Fueron diez días de conversaciones, conteos y una pregunta recurrente: "¿Quién paga la cuenta?". En esos términos habló Martín Menem con el resto de los jefes de bancada, con la expectativa de terminar el año parlamentario en paz. La sesión de Ficha Limpia era la amenaza que obligó al riojano a forzar su caída, sin esconder las manos.
La decisión de ir a fondo por bloquear el proyecto que proscribe de competir en las elecciones a quienes tengan condena en segunda instancia por casos de corrupción se tomó el miércoles por la noche, en una reunión entre Menem y Karina Milei, mientras se llevaba a cabo la sesión sobre ludopatía. La secretaria general de la Presidencia teme que la ley sea un instrumento de Mauricio Macri para acorralarla. "Él tiene llegada a Comodoro Py y es capaz de armar una causa para impedir las candidaturas del entorno de Javier. No se lo podíamos permitir", explican fuentes con acceso a la Casa Rosada.
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El martes, en una reunión de jefes de bancada, Menem se mostró dispuesto a cancelar la agenda de sesiones de esta semana, que incluía la regulación del juego online y la reunión de este jueves con Ficha Limpia, además del proyecto para aumentar penas por reincidencia y reiterancia; voto de residentes en el exterior y juicio en ausencia.
En el encuentro con titulares de bloque, el riojano encontró otra excusa para avanzar con su plan: el jefe de UP, Germán Martínez, advirtió que si Ficha Limpia se aprobaba, no sería fácil coordinar con su bancada la sesión preparatoria del miércoles, cuando deben volver a elegirse autoridades. "Se complica todo", fue la frase del santafesino. Sin los 99 miembros de UP, la votación tendría un final incierto.
Durante el debate de ludopatía se hablaba en los pasillos del Congreso de la posibilidad de suspender la sesión preparatoria, o dejarla sin cuórum y forzar una reelección automática de autoridades, como ocurrió en 2022. Ninguna de esas situaciones tendría un final decoroso para el Gobierno. Pero nada es tan importante como proteger a Karina de los aceitados contactos en la justicia de Macri.
Sin Ficha Limpia
La otra parte la resistencia oficial a Ficha Limpia es conocida. De sancionarse, la ley sacaría de la cancha en 2025 a Cristina Fernández de Kirchner, con quien La Liberad Avanza busca polarizar en la provincia de Buenos Aires. Esto es así porque quedarían impedidos de competir quienes tengan condena por casos de corrupción en segunda instancia.
Se sumó otro ingrediente para que la Rosada quiera bloquear el proyecto: su aprobación hubiera trasladado la presión mediática al Senado y le daría juego a Victoria Villarruel, enfrentada con la Casa Rosada como nunca antes. Sería ella misma la que hubiera quedado en condiciones de reclamar sesiones extraordinarias para sancionar el proyecto.
Con esos elementos sobre la mesa, Karina autorizó a Menem a jugar a fondo para bajar la sesión, sin importar las consecuencias. El diputado había llamado insistentemente a varios jefes de bloques que rechazaban Ficha Limpia en las reuniones privadas, pero se negaban a dar la cara para votar en contra. La mayoría de los detractores teme que las justicias provinciales inventen causas contra opositores locales. "Piensan en la ley desde el Amba", critican al PRO.
Aún así, cuando los abordaba, el riojano recibía siempre la misma respuesta de los opositores afines: "La mesa está servida, pero nosotros no vamos a pagar la cuenta", le decían. El miércoles de la semana pasada, el oficialismo tuvo dos ausencias y faltó sólo un voto para el cuórum. Este jueves La Libertad Avanza debería engrosar la cantidad de bancas vacías si quería cumplir su objetivo.
Con la anuencia de El Jefe y en contacto con el Ministerio del Interior, Menem agotó todos los recursos para bajar la sesión y lo logró. Entre los ausentes hubo radicales cercanos a gobernadores (el correntino Federico Tournier; Jorge Rizotti y Natalia Sarapura, de Jujuy); además del jefe de bloque EF, Miguel Pichetto, quien garantizó siete faltazos entre los suyos. También hubo bancas vacías de los partidos provinciales de Innovación Federal (Salta, Rio Negro y Misiones) y de los aliados de Tucumán, que responden al gobernador Osvaldo Jaldo.
Acuerdo final
Para que el plan cerrara a la perfección tenía que dejar una marca el PRO y lo hizo, con la ausencia del rionegrino Aníbal Tortoriello -de licencia médica- y de los santafesinos Gabriel Chumpitaz y José Núñez. Ambos responden a Federico Angelini, cercano a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Algunas versiones en el Congreso aseguran que las autoridades de la bancada amarilla estaban al tanto de estas ausencias y especulan con un guiño de Macri, para testear si puede erosionar la figura de Milei. De hecho, Núñez tampoco no estuvo la semana pasada y nadie dio explicaciones.
Entre la noche del miércoles y la mañana del jueves se cerró el acuerdo final para que Ficha Limpia no prosperara, CFK siga en carrera electoral; y Macri y Villarruel se queden sin juego político. Martínez estuvo activo y hasta retó a algunos de sus diputados que vociferaban estas negociaciones en los pasillos de pasos perdidos.
Él las negó."Yo tengo reunión de bloque el martes y ahí decidimos si votamos la reelección de autoridades en la sesión preparatoria. No antes", repetía el santafesino. Las versiones de sus colegas eran que había dicho, palabras más palabras menos, que si se aprobaba Ficha Limpia no podría controlar a su tropa al momento de votar autoridades.
En el oficialismo niegan que ese diálogo haya sido determinante para bloquear la sesión. Insisten en qué sólo se preocuparon por no fortalecer a Macri.
Menem hizo el trabajo sucio y recolectó las ausencias posibles de cada bancada. Supo que el saldo a cubrir no era fácil: necesitaba por lo menos diez bancas vacías de su bloque para que no hubiera cuórum. Consiguió sólo ocho, pero alcanzaron. A las 8.30 posteó un recordatorio de que no habría mas de media hora de tolerancia para el cuórum. La mesa estaba servida.
La lista de ausentes tiene a figuras cercanas a Karina, como Santiago Santurio, una menemista como Emilia Orosco, retornos recientes como Carolina Piparo -junto a su aliada Lorena Macyszyn- y el mendocino Álvaro Martínez. El sindicalista Pablo Ansoloni hizo su aporte. José Peluc y Marcela Pagano no podían llegar por temas de salud -la diputada está embarazada- Nadie iba a apurarlos.
El tucumano Gerardo Huesen, cercano al viceministro del Interior Lisandro Catalán, llegó al filo de que se levantara la sesión. "Tuve un cuadro de gastroenteritis", se justificó. No sabía que figuraba presente. Se ve que no era su plan.