El nuevo entorno de Victoria Villarruel
Los libertarios que frecuentan a Karina citan una frase cada vez que la interna se descontrola. “En estos casos, todo se corta de raíz”, suelen repetir. A la defensiva, Villarruel se refugia en su círculo íntimo, cada vez más chico y dispuesto a dar pelea contra viento y marea. Confían en la imagen de la vice, que sigue alta, con buena recepción en todas las franjas etarias. Esos datos son su mayor activo ante el Círculo Rojo. El Jefe y Caputo están al tanto de los sondeos y creen que es momento de bajar los niveles de aceptación de la titular del Senado.
Cuando camina, Villarruel se rodea de su juventud, los villarruelines, quienes no alcanzan los 30 años de edad, mantienen cargos en el Senado y aspiraciones a obtener bancas en 2025. La anticipada disputa que plantó Karina es, además, un mensaje a la vice para que resigne aspiraciones de expandir su influencia en el Congreso. Esta vez, El jefe no quiere tener que dar explicaciones por dejarla fuera de la discusión por las nóminas.
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Bartolomé Abdala y Agustín Giustinian, con Victoria Villarruel.
Los villarruelines ganaron influencia y empezaron a molestar a los funcionarios del Senado que acompañaron a la vice en estos meses, como el secretario parlamentario, Agustín Giustinian; y la secretaria administrativa, María Laura Izzo.
Ambos quedaron relegados y quienes definen cada paso de Villarruel son el director de Recursos Humanos, Gonzalo Diego Izurieta; y Grisela Alejandra García Ortiz, directora de Asuntos Jurídicos, que aún se presenta en su cuenta de instagram como militante del PRO. Fueron quienes ayudaron a Villarruel a armar las listas de despidos, que provocaron un intento de renuncia de Izzo. La semana pasada Izurieta y García Ortiz definieron con la vice echar al personal que cumplía funciones para el exsenador Edgardo Kueider, como si fuera culpable de los presuntos delitos del entrerriano. Quieren anticipar despidos a la planta temporaria que reportaba al exsenador y humillar con traslados poco felices a la permanente, integrada por gente de carrera, dispuesta a resistir.
En el Senado aseguran que Villarruel intentará ascender a su tropa con cargos en la sesión preparatoria de la última semana de febrero, pero necesita los votos de la mayoría del recinto y no tiene a nadie que pida por ella. También ese día se elegirán las autoridades y la vicepresidenta tendrá su prueba de fuego al intentar mantener a Bartolomé Abdala en la presidencia provisional. Hasta ahora, no tiene otro candidato, pero desconfía de Milei.
El incidente por la sesión que Villarruel presidió durante un viaje de Milei alimenta la versión de que la Casa Rosada exigirá una figura propia en la línea sucesora. ¿Existe? Por si acaso, los gobernadores aliados sondean a Caputo para imponer un nombre de consenso. Luis Juez suena como propuesta del propio Presidente. Sin UP, cualquier otro esquema necesita unanimidad del resto del recinto, que nadie puede garantizar.
Otros frentes
Antes de elegir autoridades, el Senado tendrá dos debates que erosionarán más la relación entre el binomio presidencial. Uno es sobre las dietas de los representantes de la cámara alta, que Villarruel quiere que sigan congeladas, pero no tuvo respaldo de los jefes de bloque para votarlo en la última sesión.
Aunque no puede definir sobre las votaciones del Senado, la vicepresidenta soportó que los aumentos en las dietas definidos a mano alzada en el recinto fueran utilizados por el fuego amigo de la Casa Rosada que se enciende en las redes sociales. Es por eso que quiere no volver a alimentarlo y evalúa alternativas, como la reinterpretación de la resolución vigente para que los haberes no se actualicen desde febrero. No todos los bloques la apoyan y la vice tiene tiempo hasta mediados de enero para evitar un aumento. Antes, de no mediar una corrección, también se liquidará el aguinaldo que se cobra en el Senado, a partir de una resolución aprobada en abril.
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La otra compulsa en la cámara alta es por la Corte Suprema: Milei definirá esta semana si nombra por decreto a Lijo y García-Mansilla, para continuar con la negociación de sus pliegos desde febrero con la dupla en el Tribunal. Villarruel, se sabe, repudia a Lijo, quien consiguió las firmas para el dictamen y tiene confianza de alcanzar los dos tercios en el recinto para aprobarlo. Hay una decena de miembros de UP que ya avisaron en reuniones internas que respaldarán al juez si se vota su pliego. Confían en volcar a favor al resto del bloque.
Reproches peronistas
En UP hay quienes creen que Milei se equivocó en no avanzar con la aprobación del pliego de Lijo y dejarlo atado a la suerte de García-Mansilla, quien no juntará nunca los dos tercios. “Podría haber tenido un juez propio y no darle al titular del Tribunal, Horacio Rosatti, la chance de poner conjueces que le responden”, se lamentaban en el peronismo esta semana, ante el anuncio de los supremos sobre una lista, ya confirmada, de camaristas dispuestos a firmar fallos de la Corte con el santafesino y Carlos Rosenkrantz, quienes de esa manera continuarán con una mayoría automática, pese a la jubilación de Juan Carlos Maqueda. Ricardo Lorenzetti, promotor de Lijo, sigue en minoría.
En la Casa Rosada parecen haberse olvidado de leer bien la ley 23.498, que le permite a la Corte completar el tribunal con conjueces surgidos de las cámaras inferiores y, sólo en caso de no tenerlos, debe pedirle al Senado que defina una lista alternativa. La última fue aprobada en la cámara alta en 2018 y ya venció.
Ariel Lijo con José Mayans
Ariel Lijo con José Mayans
Para evitar esta maniobra de Rosatti, Milei insiste en nombrar a Lijo y García-Mansilla por decreto y seguir la negociación en el Senado, aun cuando UP, que tiene capacidad de bloquear los dos tercios, advirtió que si toma ese camino rechazará los dos pliegos, esta vez para siempre.
Tras esa advertencia, Lijo hizo saber que no estaba dispuesto a aceptar su nombramiento por decreto y recibió una contrapropuesta: tomarse licencia un año en su juzgado para no quedarse sin trabajo si el Senado no lo toma en cuenta.
El juez no respondió, pero sabe que le conviene esperar, porque está cerca de reunir los dos tercios del Senado para ser nombrado y no puede dilapidar todo por la persistencia de Milei en pedir por García-Mansilla. Además, el trámite que planea la administración libertaria depende exclusivamente de Rosatti, encargado de firmar las licencias de jueces y tomar las juras de sus eventuales compañeros de Tribunal.
Caputo está a cargo de las gestiones y repite su fórmula: no negociar y tratar de pasar por encima al Congreso. Por eso también pisó los 150 pliegos de magistrados, que en el Senado esperan con ansias. Hay quienes temen que el asesor presidencial esté buscando un resquicio jurídico para nombrarlos por decreto y hasta hablan de llamados a los candidatos para que no acepten.
Objetivo PASO
En Diputados la próxima parada será el tratamiento de los proyectos de reforma política, que incluyen la eliminación de las PASO y las restricciones para tener partidos políticos. Guillermo Francos prefirió no dar la pelea en diciembre, pero, en diálogo con diputados libertarios que lo contactaron esta semana, prometió un último intento en febrero o marzo.
En la Casa Rosada confían en que Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa podrán volcar el bloque Unión por la Patria a favor de votar una sola vez, al menos en 2025. El tigrense propone una suspensión de las primarias para el año próximo y luego evaluar una reforma electoral más profunda.
El problema es que un planteo así de CFK y Massa podría partir los bloques de UP. Ya hay rebeliones de algunos sectores, como el Movimiento Evita, Patria Grande (Juan Grabois) o sin tierra que buscan dirimir las candidaturas locales y al menos quieren que las PASO sean optativas.
“Tengo un planteo distinto por provincia”, suele repetir el jefe de UP en Diputados, Germán Martínez, oriundo de Santa Fe, donde las primarias son norma desde hace dos décadas. El PRO y la UCR tienen mayoría de sus miembros en contra de borrar las PASO.
LLA dará una batalla cultural, como acostumbra. Las encuestas que maneja Caputo indican que la mayoría de la población prefiere acortar el calendario electoral. Por eso quiere que la ley sea en marzo, abril a más tardar.
Para sumar votos, Francos aclara que la Justicia electoral no se opone a cambiar reglas del juego en años de elecciones si, como sería en este caso, la reforma es para postergar el inicio de las obligaciones.
Con el esquema actual, que a las PASO se suma la boleta única de papel, la presentación de las listas debería ser a fines de mayo. No son pocos quienes prefieren seguir la rosca unos meses más. Milei los irá a buscar a todos.