El jefe de gobierno porteño porotea y busca cómo construir la mayoría especial que le demanda voltear esa fecha electoral. Una carambola a tres bandas.
Jorge Macri en la Legislatura porteña.
El anuncio oficial del desdoblamiento de las elecciones para llevar los comicios locales al 6 de julio se complementó con el envío de otro proyecto que apunta a suspender las PASO. Para esto, Jorge Macri deberá apelar a una ingeniería política para negociar un cambio que hasta hoy parece no tener consenso.
La propuesta de suspender las elecciones primarias porteñas se enfrenta a un serio escollo en el que se mezclan vendettas políticas, alineamientos con acuerdos nacionales y búsquedas de fortalezas propias que lo convierten en una apuesta arriesgada. Sobre todo, después de que el Ejecutivo porteño estuvo a tiro de encarar el año electoral sin Presupuesto, por una rebelión interna y externa.
La votación de la Ley de leyes local es acaso un primer reflejo de la complejidad que enfrenta Macri para hacerse de los votos necesarios para los cambios electorales. Sobre todo, porque la Constitución local ordena que las modificaciones en materia electoral deben ser acompañadas por una mayoría especial de dos tercios -40 votos positivos-, cuando para el presupuesto oficial arañaron los 31 votos. Entre los negativos hubo legisladores "oficialistas", aquellos que llegaron de la mano de Vamos por Más y se referencian en Patricia Bullrich.
A priori, en el bloque libertario coinciden en la decisión de suspender/eliminar las elecciones primarias, habida cuenta de que se trata de un política que impulsa La Libertad Avanza (LLA) a nivel nacional. No obstante, hasta la mañana de este viernes reinaba la falta de información y el misterio sobre el alcance del proyecto, lo que provocó más dudas que certezas.
En los chats libertarios corrió fuerte esta semana una entrevista a Macri de fines de noviembre en la que se rechazaba la eliminación de las PASO porque consideraba que un movimiento así "tiene el tufillo raro de que lo hago porque me conviene".
La tropa libertaria porteña que conduce Karina Milei está cerrando el año en pie de guerra con la administración macrista por lo que consideran que es un menosprecio al armado local con el que no convocan a la mesa de negociación. "A nivel nacional, Javier Milei convoca a sus principales dirigentes o presidentes de bloque para acordar medidas y leyes, en la Ciudad esas instancias son inexistentes y después aparecen las sorpresas", dicen los armadores libertarios metropolitanos.
Ese modus operandi se repite también con el sector libertario que ordena Ramiro Marra, donde hasta anoche no se sabía los alcances del proyecto, pese a que expresaron cierto acercamiento dos semanas atrás cuando acompañaron el proyecto de presupuesto.
A diferencia de los libertarios, en el peronismo hay dudas sobre cuál será la posición respecto del proyecto local. En el bloque porteño de Unión por la Patria que conduce el camporista Juan Modarelli, que se compone de 18 bancas, supeditan la posición a una serie de variables, pero principalmente a qué ocurra en el Congreso nacional con la iniciativa oficial de eliminar las primarias.
Las declaraciones que volcó el 23 de diciembre en X el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en las que cuestionó el costo de las primarias y aseguró que "sólo han sido un costo económico para el Estado y una molestia para el conjunto de los ciudadanos", pareciera haber sido el nuevo punto de partida para reactivar la negociación con el peronismo. Lo que se resuelva en esa negociación, también repercutirá en la Legislatura porteña donde el peronismo actúa de manera orgánica con las decisiones nacionales.
Más allá de esa definición, también está el factor de qué alcance tendrá la iniciativa oficial, sobre todo porque se especuló que incluiría un reforma en las funciones de los comuneros que debería analizarse en sí misma, sostienen en el bloque peronista. No son los únicos con dudas; Facundo del Gainso, el jefe de los lilitos porteños del que dependen tres votos, adelantó que acompañarían una suspensión de las PASO, pero advirtió que "distinto es una Reforma Constitucional de 'laboratorio electoral'. Son dos cosas diferentes".
La ausencia de información sobre el proyecto, explicaría por qué se habla de que la convocatoria a sesiones extraordinarias sería para deliberar en febrero. El primer mes del año electoral sería la cocina de frenéticas negociaciones para poder alcanzar el número mágico, probablemente aceitado por el ofrecimiento de incluir nuevos temas en el temario estival.
En los despachos de la Legislatura, sin embargo, también hablan de otra situación, un tanto más preocupante. El oficialismo tiene dificultades para garantizar la presencia en enero de buena parte de los 17 legisladores propios, por ordenamiento político pero también porque muchos de ellos se van de vacaciones.