AHÍ VA EL CAPITÁN VETO...

Es la gobernabilidad, Javier Milei

El affaire universidades corroe el blindaje que había soldado el Presidente. Mauricio Macri, enemigo íntimo. Presupuesto, otra arena movediza. ¿2025 proveerá?

La promesa de Javier Milei de vetar cualquier ley que incremente el gasto público sin la indicación de un recorte equivalente de partidas presupuestarias –"Me importa tres carajos", había llegado a decir– parece más fácil de formular que de cumplir. Si el veto aplicado al aumento de las jubilaciones le presentó al Gobierno la percepción de que, por fin, contaba con una minoría de bloqueo en el Congreso, el futuro del financiamiento de las universidades nacionales pone en duda esa certeza. Se anuncia una prueba de fuerza clave.

Pese al ninguneo oficial, la multitudinaria manifestación ciudadana del miércoles impacta sobre la totalidad del Círculo Rojo político.

Ese precedente sugirió un precario esquema de gobernabilidad, hecho de avances en el marco de la ley Bases –la usaría ahora para imponerles aranceles a los estudiantes extranjeros–, decretos de necesidad y urgencia (DNU) y vetos a iniciativas autónomas del Congreso. La posibilidad de que el Legislativo insista con el financiamiento universitario con dos tercios de los votos en ambas cámaras pone en severo entredicho ese marco, con eventuales impactos políticos, económicos y financieros.

Quejarse ante la Justicia por una ley legítima del Congreso sería un inquietante gesto de impotencia.

Javier Milei espera a octubre… de 2025

Con magras bancadas propias en Diputados y en el Senado, Milei espera con ansiedad las elecciones del año próximo. Promete arrasar, pero el carácter parcial de la renovación parlamentaria y la cuasicerteza de que un avance de La Libertad Avanza (LLA) sería a expensas de los grupos paraoficialistas hacen que la relación de fuerzas actual difícilmente se altere de modo relevante. Y eso, claro, más allá de la posibilidad no desechable de que las urnas no le sonrían dentro de 12 meses más de ajuste draconiano.

Sin embargo, diría Maquiavelo, es mejor defenderse con tropas propias que con mercenarias, por lo que un eventual copamiento del amplio sector de las derechas por parte de LLA significaría para el mandatario una mejora respecto de su situación presente, dada por un mayor control sobre una fuerza total equivalente. La fidelidad es un activo.

Eso, con todo, es futuro remoto en la vertiginosa Argentina. Tan pronto como la semana que viene se presentarán desafíos más urgentes.

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Diputados acelera

La Unión Cívica Radical (UCR), por un lado, y Encuentro Federal, la Coalición Cívica y partidos provinciales, por el otro, pretenden sesionar tan pronto como el próximo miércoles en la cámara baja.

El radicalismo quiere cerrar filas de un modo que disipe el escándalo del voto sobre las jubilaciones, para lo que presiona a los cinco disidentes que se borocotearon en esa ocasión para que, al menos, se ausenten. Por ahora es incierto que la conducción consiga ese objetivo, que le restaría manos valiosas a la minoría de bloqueo oficialista, pero cada voto es valioso y en el Gobierno lamentan incluso el inoportuno viaje de Lilia Lemoine a Ucrania.

El problema mayor está dado por posibles disidencias de legisladores que responden a gobernadores del Norte y, especialmente, del PRO, cosa que hasta ahora estaba fuera del registro mileísta.

Sin un alineamiento casi total de la bancada amarilla, el presupuesto de las universidades nacionales superaría el desplome del 30% impuesto por Milei y Toto Caputo y, aun más importante, haría crujir la fórmula de la Coca-Cola de la gobernabilidad que el Gobierno había creído descubrir.

La guerra amarilla complica a Javier Milei

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Mauricio Macri y Patricia Bullrich. La interna del PRO complica a Javier Milei. 

Mauricio Macri y Patricia Bullrich. La interna del PRO complica a Javier Milei.

La guerra en el PRO está desatada y va más allá de esta cuestión. Lo que se avecina es otro round del enfrentamiento entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich, quien ha olvidado completamente su compromiso de la última campaña a favor de la educación pública.

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El ingeniero reunió este jueves a los senadores del PRO y, aunque no se refirió puntualmente a la cuestión universitaria, dejó una definición que inquietó a Milei: la educación pública es una bandera importante del partido.

La ministra de Seguridad, por su parte, presiona por el apoyo al veto. Al Presidente no le alcanza con una división.

Más allá del futuro de las casas de estudios superiores y de la tirria Macri-Bullrich, flota nuevamente la amenaza del exmandatario de empezar a tomara distancia del Gobierno en temas puntuales, forma de diferenciación que busca evitar la disolución del voto PRO dentro del que fluya hacia LLA.

Todo sobresalta hoy al presidente-economista, que no oculta su ira contra Macri.

Este jueves echó fuego por la boca al postear una ilustración que muestra a LLA sola, a la derecha de una grieta que la separa de lo que denomina "frente de izquierda populista", conformado por el cristinismo, el peronismo no K, el radicalismo y el trotskismo. Ojo: ¿y si el deseo se le cumpliera en alguna medida entre 2025 y 2027?

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Resulta interesante la ausencia del PRO en la imagen. Tal vez el Presidente ya esté pensando dónde ubicará pronto a quienes hasta ayer nomás consideraba apéndices de su poder.

La excusa del Presupuesto

Ante el riesgo de no lograr sostener el veto en las condiciones actuales, la Casa Rosada busca sumar voluntades con el argumento de que el financiamiento universitario podría volver a ser abordado en ocasión del tratamiento del Presupuesto 2025.

El problema es que el PRO también le pone difíciles las cosas en ese proyecto, al plantear cuestionamientos en lo que hace a la apertura del cepo cambiario, políticas para reducir la pobreza y la cancelación de la obra pública. ¿Irá el macrismo a fondo o arriará las banderas, como ha sido costumbre?

La única ventaja del oficialismo frente a la oposición y a aliados que quieren marcarle la cancha es que a nadie le conviene que no haya Presupuesto. Eso equivaldría a soltarle las manos para hacer y deshacer con todo el dinero nominal que sobre en relación con el Presupuesto prorrogado de 2022. En año electoral…

Sergio Massa, en la marcha por la universidades.
Cristian Ritondo, jefe del PRO, y Silvia Lospennato. 

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