A las 19.06, la única muchedumbre que estaba en los alrededores del Congreso era la fila para ingresar a la función de la película brasilera Aún estoy aquí, en el cine Gamount, que forma parte del sistema de INCAA, por el cual pasó la motosierra libertaria. En menos de dos horas, estaba prevista la llegada de Javier Milei desde la Casa Rosada y nadie lo estaba esperando.
El Gobierno perdió en el campo de batalla online por el escándalo del Libragate que se convirtió en la crisis más profunda de La Libertad Avanza (LLA), al punto de que dejó a la tropa libertaria sin norte digital para arremeter en la agenda.
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La fila para entrar al cine, la única muchedumbre que se juntó en la previa del 1M de Javier Milei.
A pesar de los esfuerzos de Karina Milei, que se pasó el primer año de mandato de su hermano montando el andamiaje jurídico libertario, el oficialismo tampoco logra poner un pie en la calle real: el vacío que esperaba al Presidente en los alrededores del Congreso para su segundo discurso ante la Asamblea Legislativa puede dar fe de ello.
Irónicamente, cuando ya la gente estaba en sala del Gamount disfrutando de la película, otro grupo de personas se concentró a 70 metros del Palacio, detrás de las vallas de seguridad. Vestían algunas banderas argentinas. A lo lejos se las podía confundir con militancia libertaria. “Queremos una Corte Suprema libre de impunidad y corrupción”, se leía en una de las pancartas que tenía pegada una foto de Ariel Lijo levantando un pulgar. El juez nombrado en comisión por decreto en el máximo tribunal era uno de los invitados de lujo a la Asamblea, pero faltó a la cita.
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Una protesta contra el nombramiento de Ariel Lijo en la Corte espera a Javier Milei.
Javier Milei: "Mucha gente habrá querido venir..."
Una mujer, que no se excusó de hablar con Letra P, le explicó a su amiga la magra convocatoria. “A las manifestaciones va gente paga y encima a esta hora la gente está jugando al fútbol o haciendo sus cosas”, le dijo. Ambas estaban del otro lado de la plaza, como yéndose y tampoco parecía que iban a esperar a Milei.
Previendo o no una escasa convocatoria, con el antecedente de las recientes fotos sin foco cenital de la campaña de afiliación de LLA y considerando que por delante hay un feriado extralarge, Karina Milei desistió de convocar para moldear un recibimiento a su hermano con tónica peronista. Ni el operador bonaerense Sebastián Pareja movió un dedo, a pedido de El Jefe. La apuesta de la Casa Rosada es al rating del primetime televisivo y a las interacciones en Twitter, un territorio que se volvió hostil en el último tiempo para los Milei.
Lejos de las demostraciones del peronismo y hasta de Cambiemos, a pesar de la tristemente célebre frase de Mauricio Macri culpando al clima por la escasa convocatoria, alrededor del evento tampoco se montó una economía informal, el emprendedurismo que tanto evoca el ADN libertario. Apenas un mantero puso unas banderas argentinas en venta sobre la vereda de Hipólito Yrigoyen. No había remeras violetas ni amarillas ni prendedores del León ni con ninguna iconografía libertaria. No había motosierras. Apenas algún turista curioso sacándoles fotos a los granaderos. No había influencers libertarios tampoco.
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Por la zona apenas había unos afiches en A4 de impresoras pegados aquí y allá con alguna consigna que puede tomarse por libertaria, firmadas por una tal Agrupación La Genco: “Libertad es progreso” y “Erradicar a Gramsci de la cultura”, un filósofo marxista que murió en 1937.
El desertico paisaje de este sábado contrasta incluso con el 1M de despedida de Alberto Fernández, que incluso en su ocaso político tuvo la picardía de esperar más de 50 días para desistir finalmente de buscar una reelección que seguramente no conseguiría. Para el momento de la Asamblea Legislativa de 2023, todavía había algunos trasnochados del gabinete que soñaban despiertos con construir un albertismo que dejara atrás al kirchnerismo.
Este sábado, en un 1M previo al Carnaval, ni eso. No hubo bombos ni redoblantes ni murgas. Al menos afuera del Congreso, donde la revoución libertaria brilló por su ausencia.