Cada uno por su lado, las cúpulas de La Libertad Avanza y del PRO revisan sus estrategias para la campaña porteña con los cambios en el escenario nacional como telón de fondo: municipalizar versus nacionalizar como grandes paradigmas detrás de Mauricio Macri y Javier Milei, jefes de cada facción, están ahora en revaluación.
A una semana de definir sus listas, ambos oficialismos (uno nacional, otro local) afinaron sus pensamientos: ganar saliendo segundos, fortalecer la Patria chica y contener una guerra abierta entre fracciones de derecha, son las opciones de un menú que agita las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires.
Durante los últimos meses del año pasado, Jorge Macri se trenzó en una disputa interna con su primo y conductor del PRO, al sostener que la estrategia más certera para encarar el año electoral era apuntalar el relato político en la necesidad de profundizar la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires. En la práctica eso se materializaba con el desdoblamiento que el el Jefe de Gobierno anunció en diciembre.
Como El Jeje ya entonces había dejado en claro que no buscaría un acuerdo porteño, esa premisa, sostenía el alcalde, le habilitaba la posibilidad de confrontar en lo local con LLA, pero sin tensar las relaciones en el plano nacional para mantener la puerta abierta a una confluencia entre ambos espacios en otros distritos. Eran tiempos en los que Milei estaba en su mejor momento, cuando nadie había escuchado hablar de $LIBRA.
El doble juego de Jorge y Mauricio Macri
El adelantamiento de las elecciones locales al 18 de mayo fue la coronación de la estrategia municipalizadora que apuntó a blindar el histórico bastión macrista. Pero ahora empiezan a percibirse en el PRO algunos movimientos que insinúan la reapertura del dilema sobre la conveniencia de esa estrategia en una elección que tiene encima el foco de la atención nacional pero, sobre todo, porque la solidez de LLA no es la misma que hace cuatro meses.
El escándalo abierto por el Libragate y la tardanza en activar un dispositivo de crisis que despejase las dudas sobre la participación del círculo íntimo presidencial, fueron el punto de partida de una serie de tropiezos oficiales que no está claro aún donde terminarán. Frente a eso, el Macri presidente del PRO olió sangre y empezó a desandar por las suyas la premisa de circunscribir la pelea con Milei al territorio porteño.
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Mauricio Macri, arriba del escenario en el lanzamiento del PRO.
Primero en Expoagro, frente a una audiencia privilegiada, aseguró que “las retenciones no se aguantan más" y raspó directamente al Presidente al decir que "la baja que hizo Milei era lo mínimo y necesario”. Esta semana, en una entrevista radial, cargó contra Karina Milei, al acusarla de que "su obsesión es ir por PRO" y que La Libertad Avanza es "un proyecto de poder que lamentablemente atenta contra el país”.
Pese a que es evidente que la sociedad de los hermanos Milei es indisoluble, en Uspallata argumentan que convertir a la secretaria general en el blanco de las críticas es una forma de preservar una vía de conciliación vía el Presidente. Pero la realidad se impone. El jueves, Mauricio Macri aportó dos senadores para habilitar el cuórum de la sesión en la que se rechazaron los pliegos de los jueces Ariel Lijo y Manuel García Mansilla, designados en comisión en la Corte Suprema por el propio Milei. Un misil teledirigido a Santiago Caputo, fue casi una declaración de guerra al libertario.
Las declaraciones de alto voltaje del jefe del PRO conviven con el desarrollo, al menos por ahora, de la agenda localista encarada por el otro Macri. La mutación de la estrategia hacia dos frentes simultáneos, provoca que mientras el expresidente tira con munición gruesa contra la cúpula libertaria, el alcalde encabeza un raid de anuncios de obras y proyectos circunscriptos a la Ciudad siguiendo adelante la interpelación al electorado porteño.
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El dilema libertario
En la tropa de la Libertad Avanzada el dilema opera de manera inversa. Bajo el convencimiento interno de que el nivel de aceptación público de su hermano se sostiene, El Jefe está lanzada a conquistar la colina amarilla porteña y no hay otra alternativa que disputarla desde el poder del proyecto nacional. Tan confiada estaba que no dudó en deshacerse de Ramiro Marra y lo expulsó de Las Fuerzas del Cielo. El desplazamiento fue presentado como otra acción de la despiadada guillotina karinista, pero en mayo se verá el costo de la purificación. Hay quienes en LLA que ya lo lamentan como un error.
La definición de Manuel Adorni como candidato a primer legislador fue otra muestra más de la estrategia nacionalizadora. Con alto conocimiento público, desde el día uno de la campaña hace uso del púlpito privilegiado que le otorga ser vocero presidencial y aprovecha los minutos de aire fuera del esquema de campaña, en los que emprende contra el macrismo con la misma intensidad que defiende la gestión de Milei.
Lejos de los esquemas tradicionales de actos y recorridas, Adorni va a mantener su visibilidad desde el atril y desde las redes sociales. En contraste con el lanzamiento del PRO, que el viernes reunió en un acto en el Planetario a sus principales integrantes de la boleta, el vocero presidencial se mostrará la semana que viene, a modo de puntapié formal de la campaña, en un canal de streaming libertario.
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Blindar al rey
Como contracara del proceso que parece envolver al PRO, después de decidirse por una figura de alcance nacional como cabeza, los estrategas libertarios empiezan a inclinarse sobre una agenda localista que entra en contradicción con la intención de arrastrar la pelea porteña a la arena nacional.
El concepto que va a operar como aglutinante de la ofensiva sobre el territorio porteño es "motosierra en la Ciudad". En criollo, LLA van a profundizar la política que ya desplegó Pilar Ramirez desde la Legislatura para presionar al gobierno porteño para que implemente un recorte en el Estado local y una baja compulsiva de los impuestos, a riesgo de desdibujar la estrategia por la que Adorni quedó como cara visible del ADN de la batalla cultural libertaria.
Ramírez no sólo es la jefa del bloque porteño de LLA y ladera de máxima confianza de Karina Milei, es la cara visible de la ofensiva desplegada en el distrito para debilitar a Jorge Macri. Mesas de afiliación en los barrios, caminatas en las que participan los principales referentes libertarios y la presión legislativa son algunos de los instrumentos con los que desafían al PRO.
La última movida fue una provocación abierta: la hermana del presidente, el vocero, los actuales diputados y los candidatos se mostraron juntos en la puerta de la Jefatura de Gobierno porteña agitando literalmente una motosierra. Allí trabaja Jorge no Mauricio. El objetivo localista es la jefatura de Gobierno en 2027.
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Pese a la aparición de Karina en esa actividad, el Adorni candidato agita la idea de que los Milei no van a estar involucrados en la campaña local, que basta y sobra con el equipo libertario porteño y con su figura para dar la pelea. La duda es si esa definición responde efectivamente a una planificación meditada por la cúpula de La Libertad Avanza o si se trata de un cortafuego improvisado frente un eventual revés electoral para el Presidente, como marca de LLA, y su hermana, como diseñadora de la estrategia electoral.
El cambio en el escenario político desatado por el encadenamiento de las constantes microcrisis en el oficialismo nacional y su impacto en la imagen presidencial, pegan de lleno en una elección altamente fragmentada, donde el peronismo aparece en las encuestas como la alternativa más elegida. En ese clima, la campaña de Adorni empieza a imponer la idea de que una buena elección en la Ciudad, no necesariamente es salir primero, sino ganarle al dueño de casa: el macrismo.
La lectura más conservadora es que todo lo que se coseche por encima de los 13 puntos, que en 2023 le permitió a LLA sumar cuatro legisladores, se va a presentar como un crecimiento de la fuerza violeta y, por lo tanto, una victoria sobre los amarillos. Para eso, el recurso "municipalizador" de la elección será clave porque permitirá centrar el fuego sobre la gestión de Macri y, a la vez, será el atajo ideal para intentar preservar al gobierno nacional y sobre todo a Milei de plasmar su cara en un eventual segundo puesto en la elección que promete impactar en el resto de las que se vienen en el año.