El cordobés quiere reforzar su armado nacional con nombres fuertes. Acto en el conurbano con el peronismo desencantado y puente con los 12 radicales rebeldes.
Juan Schiaretti, un federal que quiere hacer pie en el AMBA.
El exgobernador de Córdoba Juan Schiaretti no será candidato en la Ciudad de Buenos Aires como alguna vez le propuso su delfín, Martín Llaryora. Sin embargo, asume que necesita opciones de peso para competir en la gran marquesina de la política nacional.
Por estas horas, en el búnker de Hacemos por Argentina, el artefacto electoral que capitanea Schiaretti para competir en todo el país, ubicado en las coquetas Torres Capitalinas de la capital mediterránea, hay tres nombres apuntados en una pizarra blanca.
Schiaretti imagina a Horacio Rodríguez Larreta en la lista para la Cámara de Diputados; y al radical Martín Lousteau en el tramo para el Senado.
Con el exjefe de Gobierno porteño busca la revancha de 2023, cuando coquetearon con un “frente de frentes” que no hizo más que profundizar la interna salvaje de Juntos por el Cambio.
Schiaretti habla con frecuencia con el presidente de la UCR, incluso desde que ocupaba el amplio y luminoso despacho del Panal, como se conoce a la casa de gobierno cordobesa. La vieja guardia del excandidato presidencial reconoce que hay visiones compartidas con Lousteau y la voluntad de generar una alternativa opositora.
Incluso, asumen que la ruptura del bloque boinablanca en la cámara baja “permitirá más cosas”. El Grupo de los 12 que pegó el portazo del bloque que comanda Rodrigo de Loredo ha mostrado un comportamiento similar a la mayoría de las figuras cordobesistas en el recinto.
Elisa Carrió es la otra opción que completa el tridente porteño para 2025. También la imaginan compitiendo contra Jorge Macri en 2027, con los colores de la criatura transversal del excandidato presidencial del interior. Allí habrá un problema con Miguel Ángel Pichetto, pero será otro tema que subsanarán las encuestas.
La triada de nombres bien puede ser una respuesta directa del cordobesismo a Mauricio Macri. El expresidente del PRO se mostró escéptico sobre las posibilidades de una vía del medio y criticó el "modelo Córdoba". Lo hizo este semana ante el Círculo Rojo mediterráneo que aclama a Schiaretti.
“La Ciudad de Buenos Aires es un escenario que requiere de alianzas potentes”, anticiparon a Letra P la estrategia en la mesa chica de Schiaretti. Es evidente que la atomización partidaria y las fisuras internas que generó la llegada de Javier Milei al poder es un insumo importante de esta vía del medio que invita al peronismo enojado con Cristina Fernández de Kirchner, a la UCR que no quiere saber nada con La Libertad Avanza y a la tropa amarilla que bocha la fusión que buscan Mauricio Macri y Patricia Bullrich.
Habrá que esperar para comprobar su eficacia en un electorado que elige moverse entre los extremos.
Previo a la oficialización a nivel nacional de Hacemos por Argentina, prevista para fin de año, Schiaretti y su tropa avanzan con esos acuerdos políticos que prometen impacto, necesario para un dirigente que mide bien en su terruño, pero que fuera de él padece el baño de desconocimiento que mantiene a raya cualquier ego en política.
El conurbano bonaerense asoma como la otra obsesión del schiarettismo. Mientras espera el desenlace de la interna entre CFK y Ricardo Quintelapor el control del Partido Justicialista, el cofundador del cordobesismo prepara un acto de cierre de año en el conurbano bonaerense, con la ambulancia peronista instalada en la puerta.
Cuenta con el exjefe de Hurlingham, Juan Zabaleta; y los intendentes Julio Zamora (Tigre) y Fernando Gray (Esteban Echeverría); además de los servicios del peronista desafiliado Florencio Randazzo.
“Pocos, pero buenos”, suelen repetir en la escudería de Schiaretti mientras miran los buenos números que acompañan a los primeros valientes. Gray encabezó el ranking de intendentes mejor valorados por su comunidad, que elabora CB Consultora Política de Cristian Butié.
Gray quedó en el puesto uno con un 65,3% de imagen positiva. Zamora se ubicó en el sexto renglón con un 63,9% de aprobación, pero fue el que más creció (+1,3%) con respecto al último informe de la consultora, fechado en julio.
La plataforma de aterrizaje en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) concentrará toda la atención en el sprint final del año. Llaryora hará su parte.
En los más influyentes despachos del Panal sostienen que Córdoba es la única provincia que tiene “dos presidenciables”. Sin embargo, el gobernador desactivó esa posibilidad para pensar en la gestión provincal como plataforma para su reelección.
Lo cierto es que el alto perfil a nivel nacional que empezó a cultivar es llamativo. Las malas lenguas dicen que es para empardar el efecto contraste con Schiaretti, imbatible en las encuestas. Otras, que el sanfrancisqueño no abandona su sueño presidencial.
El entorno del mandatario espanta fantasmas y prefiere poner el foco en la gestión. Abrir mercados y mostrar el “modelo Córdoba” como alternativa a la visión de minotauro enfocada en la macroeconomía es la punta del hilo de la estrategia 2025.
El plan en esa línea para esta semana se vio alterado. Este martes Llaryora tenía pautado un viaje a Porto Alegre, Brasil, para una nueva misión comercial en compañía de diez figuras del empresariado cordobés y su ministro de Economía, Guillermo Acosta. La actividad debió ser suspendida al recibir la confirmación de Protocolo de Presidencia del arribo de Milei a Córdoba para participar del 47° aniversario de la Fundación Mediterránea.
Llaryora recibirá al mandatario nacional en el Aeropuerto Internacional. "El respeto por el diálogo y las instituciones es otra pata de nuestro modelo", indicaron desde el Panal. Se vienen semanas duras en el Congreso y el gobernador no desperdiciará ningún contacto.