras podrían ser ejecutadas con presupuesto provincial.
La primera etapa del plan contempla invertir entre 300 y 400 millones de pesos en cada uno de los cuatro departamentos. Se anunciaron en total unos 1.200 millones de pesos para escuelas y hospitales y se proyectan inversiones futuras en mantenimiento de caminos vecinales y algunas rutas.
La modalidad de trabajar con organismos en lugar de con municipios es novedosa para la historia de Cafesg. Las prioridades de la obra pública ahora surgen en el Consejo General de Educación (CGE) y la dirección provincial de Arquitectura y no tanto de la capacidad de las intendencias de imponer sus demandas.
El presidente de la Comisión es el radical Carlos Cecco. Con 81 años, tiene una larga historia en la política entrerriana. Fue tres veces intendente de Federación, diputado provincial y diputado nacional. Frigerio encontró en él un hombre de confianza, conocedor de las necesidades y demandas de la zona. Es el primer dirigente en conducir el organismo que no viene de Concordia.
Cecco maneja una caja anual para obra pública que alcanza los 5.000 millones de pesos, y oscila entre los 400 y 600 millones por mes, según la productividad de la represa. El cambio de lineamiento en la gestión del organismo se debe a “la extrema necesidad y urgencia” de la situación en las escuelas, justificaron en el Ejecutivo. Sin embargo, en el organismo aclaran que la nueva modalidad no anula la posibilidad de que la Cafesg intervenga en los municipios, aunque por ahora esa alternativa quedó postergada.
En las intendencias afectadas entienden que se trata de un canje de obras y no manifestaron mayor preocupación por el enroque. Ven en la inversión en escuelas una capitalización posible también a nivel local, dado el impacto directo que tiene en las comunidades que gobiernan.