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Ley ómnibus y reforma fiscal: habrá debates separados y el Gobierno teme quedarse sin poderes especiales

La sesión será maratónica. El oficialismo rosquea para que Milei tenga facultades delegadas. Poroteo de votos para eliminar la moratoria previsional.

Se trata del apartado que inicia la ley ómnibus, donde se estipula conceder al Gobierno delegaciones en las materias económicas, financiera, energética y administrativa. Con esas herramientas, Milei podría reestructurar el Estado o desviar recursos del presupuesto sin consultar al Congreso.

Si bien el DNU 70/23 -rechazado por en el Senado- ya le garantiza al Presidente parte de esas facultades, sería una derrota política que fueran eliminadas del la ley ómnibus XS. Si pasara, la presión recaería sobre los bloques dialoguistas de Diputados, que deberían definir si ratifican la versión original o los cambios introducidos por la cámara alta.

Como explicó Letra P, en la Casa Rosada aceptaron retocar la privatización de Aerolíneas Argentinas para no perder la venta del resto de las empresas públicas. Tampoco quedaría en el listado el Correo Argentino. El capítulo de Ganancias no tendría apoyo de la mayoría, ya que ni siquiera conforma a los patagónicos, pese a que tiene una deducción del 22 por ciento para la región. Otro artículo en riesgo es la eliminación de la moratoria previsional.

En labor, se acordó que la sesión tenga debates divididos por proyectos, con dos votaciones espaciadas, a diferencia de Diputados. Quedó en estudio la posibilidad de pasar a un cuarto intermedio en caso de que el debate se prorrogue más de lo esperado.

La modalidad fue pedida por UP y concedida por el resto de la oposición, que reclamó empezar puntual, a las 10. Para esta moción, el peronismo contó con el respaldo de los chubutenses Edith Terenzi y Andrea Cristina, cercanas al gobernador Ignacio Torres. Otro compromiso es que no haya homenajes y cuestiones de privilegio, para no perder tiempo.

Villarruel quiere apurar los tiempos del debate porque ni bien Milei parta a Europa para la reunión del G7 ella deberá dejarle el manejo de la sesión a Bartolomé Abdala, presidente provisional. Ni siquiera está autorizada a pisar el recinto. Con el cronograma acordado, en el mejor de los casos, podría presenciar la votación de la ley ómnibus.

Las autoridades de bloque consensuaron además que haya 20 oradores por cada proyecto, 10 de UP y la misma cantidad distribuida en el resto de las fuerzas. Los discursos serán de 10 minutos y los cierres, de 20, aunque habrá un tiempo más para José Mayans, jefe de la bancada upeísta.

El sistema de votación en particular será por capítulo -o título, si es posible-, con cinco minutos para proponer cambios y 10 para los miembros informantes. Sólo se abrirá el debate del articulado cuando no haya acuerdo.

Ocurrirá con el siete del proyecto ómnibus, que tiene privatizaciones. Podría haber objeciones para algunos tramos del Registro de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), que de todos modos tendría respaldo de provincias mineras de UP, cómo Catamarca y San Juan. Ganancias es una moneda al aire. Podría caerse el capítulo completo, o pasar con apoyo de otros sectores de UP. La mira está puesta en Tucumán y Santiago del Estero.

Superpoderes, en riesgo

Las facultades delegadas son el artículo inicial de la ley ómnibus y en el oficialismo creen que podrán salvarlo en la votación en particular, aunque los números están ajustados.

Al rechazo de 33 integrantes de UP y del radical Martín Lousteau, que presentó un dictamen propio, se suma el voto en contra en este artículo del fueguino Pablo Blanco, de la UCR. Faltarían sólo dos votos para voltearlo y todavía no confirmó su postura el radical Maximiliano Abad, quien no firmó los dictámenes.

Cómo en todos los artículos, será decisiva la posición de la dupla santacruceña, integrada por José María Carambia y Natalia Gadano. El primero aportó la firma clave para dictaminar a cambio del aumento de las regalías mineras en la reforma fiscal.

Con esa concesión, en el Gobierno descartan que ayudará en la votación en general, pero no tienen garantías de una colaboración en todo el articulado.

De hecho, este lunes ni siquiera daban por hecho que ambos ayudarían para aprobar los dos proyectos. Corrió una versión de que la ley ómnibus podría tener 36 votos y debería desempatar la presidencia. Si eso ocurre, no se arriesgaría al triunfo oficialista.

La eliminación de la moratoria previsional podría quedarse sin 37 votos, porque tiene el rechazo de las aliadas Alejandra Vigo (Córdoba) y Mónica Silva (Río Negro). También podrían ser votar en contra los santacruceños.

Este martes será otra jornada de negociaciones y conteos. Como anticipó Letra P, Cristina Fernández de Kirchner intenta juntar 37 votos para voltear la mayoría de los artículos.

Con ese objetivo, mantuvo una reunión con los jefes de UP en el Senado, Mayans, Anabel Fernández Sagasti y Juliana Di Tullio. Jugarán asociados a Lousteau, con dictámenes propios y propuestas de reformas de todos los artículos.

Necesitan tres votos más y hay sondeos a Guadalupe Tagliaferri (PRO) y la neuquina Lucila Crexell, enojada con el Gobierno porque quedó en stand by la propuesta para ser embajadora en la Unesco. Era clave para sumar su voto.

Javier Milei durante la apertura de sesiones en el Congreso de la Nación. 
Héctor Stefani, el diputado del PRO que defiende Aerolíneas Argentinas. 

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