FERNET CON ROSCA

Javier Milei golpeó la narrativa cordobesista y Martín Llaryora no espera nada más del Gobierno

El Presidente dijo que las obras generan impuestos y que el superávit debe ser con ajuste. El gobernador sólo cumplió con el protocolo institucional. Todo roto.

El gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, ingresó al Congreso unos 40 minutos antes del horario pautado para la apertura de las sesiones ordinarias a cargo de Javier Milei. Se fue como llegó: con cero expectativa y sin pronunciar una palabra.

El Presidente se propuso bastardear algunas banderas de la gestión pública que las provincias defienden, pese a todo, en la era libertaria. Probablemente los gobernadores que eligieron ausentarse y el puñado que se acercó al hemiciclo hayan sentido personales las palabras y como una suerte de contestación a las narrativas estatistas.

Milei definió como un mito que el desarrollo de infraestructura redunde en más trabajo y afirmó que la toma de deuda para financiar grandes proyectos “es una inmoralidad que castiga a las generaciones futuras”. Llaryora viajó en febrero a los países árabes en busca de fondos frescos para nuevos desarrollos porque, se sabe, las obras foman parte del ADN cordobesista.

“La obra pública genera impuestos”, dijo un Milei lapidario, dispuesto a elevar sus modos violentos y no dejar artillería afuera para desbaratar los discursos que son frecuentes en el interior del país.

La presión impositiva es un tema sensible para las administraciones provinciales que deben explicar a su electorado que un Estado presente requiere contribuciones, pero que Milei se empeña en presentar como un saqueo de la casta.

No conforme, el Presidente bajó la categoría de logro a cero si no es acompañado de una contracción del gasto público. Atacó los discursos industrialistas, caros el PJ provincial, y agitó el tratado de libre comercio con Estados Unidos que disparó alertas en el Panal. Todo parecía indicar que escuchó a los gobernadores más de lo que ellos mismos imaginaban.

La obra pública y el superávit, en la mira de Javier Milei

Llaryora camina sobre esa contradicción cuando contrasta los números en verde de la aprobación popular a su gestión, pero que Milei también los tiene. El jefe de La Libertad Avanza colocó el foco en el superávit fiscal, otro de los orgullos cordobesistas.

Milei pidió al electorado que lo apoye por sus logros, pero el gobierno de Córdoba pedirá lo mismo. El dilema está planteado.

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El mandatario provincial eligió un bajísimo perfil para la ocasión. Minutos después de la finalización del discurso, regresó a Córdoba en compañía de su ministro de Vinculación, Daniel Pastore, y el responsable de Ceremonial y Protocolo, Rodolfo Iparraguirre. No quiso hacer comentarios protocolares a micrófono abierto, pero tampoco off the record.

Martín Llaryora, no coments

“Seguimos pensando lo mismo”, se limitaron a decir en su entorno. Antes de ingresar al recinto, Llaryora se encargó de hacer el recorte. “En Córdoba -dijo-, el respeto institucional es un pilar fundamental de la democracia. Por eso estoy participando del acto de la apertura de sesiones ordinarias del Congreso”.

No es casual que el intendentismo cordobesista haya alineado los discursos de cada una de las aperturas de sesiones locales. El intendente de la capital, Daniel Passerini, no se movió una coma de la postura opositora. Como contó Letra P, se prepara para dar la gran batalla en el principal bastión del interior del país de la mano de los centros vecinales y las organizaciones sociales. También, con polos de poder insoslayables como la Iglesia Católica. El arzobispo provincial, Ángel Rossi, escuchaba cada una de las palabras del socio político de Llaryora en la capital.

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Javier Milei aseguró que habrá más motosierra en este año electoral.

Javier Milei aseguró que habrá más motosierra en este año electoral.

Este sábado quedó claro que las elecciones legislativas de este año terminarán de acomodar el tablero político no sólo para los oficialismos, sino también para las fuerzas de la oposición. El electorado tiene el poder de desempate, una frase cargada de sentido común pero que, en la coyuntura, se resignifica. Obras sí o no; Estado presente o limitado; economía macro o real… La nueva grieta.

Quizás por eso Llaryora elija reservarse su opinión sobre este discurso presidencial en particular u otros temas de fuste como las descalificaciones de Milei al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, la designación por decreto de jueces para la Corte Suprema y el Libragate, entre otros.

La misma estrategia en Córdoba

En el Panal aseguran que Llaryora no cambiará la hoja de ruta, pero no personalizará los contrapuntos que no se salgan de la agenda histórica del cordobesismo como las retenciones, por ejemplo. Llaryora no es el enemigo elegido y eso alivia.

Con un año de experiencia, el gobierno provincial sabe que nada logrará buscando vías de gestión conjunta. Sin Presupuesto y con la prédica de la motosierra renovada para el nuevo ciclo, las provincias dan por perdidas las charlas eternas con los ministros Guillermo Francos o Toto Caputo por obras o la deuda previsional de las cajas no armonizadas.

“Al gobierno nacional no le interesan las provincias ni los municipios”, fue la conclusión del llaryorismo del primer acto libertario del año en el Congreso.

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La respuesta: un vacío generalizado. El peronismo de Córdoba no le dedicó ni un tuit al mensaje presidencial. No sólo que el gobernador eligió el silencio, sino que lo hizo el bloque cordobesista en la Cámara de Diputados y la senadora Alejandra Vigo entrada la madrugada de este domingo.

El excandidato presidencial Juan Schiaretti no se refirió al contenido, pero manifestó su rechazo al episodio de violencia que sufrió Facundo Manes, el radical con quien quiere pisar la provincia de Buenos Aires. En el schiarettismo seguirán esta sorpresa que, por ahora, se limitan a decodificar como una picardía para molestar en el gran bastión electoral. "Lo levantan", cuchichean.

Facundo Manes, héroe opositor por ausencia del peronismo. Javier MIlei junta tropa... enemiga.
Héctor Magnetto, de ganador a perdedor en la era Javier Milei

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