La diputada enfrenta un escenario difícil y juega a fondo para frenar la sangría. El equipo reducido, la teoría Coca-Cola y la apuesta al voto estatal.
Amalia Granata lucha para detener la sangría de votos en Santa Fe.
En tan solo dos años, el escenario electoral dio un vuelco de ciento ochenta grados para Amalia Granata. De reafirmar su ascendencia en el electorado en 2023, cuando sacó casi 350 mil votos y logró siete escaños en la Legislatura de Santa Fe, llegó al sprint final de cara a las elecciones de 2025 con encuestas que lejos están de sonreírle.
Hay dos factores que le complicaron el escenario a Granata: por un lado, la aparición de La Libertad Avanza en el espectro electoral santafesino. Granata logró un 18% de los votos en 2023 a caballo de un discurso libertario y entre coqueteos con Javier Milei, a pesar de que no había sido oficialmente bendecida. Usufructuó el relato y metió un pleno, pero ahora La Libertad Avanza tiene su propio partido y su propio sello en Santa Fe. “Si Coca Cola está en la góndola, nadie va a elegir Manaos”, repiten con sorna en la tropa libertaria.
Hay un detalle que permite suponer que la mediática algo se vio venir. Un par de meses antes, retomó el contacto con Milei. Lo hizo vía Santiago Caputo, con quien Leonardo Squarzon -su marido y principal colaborador- mantiene un vínculo. De hecho, un rumor extendido en la Bota es que la consultora de comunicación política de Caputo ha trabajado en las campañas de Granata en la provincia. Sin embargo, no alcanzó: Granata fue víctima de los embates de Karina Milei, que hasta intentó dejarla sin sello.
El otro factor desestabilizante para Granata es jugar en la misma categoría que Maximiliano Pullaro. En la Casa Gris aseguran tener medido que existió una gran cantidad de votantes que en 2023 votó al hughense como gobernador y a la mediática como diputada provincial. La hipótesis que manejan en Unidos es que, forzados a elegir entre uno y otro, eligen a Pullaro, más aún luego de un año de gobierno en el que creen que se cumplieron todos los objetivos. Vale recordar, además, que en aquella campaña Granata salió en defensa de Pullaro ante los ataques de Carolina Losada.
Así las cosas, ante encuestas que la dan en el rango de los cinco y los ocho puntos, Granata está obligada a diferenciarse y eligió un método arriesgado: poblar sus intervenciones mediáticas con golpes bajos a sus rivales, algunos nunca comprobados, pero efectistas. El principal apuntado es el propio Pullaro, al que “hay que parar” porque “se quiere llevar puesta la Constitución y la provincia”. La estrategia para hacerse notar, entonces, es simplemente pegar más fuerte que los demás, corriendo el riesgo de pasarse de rosca o sonar inverosímil. Una Lilita Carrió a la santafesina.
La mediática rehúsa salir de su zona de confort. Por eso, hay poco territorio en su campaña. Hizo una especie de lanzamiento a través de un raid mediático en canales porteños, donde se mueve como pez en el agua, con un discurso más que duro. Su campaña se centrará en los grandes centros urbanos, especialmente en la capital, donde se apuesta a cosechar una buena cantidad de votos en el universo de empleados públicos tras su ferviente oposición a la reforma previsional.
El objetivo, entonces, es pescar en distintas peceras para mantener un caudal de votos competitivo, aunque la merma es inevitable. Incluso, hay cierta ilusión de contener algunos votos libertarios, a partir del desconocimiento de la mayoría de sus candidatos. En ese sentido, hay otro detalle que ilusiona a la militancia: “Nadie del aparato comunicacional de Caputo le está pegando a Amalia, solo el entorno de Romina Diez”, dicen, y señalan que tuiteros como @TraductorTeAma, @therealbuni y @PregoneroL, que suelen seguir agenda santafesina, no la mencionan.
La diputada provincial se mueve con un equipo reducido. Su círculo íntimo está formado por Squarzon, el diputado Emiliano Peralta -su mano derecha en la Legislatura y armador en el norte provincial- y María del Lujan González, secretaria del bloque y quien la sigue a sol y sombra: es quien se encargó de hacer firmar todas las candidaturas. González asumió ese rol tras el corrimiento de Daniel Machado, que estuvo en el centro de la polémica durante 2023 al haberse filtrado fotos suyas participando de eventos kirchneristas.
El segundo anillo está formado por los aliados. Ahí se anotan Silvia Malfesi, la referente del Partido Libertario; Juan Argañaraz, el diputado provincial de Inspirar; y Lucila Lehmann, de la Coalición Cívica. En Santa Fe y Rosario, además, tallan los candidatos en la campaña. Por ejemplo, el jueves pasado Granata tuvo un desayuno con empresarios rosarinos organizado por Maximiliano Bagilet, uno de sus postulantes al Concejo. También sumó actividades con otro de sus candidatos, Eugenio Malaponte.