El intendente de Mar del Plata salió al cruce de las críticas por los precios para vacacionar en La Feliz. Destacó el incremento de turismo juvenil.
Guillermo Montenegro denunció a Juan Grabois
El intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, salió al cruce de las declaraciones de la exdiputada kirchnerista Alicia Castro, quien había criticado los costos para vacacionar en Mar del Plata, comparándolos desfavorablemente con destinos internacionales como Cancún y Río de Janeiro.
Castro, a través de la red social Twitter, sostuvo que “vacacionar en Mar del Plata puede llegar a ser 35% más caro que en Cancún y el doble que en Río de Janeiro”. En respuesta, el jefe comunal del PRO señaló: “Mientras ustedes regalaban plata que llevó a la hiperinflación, nosotros construimos, junto a los privados, propuestas para competir más allá de que las rabas salgan o no más baratas que en Brasil”.
"Ganamos un gran segmento en base a nuevas experiencias, más allá del tipo de cambio. Pero sé que como kirchnerista chavista que sos, no lo vas a entender", le dedicó el alcalde.
El intendente también defendió el crecimiento turístico en La Feliz, destacando un aumento en el turismo joven: “En 2019, uno de cada cinco turistas eran menores de 30 años; este año, esa cifra ascendió a uno de cada tres”. Además, afirmó que la ciudad compite ofreciendo experiencias innovadoras y de calidad más allá del tipo de cambio.
Un informe de Ecosur analizó los costos turísticos, destacando que el gasto total en Mar del Plata es similar al de Río de Janeiro si se incluyen transporte y seguros. Según el estudio, la “canasta estadía” considera alojamiento, comidas y transporte local, mientras que la “canasta total de vacaciones” agrega traslados internacionales y seguros médicos.
En su intercambio, Montenegro enfatizó que las críticas de Castro carecen de fundamento al no considerar las propuestas actuales que han posicionado a la ciudad como un destino competitivo. También acusó a la exdiputada de representar a un modelo económico que generó desequilibrios financieros.
La polémica refuerza la centralidad de Mar del Plata en el debate sobre costos y calidad turística, al tiempo que expone tensiones políticas entre oficialismo y oposición.