En un año como residente de la Casa Rosada, Javier Milei incurrió, a su modo, en los siete pecados capitales que para la doctrina de la Iglesia católica son faltas muy graves y fuente de muchos otros. En términos religiosos, sin arrepentimiento y perdón de Dios, estos causan la muerte eterna en el infierno.
El papa Gregorio Magno enumeró los pecados capitales a fines del siglo VI y santo Tomás de Aquino los ordenó y detalló en la Suma Teológica, su obra publicada en el siglo XIII. Dante Alighieri los recogió en La Divina Comedia.
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En sus 12 meses de gobierno, Milei protagonizó hechos políticos, económicos y sociales que bien pueden emparentarse con estas ofensas a Dios y que, según los ojos con los que se los miren, son poco dignos de quien llegó a la Casa Rosada acompañado por las “fuerzas del cielo”.
Los siete de Javier Milei
Soberbia
Tal vez para este pecado capital no haya un ejemplo puntual, pero sí es la sensación -y no sólo eso- que genera Milei cada vez que se para frente a un estrado. “Soberbio” es el adjetivo en el que coincide la mayoría de las personas que lo escuchan y al que suman otros calificativos: altivo, presuntuoso, egocéntrico, arrogante, engreído… Letra P lo constato en el último Coloquio de Idea en Mar del Plata.
JAVIER MILEI COLOQUIO DE IDEA
Javier Milei en el Coloquio de IDEA
IDEA
Pese a que la actitud de Milei provoca temor y rechazo, también la forma de moverse en política del Presidente genera la adhesión de la militancia libertaria, sobre todo juvenil, que la reivindica como una característica “muy argentina”.
En este sentido, aunque sin referirse puntualmente a Milei, el papa Francisco suele repetir un chiste sobre sus coterráneos. "¿Usted sabe cómo se suicida un argentino? Se sube arriba de su ego y se tira para abajo", contó en varias oportunidades.
Avaricia
Como detalló Letra P, Milei arrancó 2023 con un patrimonio de $21.101.634 y lo terminó, ya como presidente, con bienes por $125.640.891. Es un incremento del 495%, más del doble que la inflación del año pasado.
A principios de este año, el mandatario entregó a la Oficina Anticorrupción (OA) su declaración jurada patrimonial inicial con una fortuna estimada en $54.762.270, pero sin reflejar la evolución durante 12 meses.
Lujuria
A mediados de agosto, este portal afirmó que Milei estableció un récord de lo más curioso: en ocho meses de gestión tuvo tantas novias, Fátima Florez y Yuyito González, como leyes consiguió que le aprobara el Congreso.
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Concretamente, dos parejas y dos sanciones parlamentarias: la de la llamada ley Bases, que le costó mucho más trabajo que a Dolina el amor de Laura -el proyecto anduvo un semestre completo de acá para allá, como chorizo en fuente de loza, y debió ser sometido a un proceso doloroso de jibarización para pasar el filtro del nido de ratas, que recién le dio la bendición final el 28 de junio- y la reforma fiscal, que anduvo en yunta con el ómnibus que terminó en combi.
En definitiva, Milei fue igual de prolífico en las lides del amor que en los juegos parlamentarios de seducción.
Ira
Este pecado capital se hizo evidente en la prédica discursiva de Milei. Nadie se salvó de sus arrebatos de violencia verbal. Ni la casta ni el papa. Menos, sus detractores.
Las expresiones presidenciales pasaron de las comparaciones y descalificativos a los insultos y agravios sin escalas.
Milei identificó a Jorge Bergoglio como el "representante del maligno en la tierra" o como alguien que “tiene afinidad con los comunistas asesinos” que gobiernan la región.
En sus discursos, Milei arremete contra la oposición con términos despectivos que ya forman parte de su vocabulario cotidiano. La casta es su blanco preferido y apela a términos como “ensobrados”, “prebendarios”, “estafadores”, “traidores” y “liliputienses”, entre otros muchos.
Pereza
Esta negligencia o descuido en las tareas que se deben realizar se expusieron en los primeros meses de su llegada a la Casa Rosada, cuando sus colaboradores más cercanos reconocían que Milei evitaba meter los pies en el barro de la política; tarea que dejaba entonces en manos de su hermana, Karina Milei, conocida como El Jefe.
Las circunstancias coyunturales y la necesidad de aprobar la ley Bases hicieron que el primer mandatario dejara de mirar sólo el rumbo de la economía y también se enfocará en las cuestiones políticas.
No obstante, declaraciones de quienes colaboran en la gestión no estuvieron exentas de polémica. Tal como ocurrió con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien aseguró que el Presidente “no entiende la política” y fue forzado a “traducir” públicamente sus dichos.
Gula
A mediados de septiembre, Milei no encontró mejor forma de homenajear a la tropa legislativa que votó a favor del veto a la reforma jubilatoria con un asado en la Quinta Presidencial de Olivos.
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El asado de Javier Milei con "los héroes"
Presidencia
El menú de aquel encuentro con “los héroes” del Congreso incluyó entradas varias, asado de plato principal, ensaladas, vino, agua y gaseosas. Cada persona sentada a la mesa pagó 20 mil pesos el plato y quien quisiera repetir alguno de los pasos debió abonar un extra.
Envidia
El primer mandatario no expresó públicamente si envidia a alguna persona, pero sí le atribuye a referentes de la oposición o de la política “tradicional” incurrir en este pecado.
"El que no se banca que unos ciudadanos avancen más que otros pedirán que la libertad se cercene en nombre de la igualdad, porque, 'si yo no avanzo, vos tampoco'. El pequeño detalle es que no es, entonces, la igualdad lo que preocupa, sino la posibilidad de que unos ciudadanos sean diferentes a otros. Eso se llama envidia, no igualdad", dijo Milei a poco de asumir la Presidencia.
Fuentes partidarias consultadas por Letra P confirmaron que Milei no dijo a quién envidia, pero reconocieron que “podría tenerla por algún político extranjero que se destaca por su liderazgo internacional”.