El gobernador jugará en todo el paño ideológico. El tigrense ordena subir el perfil a su tropa. Las opciones del Instituto Patria. ¿Una chance para el PJ?
Martín Llaryora, Daniel Passerini y Alejandra Vigo, en el acto del 17 de octubre en Córdoba.
“Cristina Fernández de Kirchner (CFK) va a trabajar para que Córdoba tenga una lista peronista que represente a quienes quedaron postergados por el ajuste despiadado de Javier Milei ”, resumía una fuente de Unión por la Patria la estrategia de la presidenta del PJ para la provincia mediterránea, el bastión imposible.
“Para nosotros va a ser más fácil subirnos a Hacemos si el Gringo se peroniza”. Esta fue una frase que un puñado de intendentes y figuras del conurbano bonaerense compartieron esta semana a un armador del exgobernador Juan Schiaretti, muy activo en Buenos Aires, su propio bastión imposible.
“Sergio Massa va a jugar sí o sí, es un paso clave para fortalecer al peronismo de esta provincia en dos años”, resumía un operador local del tigrense que volvió entusiasmado de la última cumbre del Frente Renovador.
Las tres frases tienen en común una observación latente: la caída de Milei en las encuestas es una oportunidad para ese justicialismo sacudido y humillado con el castigo del electorado. Lo cierto es que el mapa que arrojan las elecciones locales en todo el país, donde el PJ va partido, no es alentador y en este distrito nada parece indicar que sea la excepción.
El cordobesismo tuvo que esconderlo por muchos años y le funcionó. El cristinismo tuvo el mérito de no camuflarlo en los tiempos de bonanza libertaria y le funcionará. Al fin y al cabo, su jefa emerge como la única opositora legitimada en este lío a nivel nacional. El massismo piensa a largo plazo: como la base para meter la cuchara en los armados de 2027.
¿Más peronismo para hablarle en octubre a un electorado que lo rechazó masivamente en 2023? La respuesta parece indicar que sí, aunque con variantes.
Martín Llaryora no depondrá su visión transversal de la política. Ya tiene el GPS ideológico definido de la campaña: orden fiscal y seguridad, por derecha; educación y salud, por izquierda; política, por el centro, moderada y plural. Su cabeza de lista será del riñón del cordobesismo. Schiaretti es su candidato imposible y baraja nombres.
Natalia de la Sota es la mejor posicionada en las encuestas. La relación está tirante, pero la caída de Milei transforma la rebeldía de la hija de José Manuel de la Sota en un activo.
Si no cierra con la diputada, la escudería intendentista le ofrecerá el grado de acidez opositora. Crítica, hoy tiene la cancha libre para hablar pestes del modelo libertario.
Si el camino es el bien peronista, la diputada De la Sota reúne más chances de quedar con los pies adentro del plato. Tiene mecanismo de presión porque es una pieza codiciada. Sin embargo, por ahora, en el Panal tensionan como lo hace ella. “Está muy pegada a los K, en Córdoba eso es como la mancha venenosa”, recuerdan.
Letra P contó que Massa piensa en la diputada como cabeza de su lista. El excandidato presidencial la espera, pero no se quedará quieto. Ordenó a su tropa peinar el territorio y levantar el perfil marcando diferencias con Llaryora, sin romperlo todo. El espacio avanza hacia la constitución formal del sello. Todo verde para aspirar a grandes nombres, por ahora.
La profesora de música se limita a hablar de un frente amplio para justificar cómo una amistad familiar tornó en estrategia política. Jugar en contra del equipo que fundó su padre tiene que tener, al menos, garantía de triunfo.
Lo que no sabe es que CFK también puso el ojo en De la Sota. Cabe recordar que su nombre también había sonado desde el Instituto Patria como una buena opción del interior para integrar la nueva conducción del PJ a nvel nacional.
Las conversaciones entre la cordobesa y los alfiles cristinistas existen pero, si con Massa la alianza es poco probable, con el kirchnerismo duro, más aún.
Esta baraja de opciones deportivas a esta altura del calendario electoral pone de relieve que el peronismo, en sus vertientes, empieza a darse cuenta de una cosa: para interpelar al electorado hay que volver a la doctrina.
CFK tendrá lista propia. Como favorito asoma el legislador Federico Alesandri, al menos el único que es medido por las encuestadoras como el candidato de Cristina. Lo cierto es que no estaría todo cerrado y asoman más nombres.
El gremialista Pablo Carro es uno de los que se queda afuera del Congreso este año si no revalida. Está en la baraja, una noticia que le traerá alegría porque quiere extender su estadía. Asoman otros perfiles jóvenes.
Constanza San Pedro pica en punta. Integrante de Patria Grande, la filósofa, docente y feminista es una de las opciones que tienen en cuenta en el Instituto Patria.
Alesandri tiene méritos, pero si deja su banca ingresará Juan Monserrat, el referente del gremio docente de Córdoba. “No está con nosotros”, disparan a secas sobre el gremialista que participó del último congreso del Frente Renovador de Massa.
Más allá de la baraja, la mano derecha de CFK en la provincia, la diputada Gabriela Estévez, está trabajando en la reconstrucción de la línea interna que responde directamente a la expresidenta.
En la ronda de conversaciones para parar en el territorio la propuesta cristinista está la exsenadora Haydeé Giri, la dirigente que fue impulsada por la entonces esposa de De la Sota y secretaria general de Estado, Olga Riutort, y que tejió un vínculo con el kirchnerismo en auellos tiempos lejanos vía Graciela Ocaña, la nueva socia de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad.
La escudería sigue con Héctor Tito Lobo, un histórico dirigente peronista de la capital provincial, funcionario cordobesista, cercano al exsenador albertista Carlos Caserio. Por su intermedio, escaló en 2021 en la Empresa Argentina de Navegación Aérea, dependiente del Ministerio de Transporte.
Eduardo Lalo Barrionuevo, otro referente de la capital, funcionario cordobesista, se suma a la tropa de armadores. Los tres nombres tienen presencia dentro del Movimiento de Unidad Peronista que fundó De la Sota.
Córdoba es un terreno difícil, pero en las filas de Primero la Patria también ya habían olfateado que había espacio para el peronismo también en la provincia mediterránea. La lista propia es decisión tomada.
No creen que Massa se corte solo por más que sus alfiles aseguren que “la lista K” les beneficia para desmarcar su propuesta, que se apoya en el delasotismo de origen. “Es la típica presión para encabezar”, analizan.
El PJ olfatea oportunidad con la caída de Milei. Las tres vertientes saben que mejorará, pero que el escenario arrollador que asomaba hace algunas semanas atrás ya no es tal. Dedos en V, listos para recuperar la mística entre dos peronismos que quieren recuperar la mística de José Manuel de la Sota y otro, el oficialismo, que camina entre el pasado, sus próceres y la renovación.