La jugada de Jorge Macri encolumnó a casi todo el peronismo, que sueña con el batacazo. Abal Medina puede pelear por afuera. El kicillofismo, en silencio.
La votación para suspender las PASO renovó la unidad del peronismo porteño donde pulen la estrategia electoral para la Ciudad y la Nación.
Siguiendo la máxima de convertir en una virtud propia la dificultad ajena, el peronismo porteño utilizó el debate para la suspensión de las PASO para ordenarse internamente. El viernes pasado, en la Legislatura porteña, el bloque de Unión por la Patria votó de manera unánime el pedido de Jorge Macri que fijó las elecciones para el 18 mayo, aunque hubo sectores internos que criticaron esa postura.
"En la Cámara de Diputados tuvimos compañeros que votaron a favor, en contra o se abstuvieron para suspender las primarias. En el Senado pasó algo similar, pero en la Ciudad se mantuvo la unidad de criterio y votamos en el mismo sentido todos". Ese balance es el que corre en la cúpula del peronismo metropolitano donde hay satisfacción con el resultado de la negociación política de la semana pasada.
La versión porteña de UP se había planteado como objetivo no ser el primer distrito en validar la suspensión de las elecciones antes que se pronunciara el Congreso, pero también que no hubiera fugas internas y se mantuviera la unidad del bloque, más allá de las decisión definitiva.
Ambos objetivos se cumplieron en la Ciudad, pero las negociaciones con el oficialismo depararon otros pequeños triunfos en un escenario de debilidad del PRO. Apurado por la incógnita sobre el impacto que tendría el escándalo del Libragate en los acuerdos parlamentarios nacionales, Macri optó la semana pasada por llamar a una sesión que inicialmente fue rechazada por el peronismo.
Montado en la fortaleza de contar con los votos imprescindibles para voltear las PASO, el PJ condicionó el tratamiento del proyecto a que primero se resolviese en la esfera nacional. Es más, una vez que le comunicaron a los operadores macristas que iban a acompañar la suspensión de esa instancia electoral, impusieron como nueva condición que las elecciones generales fueran el 18 de mayo. Y así terminó siendo anunciado por el oficialismo y formalizado este lunes por Macri.
La reuniones internas para acordar la posición común en las negociaciones con el oficialismo incluyeron, además, conversaciones para pulir la estrategia política para la Ciudad y para la pelea nacional. Como contó este portal, en el peronismo se entusiasman con la idea de que la fragmentación de la oferta electoral de derecha y centroderecha, a lo que se suma lo que consideran que es una pérdida del poder del PRO, abre la puerta una chance cierta de un triunfo del peronismo en el distrito.
Con ese diagnóstico, el PJ acordó que Leandro Santoro sea el primer candidato a legislador, como instancia para proyectarse nuevamente para pelear la Jefatura de Gobierno, mientras que las definiciones para ordenar los candidatos a senadores y diputados nacionales por la Ciudad quedará en manos del sector más vinculado a La Cámpora y Cristina Fernández de Kirchner. En este ecosistema, el senador nacional y presidente del Partido Justicialista porteño, Mariano Recalde, pica en punta para volver a encabezar la boleta de las elecciones de octubre.
Con el acuerdo de encolumnar al conjunto de UP detrás de la candidatura de Santoro, ya empezó el poroteo para definir la composición de la lista de legisladores. En mayo, el peronismo tiene que renovar ocho de las 18 bancas que lo convierten en la primera minoría de la cámara y sus dirigentes están confiados en conseguir un resultado que les da aún más poder en la casa.
La hipótesis más optimista y más difundida entre los peronistas, proyecta que esa fuerza podría conseguir 30 puntos en la elección de medio término, que se traduciría en 10 nuevos legisladores, dos más que los actuales. Ese resultado, por un lado facilita las negociaciones por los lugares en la lista en un distrito muy prolífico de agrupaciones y, al mismo tiempo, reforzaría el poder parlamentario de cara al round clave en 2027.
La participación de todos los sectores del peronismo en esa negociación tuvo una excepción. Juan Manuel Abal Medina, criticó la posición de UP en la suspensión de las PASO porque considera que "que no hace más que beneficiar a Jorge Macri y a Javier Milei". El exjefe de Gabinete de CFK desembarcó en la Ciudad el año pasado de la mano del Movimiento Evita y de UPCN, que lo respaldaron en la campaña para meterse en el PJ metropolitano, donde fue designado cuarto vicepresidente.
Agitando una posición crítica sobre la trayectoria reciente del peronismo, está abocado a caminar algunos barrios porteños reclamando la renovación de la conducción del distrito. Ahora sin el instrumento de competencia interna, se abre la incógnita sobre si apelará a una negociación para buscar lugares dentro de la lista de UP o se inclina por presentarse por afuera del peronismo oficial.
Tampoco hubo señales de la agrupación KM 0 que dirige el ministro de Producción bonaerense, Augusto Costa. En los últimos meses, este espacio kicillofista aceleró sus actividades porteñas para preparar un desembarco, pero no se incorporó a la dinámica interna de UP por lo que pareciera que se desinfla el desembarco del dirigente de Vélez Sarsfield en la Ciudad.