La interna boinablanca

La UCR de Córdoba espera que el congreso partidario defina la alianza con Javier Milei

El sector de De Loredo rechaza los desplantes antilibertarios de sus correligionarios y confía en las herramientas institucionales para definir la estrategia.

La conducción de la UCR de Córdoba, en manos de la alianza interna que lideran Rodrigo de Loredo y Marcos Ferrer, no tiene dudas ni deja margen para ellas: las definiciones sobre una posible alianza con Javier Milei deben ser tomadas por el congreso partidario.

La ratificación del rol del órgano partidario como camino adecuado para delinear estrategias electorales emerge como respuesta a los intentos por apurar decisiones sobre el rol que el radicalismo cordobés debe cumplir frente a un gobierno libertario que no para de incomodarlo.

El referendo, que propone realizar el domingo 4 de mayo, permitiría “que sean los afiliados los que resuelvan si una coalición con La Libertad Avanza es un límite para la UCR”. Simultáneamente afirma que impediría a la dirigencia “esconder su posición”.

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“La UCR no tiene nada que ver con la visión populista y conservadora de Milei. Defendemos la educación pública y a nuestros jubilados, creemos en el estado presente para proteger a los que menos tienen. Además, el Presidente siempre ha destratado al radicalismo y sus dirigentes. A pesar de ello, no hay una definición tajante entre los principales dirigentes cordobeses respecto a la imposibilidad de construir una alianza con el partido de gobierno”, fustiga el radical de Construyendo Córdoba, bloque que marca diferencias, sin romper, con la representación parlamentaria boinablanca, presidida por el deloredista Matías Gvozdenovich.

La coincidencia con Ramón Mestre

Sin necesidad de reafirmación, las palabras de Rossi se suman a la de otros sectores que acusan al presidente del bloque radical en la Cámara de Diputados de alentar una posible alianza entre fuerzas, con fines meramente convenientes a su espacio.

Dicha convergencia con los libertarios le permitiría, barruntan sus críticos, renovar su banca en el Congreso y conservar un lugar expectable para 2027, momento en que debería volver a pulsear con Luis Juez para definir el retador oficial del peronismo cordobés, ya fuera del tinglado de Juntos por el Cambio.

Idealmente, para fortalecer las chances, podría ofrecer al radicalismo como puente para unir al mileísmo con el ala dura del PRO, que mira con buenos ojos al libertario pero no quiere ceder el protagonismo de su partido.

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En similar frecuencia suenan las palabras de Ramón Mestre, para quien De Loredo “ya no se esconde en blanquear que quiere entregar el partido a Milei”.

“Somos muchos los que creemos que el radicalismo debe quedarse sosteniendo sus propias banderas históricas o explorar alternativas que tengan vinculación directa con nuestros valores. Basta de bancas acomodaticias y de poner lo personal por sobre lo colectivo. No vamos a rifar nuestras convicciones, aunque desde adentro quieran vender a nuestro partido”, toreó el exintendente capitalino por redes.

El tiempismo de Rodrigo de Loredo

En el entorno de De Loredo le restan importancia a los cuestionamientos y aseguran que su principal preocupación se ciñe a la convocatoria a sesiones extraordinarias cursada por el Ejecutivo nacional.

En simultáneo, desestiman la factibilidad de un plebiscito como el planteado por Rossi. No sólo lo consideran inviable por cuestiones organizativas y de logística, atendiendo a la necesidad de mover miles de personas. También reparan en las consecuencias de una millonaria erogación que sería mal vista por una opinión pública atravesada por la antipolítica.

“Son jugadas sin sustento, propias de alguien que quiere ganar atención. Intentan meter presión”, sintetizan.

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El presidente del bloque de la UCR en Diputados, Rodrigo de Loredo, en la reunión convocada por Guillermo Francos.

El presidente del bloque de la UCR en Diputados, Rodrigo de Loredo, en la reunión convocada por Guillermo Francos.

Como toda alternativa, destacan que el congreso partidario es el facultado para discutir y determinar si el partido acudirá a las elecciones como parte de una alianza o por cuenta propia a los comicios parlamentarios de este año.

Aunque dicho encuentro debe realizarse una vez por año, aún no cuenta con fecha definida para 2025. Algunos atan la convocatoria a la realización o no de las PASO. Si se concretasen, no debería extenderse más allá de fines del mes de mayo, respetando un plazo mínimo de 60 días.

La fragmentación en Córdoba

Desde el deloredismo trasuntan confianza sobre la suerte que podría correr la postura que lleven, aún siendo aliancista, al mencionado congreso provincial. Como repasan, cuentan con una mayoría de casi dos tercios sobre el total de los representantes: 78 sobre 119.

Voces opositoras a la conducción del riotercerense Marcos Ferrer, relativizan dichos cálculos. Según explican, la cuenta real de congresales es de 110, dado que hay dos departamentos que no han completado la elección. Del nuevo total, 41 votos corresponden a Más Radicalismo, alianza interna del mestrismo con sectores anti-Milei.

Esta minoría podría llegar a crecer significativamente si se sumasen corrientes que tampoco aceptan una unión con La Libertad Avanza. Con una proyección de paridad, podrían plantarse férreamente y dar disputa. “Si pasamos los 50, de inmediato convocamos al Congreso”, se envalentonan disidentes.

“Ni con Milei ni con Macri, el radicalismo tiene que encabezar. No importa si perdemos, lo que no podemos es rifar el partido. Lo que no podemos es atarnos a caprichos del momento”, rematan voceros que ayer nomás celebraban una tregua para evitar que la interna se dirimiera en las urnas.

Gustavo Benedetti deja la puerta abierta a posibles desafíos provinciales o nacionales.
Marcos Ferrer y Ramón Mestre se reencontraron, después de algunos chispazos, en la asunción de la autoridades de la UCR de la ciudad de Córdoba.

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