TODO POR DECRETO

FMI por DNU: las necesidades urgentes del mejor gobierno de la historia

Los argumentos del Gobierno para justificar el per saltum legislativo revelan debilidades y contradicciones del milagro argentino de Javier Milei. Cuáles son.

La decisión de Javier Milei de esquivar el Congreso para avanzar en un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a través de un decreto de necesidad y urgencia (DNU) revela, justamente, las necesidades urgentes de un modelo frágil y amenazado por el tictac electoral.

Así como en 2018 fue usado como un instrumento –caro y ajeno a sus propias normas– para evitar que el populismo peronista volviera al poder, el Fondo vuelve a ejecutar hoy la misma operación: la compra, por miles de millones de dólares –¿20.000 millones?–, si no de una elección en la Argentina, al menos del curso de los eventos que desembocan en ella.

El punto en común de ambos procesos es la voluntad arrasadora del presidente estadounidense de entonces y de hoy, Donald Trump. La diferencia –menor– pasa por los presuntos beneficiarios: aquella vez fue Mauricio Macri y hoy, Milei.

Macri Trump Biocombustibles
Mauricio Macri y Donald Trump I.

Mauricio Macri y Donald Trump I.

El detalle es que el acuerdo más grande de la historia del FMI no le sirvió al ingeniero más que como un collar de melones; ¿zafará el Presidente, con su ajuste eterno y su motosierra profunda, de semejante destino? Se supone que sí este año, aunque los análisis más alarmistas creen que la devaluación tan temida –con sus secuelas de rebrote inflacionario y caída de la actividad– podría producirse antes y no después del paso por las urnas.

El prestamista de última instancia del sistema financiero internacional para países con desequilibrios de balance de pagos ha mutado ya definitivamente, por lo menos en lo que al expediente argentino se refiere, en una suerte de donante de campaña de última instancia.

Todo vale contra los populismos, mientras no sean de ultraderecha.

¿El plan de Toto Caputo está en emergencia?

El texto del inconstitucional DNU 179/2025 permite poner en duda que el plan de estabilización de Toto Caputo sea, como repitió por enésima vez el Presidente en su discurso de apertura de sesiones ordinarias del Congreso, "el más exitoso de la historia".

"La gravedad de la situación descripta y la necesidad de (a) solucionar de manera inmediata la situación en la que se encuentra el activo de la autoridad monetaria del país y (b) cancelar deuda con el Fondo Monetario Internacional a los efectos de garantizar el orden público económico configuran circunstancias excepcionales que justifican el dictado de la presente medida", fundamenta.

"La exigencia imperiosa del dictado del presente decreto se desprende de la naturaleza de las medidas económicas involucradas, que requieren de su adopción inmediata para evitar el impacto que de otro modo podrían traer consigo en el escenario económico presente", añade. Hay que prestar atención a los términos.

Por otro lado, la gambeta a la autorización de cualquier tipo de acuerdo u operación con el Fondo que impone la ley 27.612, conocida como "ley Martín Guzmán", da, de por sí, cuenta de la "necesidad y urgencia" de la hora.

Si tras 15 meses de milagro argentino el país llegó a esta situación, falta alguna explicación convincente.

Donald Trump, el aguafiestas

Milei y trump .jpg
Javier Milei y Donald Trump II.

Javier Milei y Donald Trump II.

Milei se ha bajado de muchas de las convicciones que, se suponía, le granjearon la esperanza a una mayoría de la sociedad. Ya no se refiere al Fondo como a "una institución perversa" ni su ladero Manuel Adorni asevera que "tener que recurrir al FMI sólo deja en evidencia el rotundo fracaso" de un gobierno.

image.png

Si de fracasos se trata, o de la posibilidad de evitarlos, cabe señalar una diferencia entre los acuerdos modelo 2018 y modelo 2025: Macri, al menos, debió acudir al organismo para salvarse en la elección presidencial posterior, no en una de mitad de mandato. La acumulación de crisis heredadas, cierto que cada vez más graves, y los errores de gestión que inexplicablemente se repiten como si la Argentina fuera un país prehistórico que no deja registros de su pasado, así lo imponen.

Tras el derrumbe violento que les propinó el "lunes negro" de Wall Street, motivado en la guerra comercial de Trump contra el mundo, los activos nacionales experimentaron un relativo alivio este martes.

Las acciones que cotizan en ese mercado rebotaron de modo mediocre aunque con el mérito de haberlo hecho en un entorno internacional que volvió a ser hostil, mientras que el riesgo país no pudo capitalizar el impacto de la noticia de la aprobación por decreto del acuerdo misterioso y bajó de modo menos que marginal de los 723 puntos básicos de la víspera a 720.

Tal vez el mercado se entusiasme con el correr de los días, cuando el mundo –Trump– dé un respiro, y valore que el socorro del Fondo aseguraría que haya dólares para pagar deuda hasta el final de la administración de Milei. Por ahora, ese amigo de doble filo que es el republicano arruina incluso esa fiesta anunciada.

El acuerdo con el FMI tiene pies de barro

Tal es la urgencia que el Gobierno ni se molesta en disimular sus marchas y contramarchas: Milei había dicho que tramitaría el acuerdo por el mecanismo ordinario, como establece la ley 27.612, porque "al fútbol se juega con 11, no con 15".

Con el DNU decidió jugar con 15 o incluso más, y el Gobierno apura su tratamiento en Diputados para lograr en esa cámara maleable todo el aval que necesita para mantenerlo en pie.

Claro, por una ley de 2006, en tiempos de Néstor Kirchner, el Poder Ejecutivo se hizo con facultades legislativas que deberían ser consideradas algún día ajenas a la Constitución al establecer que los DNU queden vigentes con el aval o el silencio de una de las dos cámaras. ¿Quién necesita una ley con semejante herramienta?

El Fondo juega al distraído y dice que el apoyo del Congreso sería genial, pero se conforma con lo que la Casa Rosada le dé. A no dudarlo: el acuerdo nace herido de muerte en su legalidad y su eventual desconocimiento por un futuro gobierno argentino sólo dependería del talante ideológico de esa administración y del tipo de economía con la que le toque lidiar.

Un botón de muestra: un grupo de diputados de Unión por la Patria ya denunció penalmente al jefe de Estado por el abuso del DNU y quemó las naves con un comunicado que sentencia que "contraer esta nueva deuda sin una ley expresa del Congreso Nacional torna la misma ilegítima e ilegal". ¿Honraría el peronismo, si le tocara volver a mandar, una definición tan contundente?

image.png

Como serán las cosas que hasta Macri cuestionó que el mecanismo elegido "demuestra la debilidad institucional en que estamos y no ayuda a generar confianza". Igual, el líder del PRO de seguro revelará pronto, junto a los representantes que aún le quedan en el Congreso, que las formas republicanas le importan menos que lo que declama.

El futuro, se dijo, es una acechanza. ¿Alguien puede asegurar que Milei sea un rayo en un cielo claro, la rareza de un outsider en un decurso institucional que, después de él, seguirá sin disrupciones? ¿O acaso el paleolibertario sea sólo el primero de una dinastía de extravagancias? Todo dependerá de que la Argentina convierta sus decepciones atávicas en expectativas positivas.

Lo anterior es particularmente relevante cuando una de las pocas cosas que se sabe es que el acuerdo a firmarse será de Facilidades Extendidas, es decir a diez años, con cuatro y medio sin pagos de capital, sino sólo de intereses, que serían anticipados por el propio organismo. Es decir que excederá el mandato de Milei, aun si el libertario obtuviera la reelección y gobernara hasta 2031.

En el altar de la "necesidad y la urgencia", Milei bajó muchas de sus banderas: una pulseada que el Fondo parece haberle ganado al Presidente a cambio de sus milles de millones es la del corazón del programa electoral de 2023: el Banco Central, en vez de ir camino a su cierre, se fortalece con reservas prestadas y de la dolarización no se supo nada en el discurso del 1 de marzo, algo realmente novedoso.

Javier Milei con la titular del FMI, Kristalina Georgieva
Javier Milei analiza pedir una sesión en Diputados para blindar el DNU

También te puede interesar