El lanzamiento de su "brazo armado" y el destino del Presidente: ¿dentro o fuera de la democracia? Aclaraciones que oscurecen y silencios qur aturden.
Habla Gordo Dan, alias Daniel Parisini, comandante de la "guardia pretoriana" del presidente Javier Milei.
La declaración de Daniel "Gordo Dan" Parisini, tuitero, streamer e influyente del gobierno de Javier Milei, sobre la formación de un "brazo armado de La Libertad Avanza" (LLA) y una "guardia pretoriana" del Presidente fue el último elemento que consolida la impresión de una deriva autoritaria del Gobierno.
Los estudiosos del fenómeno de las nuevas derechas internacionales, como el argentino Franco Delle Donne, entrevistado por Letra P en 2023, engloban dos vertientes diferentes bajo el término "ultra".
Por un lado, la de las radicales, cuya construcción política está plagada de motivos ideológicos reaccionarios pero juega dentro del sistema institucional. Ejemplos de eso son la italiana Giorgia Meloni y la francesa Marine Le Pen, quienes, aun cuando despliegan una retórica populista de derecha, xenófoba y antiderechos, han purgado a sus respectivos partidos de los elementos más vinculados al posfascismo.
Por el otro están las derechas extremas, que no juegan dentro del sistema y, por lo tanto, constituyen un peligro para la democracia. Para ilustrarlas, cabría mencionar la miríada de partidos y grupúsculos europeos que viven agitando la calle con consignas violentas y violencia pura y dura.
Hay partidos que parecen cerca de deslizarse del primero de esos polos al segundo, como el español Vox –aliado de Milei y muy afín al argentino a través del panfletista Agustín Laje –, que no deja de agitar a la opinión pública en pos de una revuelta contra el gobierno socialista de Pedro Sánchez.
Más inquietante resulta que hay otras agrupaciones, todavía más importantes que Vox, que ya han dado ese paso, del que no se vuelve, el trumpismo, la facción que domina el Partido Republicano de los Estados Unidos, y el bolsonarismo brasileño.
La justificación de ese argumento se basa en que tanto Trumpcomo Jair Bolsonaro salieron del poder en 2021 y 2023, respectivamente, en medio de sendos intentos de golpe de Estado. O sea, que ya no juegan necesariamente dentro del sistema legal.
Esas derechas ya no son meramente radicales y que Milei se referencie en ellas, avale sus narrativas de fraude y ahora anticipe, con las últimas votaciones argentinas en organismos internacionales, un alineamiento total con Trump son hechos que llaman a la alarma. Más, cuando se dan de bruces con leyes vigentes y hasta con la Constitución Nacional y son el preludio del lanzamiento, en el plano interno, de la tan declamada "batalla cultural" contra todo lo diferente: el socialismo tanto revolucionario como democrático, el progresismo, el peronismo, el liberalismo progresista, el feminismo, las minorías de género y un extensísimo etcétera.
"Con las redes no alcanza" y "hay que ocupar todos los espacios, construir nuestros propios candidatos", dijo Gordo Dan en el lanzamiento de una orga de extrema derecha en San Miguel. "La agrupación Fuerzas del Cielo que se está formando hoy aquí es el brazo armado de La Libertad Avanza, es la guardia pretoriana del presidente Javier Milei", abundó.
Mencionó al mandatario como "nuestro líder" –en italiano se dice duce– y no es menor que haya hablado de "guardia pretoriana" en un acto cuya ambientación buscó recrear, aunque con estilo Todo por dos pesos, una cierta iconografía vinculada al Imperio Romano y a la tradición mussoliniana.
Todo eso se dejó ver en las banderas colgantes, en la penumbra dominante y en el modo en que los asistentes repetían consignas con modos marciales y violentos.
La presentación de símbolos vinculados al "profeta" Benjamín Solari Parravicini –su "hombre gris" es, para los libertarios, ni más ni menos que Milei–, el saludo que hizo llegar –sin que se lo mencionara explícitamente– el jefe de Gabinete blue, Santiago Caputo, y la presencia de referentes importantes como Laje, el poderoso secretario de Culto y Civilización (sic) de Cancillería, Nahuel Sotelo; el diputado bonaerense Agustín Romo, el subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, y el diputado nacional Santiago Santurio, entre otros, completó la escena.
Fueron tales las reacciones, que este lunes –recién este lunes– llegaron las explicaciones. Romo difundió otro fragmento del discurso de Parisini, en el que alude a los teléfonos móviles como "armas".
Asimismo, Laje explicó en TV –vaya pecado para los devotos de las redes– que "el periodismo se comió un baiteo" –mordió el anzuelo– y que tanto la estética nazi como la frase sobre las armas fueron intentos de llamar la atención que resultaron tremendamente eficaces.
¿Será realmente que Parisini, Laje y los suyos hacen lo que hacen para épater le bourgeois, que lanzan bluffs para provocar y nada más? Puede ser, pero eso no agota el análisis y los émulos de Micky Vainilla tienen varios problemas.
Tal vez los genios de la comunicación esta vez calcularon mal. Por otra parte, sus gracias son una cloaca de la que sale el lenguaje violento de Parisini y sus colegas, instruidos por la Oficina del Odio, cuyo funcionamiento, locación y financiamiento ningún fiscal se digna investigar, al revés de lo ocurrido en Brasil, donde se acusó por su involucramiento a otro allegado a la comunicación presidencial, Fernando Cerimedo.
Aunque la guardia pretoriana, a la hora de los bifes, esté compuesta mayormente por una bandada de aves corredoras, los mensajes de odio pueden terminar en intentos de asesinato como el que sufrió Cristina Fernández de Kirchner o en atentados suicidas como el que perpetró el miércoles 13 de noviembre el simpatizante bolsonarista Francisco Wanderley Luiz contra la sede del Supremo Tribunal Federal (STF) en Brasilia. ¿Un demente? Claro, pero uno motivado por gente como la que hoy le toca en suerte a la Argentina.
Los mensajes de repudio al acto fascista de Fuerzas del Cielo llegaron de los dirigentes que siempre están a favor de la democracia; mencionar a algunos y no a otros sería una injusticia. Más interesante es repasar los silencios.
Una que se expidió, más incitada por una pregunta de un usuario de Twitter que por propia voluntad, fue la diputada del PRO Sabrina Ajmechet. Al respecto, se limitó a expresar que ese acto, su puesta en escena y su contenido "no me gusta. Ellos sin dudas están apelando a un electorado diferente al que apelo yo". Fin.
¿Y el resto? ¿El PRO, la UCR, el propio peronismo? ¿Existirá en Argentina algo así como una derecha democrática? En Europa y Estados Unidos la hay. De cualquier modo, el hecho de que las derechas extremas se lleven a la rastra, con enorme facilidad, a las presuntamente moderadas –no sin cierto gusto de los que van a la zaga– es un fenómeno conocido un siglo atrás en países que sufrieron mucho esas emergencias.
El momento de euforia que vive Milei se presta a todos los excesos, desde su presentación en la ONU como un mesías global hasta la purga ideológica del cuerpo diplomático, pasando por la idea de nombrar jueces en la Corte Suprema por decreto y el impulso a leyes proscriptivas. ¿Por qué no hacerlo? ¿Quién tiene voluntad de ponerle un límite? ¿Alguien se pregunta por su buen juicio?
Alrededor suyo, los últimos días fueron un festival de macartismo, homofobia, transfobia, comparaciones de la homosexualidad con la pederastia, exaltación del uso de armas y –el jueves, antes del escándalo de Parisini– lanzamiento de una fundación dedicada a la "batalla cultural". Cosas que a la Argentina que posa de republicana al parecer "no le gustan".
La Fundación Faro, encargada a Laje –a quien Milei suele mencionar como un posible sucesor en la Presidencia– se lanzó en medio de un derroche de extremismo. Las estrellas fueron el panfletista y -el propio jefe de Estado.
Para no quedarse afuera, empresarios de primera línea que entraron de incógnito, derechito a la cochera en sus autos de vidrios polarizados, como contó Pablo Lapuente en Letra P, dijeron haber pagado 25.000 dólares el cubierto para respaldar la gesta.
Entre los benefactores de la "batalla cultural" –o, como dijeron algunos, meros "invitados"– elDiarioAr mencionó a Eduardo Elsztain, José Luis Manzano, el otrora maltratado Claudio Belocopitt, Hugo Eurnekian, Martín Migoya, Guibert Englebienne, Betina Bulgheroni, Marcelo Mindlin, Enrique Duhau, David Lacroze, José Urtubey, Jorge O'Reilly, Sebastián Bagó, Eduardo Macchiavello, Germán y Patricio Neuss, el economista Miguel Boggiano, el riverplatense Rodolfo D’Onofrio y representantes Vista Oil & Gas –de Miguel Galuccio–, la francesa Total y Tecpetrol –de Paolo Rocca–.
La plata no será un obstáculo para la cruzada, aunque esta tenga un tufo a facho que voltea.