Con la idea de ampliar su base territorial en la provincia de Buenos Aires, la cúpula de la Casa Rosada tentó en los últimos días a Néstor Grindetti, el histórico operador político de Mauricio Macri, para ficharlo en las filas La Libertad Avanza. "Tenés las puertas abiertas de las fuerzas del cielo", le dijeron.
Si el exintendente de Lanús decidiera pasarse al ecosistema libertario, el Gobierno ganaría a un aliado clave en el armado territorial del conurbano para enfrentar al kirchnerismo ya que Grindetti logró instalarse en el territorio bonaerense en 2023 cuando compitió en los comicios como candidato a gobernador de Juntos por el Cambio.
En Balcarce 50 también se entusiasman no sólo por la capacidad electoral que podrían obtener, a instancias del llamado de Karina Milei de conformar un gran frente político en el territorio madre de todas las batallas, sino también por la herida de gravedad que le provocaría al expresidente perder a uno de sus coroneles en la provincia de Buenos Aires.
El cálculo para quienes miran el mapa bonaerense es sencillo: en las últimas elecciones, Grindetti quedó en segundo lugar con el 26,6% de los votos; y Carolina Piparo, tercera con el 24,5%. En conjunto, quizá hubieran superado a Axel Kicillof, que sacó el 44,94% de los sufragios cuando todavía mantenía un buen vínculo con la jefa del peronismo, Cristina Fernández de Kirchner.
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Néstor Grindetti, el operador político de Mauricio Macri que quiere sumar la Casa Rosada.
Las diferencias entre el entorno macrista y Néstor Grindetti
Desde hace tiempo, en Uspallata se menciona un avance del expresidente sobre el gabinete porteño de su primo, a instancias de Gabriel Sánchez Zinny, quien reemplazó a Grindetti como jefe de ministros, y Fernando De Andréis, que comenzó a involucrarse en el día a día de la gestión de Jorge Macri.
Fuentes consultadas por Letra P señalan a Sánchez Zinny y a De Andréis como los responsables de pedir la renuncia del lanusense, que pasó de ocupar el cargo más relevante detrás del jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a desempeñarse al frente de la Unidad de Asuntos Políticos de la Ciudad, un área recientemente creada que está por debajo del rango de una secretaría.
En medio de la tensión entre Macri y el gobierno libertario hay un puñado de dirigentes, entre intendentes y legisladores, que están evaluando con detenimiento sus próximos pasos electorales. En rigor, algunos de ellos podrían afiliarse a LLA, como lo hizo la semana pasada Diego Valenzuela.
En las próximas semanas, habrá una serie de cumbres de dirigentes bonaerenses del PRO en la costa bonaerense. Una de ellas se llevará a cabo este viernes en Mar del Plata y participará el intendente Guillermo Montenegro, quien también le hace guiños al oficialismo en las redes sociales. En las otras dos reuniones estarán Cristian Ritondo y Diego Santilli. El Colorado avisó que será el primer militante de la convergencia amarilla con los libertarios y que no será candidato del PRO si eso no sucede.
El dato clave es que Grindetti, Montenegro, Ritondo y Santilli, aunque éste último en menor medida, funcionaron en las últimas campañas como un bloque sólido de armadores bonaerenses. Julio Garro cerraba aquel quinteto, aunque su intempestiva salida de la Subsecretaría de Deportes de la Nación obstaculiza cualquier tipo de regreso a LLA.
La cúpula libertaria tantea el armado en el conurbano
“Tenés abiertas las puertas del cielo”. En el entorno de Grindetti intentan decodificar el mensaje. Quienes conocen al exjefe de Hacienda de Macri saben que sólo se mudaría si hubiera lugar para los dirigentes territoriales que le responden.
Karina Milei ordenó hacer todo lo posible para conformar un gran bloque anti-Kicillof, aunque en su entorno también afirman que no hay que acelerar los tiempos. Como sea, sin prisa pero sin pausa Santiago Caputo y Sebastián Pareja trabajan para darle a Milei el Congreso violeta con el que sueña para la segunda mitad de su mandato.