El intendente de la capital de La Pampa, Luciano di Nápoli, eligió dejar al rejunte opositor de Santa Rosagritando en el desierto. El jefe comunal ninguneó a los bloques del Concejo Deliberante que le negaron el cuórum y les gritó retruco. Anunció que prorrogará el Presupuesto 2024 para este año y cerró el tema.
El contraataque del intendente peronista fue repelido de inmediato desde el campamento que comparten la UCR, el PRO y Comunidad Organizada, que compara al excamporista con Javier Milei, lo tildan de “caprichoso” y denuncian que su “marca de gestión” es “la falta de transparencia”.
Pero di Nápoli acordó con su bloque oficialista usar la lapicera y hacer una demostración de poder. Así, dejó establecido que si la herramienta de negar el cuórum se vuelve sistemática, el Ejecutivo encontrará sus propios modos para que la gestión no se paralice.
Así de picante arrancó en Santa Rosa el electoral 2025, aunque son apenas los primeros escarceos de un año que se anuncia tenso, y de un tiempo extendido que tendrá esa misma intensidad porque di Nápoli afronta con un legislativo empardado el camino que sueña con terminar en la Gobernación 2027.
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Luciano Di Napoli, intendente de Santa Rosa.
No es gratis ni sencillo. La motosierra nacional libertaria impacta de lleno en las condiciones económicas y sociales de una capital de provincia, y la ley de coparticipación provincial también perjudicó a Santa Rosa, cuando di Nápoli hizo su primer gesto fuerte para marcar la cancha.
Además, recibe cuestionamientos sindicales y también soporta llamaradas de fuego amigo. Por un lado, ya hay compañeros que se prueban el traje de la sucesión, como el ziliottista Marcelo Pedehontaá, secretario de Trabajo provincial y último presidente del congreso partidario del PJ. Por otro lado, di Nápoli se convirtió en enemigo íntimo del sector al que perteneció, La Cámpora, que lidera la diputada María Luz “Luchy” Alonso, diputada provincial y vicepresidenta del PJ pampeano.
A cambio de esos recelos, el jefe comunal y presidente del Consejo de Unidades Básicas de Santa Rosa se “peronizó” y hace buenas migas con otras intendencias “no alineadas” del todo con el gobernador Sergio Ziliotto. En ese tren se deja apadrinar por el viejo cacique Carlos Verna.
Además de los asuntos de gestión y de su originario kirchnerismo, la oposición no le perdona a di Nápoli que venga de familia radical: su padre, Emir “Copete” di Nápoli, de quien heredó el apodo, fue diputado provincial y candidato a gobernador por la UCR; su madre, María del Carmen Campos, fue referencia social del mismo partido. También por eso el espacio boinablanca se la tiene jurada.
La UCR y el PRO, a puro calificativo
El último punto de confrontación fue el esquema de costos: la oposición que lidera la UCR se negó a tratar el Presupuesto si no contaba con la información precisa que justificara el incremento de los servicios municipales. La gestión no dio el brazo a torcer y el bloque oficialista con Francisco Bompadre a la cabeza insistió en que radicales, macristas y tiernistas sólo buscaban excusas. En el camino, 15 autoridades de distintas áreas del Ejecutivo habían ido al Concejo a dar explicaciones durante 3 horas.
El intendente hizo de cuenta que ni se inmutó por el desplante opositor. Refrescó que en La Pampa no es tradición gambetear el cuórum, usó con sutileza la consabida chicana de que los concejales tienen que “sentarse a trabajar” y lamentó que “no prime la sensatez”. “Se prorrogará automáticamente el presupuesto del año anterior y esperemos que haya cordura y en el mes de marzo se pueda discutir”, confirmó di Nápoli en una entrevista con El Diario de La Pampa.
Lejos de la armonía, el rejunte opositor blandió las armas que tenía a mano: el discurso ácido y picante. Un par de comunicados amucharon calificativos para la gestión y el intendente: “capricho”, “total impunidad”, “discrecionalidad”, “falta de transparencia”, enumeraron en su acusación Diego Camargo, Luján Mazzuco, Romina Paci (UCR), Fernanda Oddi, Marcelo Guerrero (PRO) y Nancy Castañiera (Comunidad Organizada).
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La oposición en la capital de La Pampa: Nancy Castañiera (Comunidad Organizada), Fernanda Oddi, Marcelo Guerrero (PRO), Diego Camargo, Romina Paci, Luján Mazzuco (UCR).
La larga carrera de Luciano di Nápoli hacia 2027
Ante la luz pública, Di Nápoli intenta salirse de los dimes y diretes de la política de confrontación partidaria. Está pensando en otra cosa, su segunda gestión tiende puentes con sectores sociales que no fueron sus seguidores del primer día. Hay menos centroizquierda y más peronismo ortodoxo, hay menos progresismo y más apuesta a la llegada a los espacios vecinales poco politizados.
Por eso mismo tres de sus principales banderas de gestión están muy claras, también en el presupuesto de la polémica. La prioridad y los recursos apuntan a bajar el costo de los alimentos en mercados municipales; a la seguridad en el tránsito y a la “creación y revitalización de espacios públicos”.
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Último domingo de 2024: mientras la oposición patalea por la "falta de transparencia", el intendente de la capital de La Pampa, Luciano di Nápoli, participa en la Correcaminata junto a su asesor José Luis Carluche.
Se volvieron sus caballitos de batalla la Revisión Técnica Obligatoria, el Alcohol Cero, las fotomultas. Inaugura parques, mejora espacios de recreación, visibiliza la actividad deportiva: el último fin de semana, mientras la oposición pataleaba por su ninguneo, di Nápoli se puso ropas de atleta para participar de la Correcaminata “Por una Infancia Feliz” que él mismo organizó.
Cuando mira de reojo el calendario electoral, el intendente de Santa Rosa también calcula que el tiempo puede estar de su lado y que las obras públicas de los últimos años empezarán a dar frutos próximamente. Esa es una carrera de largo aliento, y sabe que la meta del 2027 debe encararse no como si fueran 100 metros llanos, sino como un maratón en el que gana quien mejor sepa cultivar la paciencia.