Temprano, antes del cierre de listas, Santiago Caputo quedó apartado del armado de La Libertad Avanza en Santa Fe. No quedó claro si fue una decisión propia o una imposición, pero lo cierto es que las decisiones relativas a las candidaturas de la Bota quedaron a cargo de Karina Milei y su lugarteniente santafesina, Romina Diez.
El paso al costado de Santiago Caputo
El asesor estrella, vértice del triángulo de hierro, había intentado un acercamiento con Amalia Granata. De hecho, fue el que propició la reactivación del contacto entre la mediática y Javier Milei. A través suyo y de Leonardo Squarzon, pareja de la diputada, existió una charla telefónica -en términos personales y no políticos, aclararon luego- que hizo recalcular a toda la política santafesina. Sin embargo, la jugada no pasó el filtro de Diez, ama y señora del karinismo en Santa Fe.
La economista, mujer de confianza de la secretaria General de la Presidencia, fue la encargada de armar el sello de LLA en la Bota y se quedó con la lapicera para definir candidaturas. Apoyada en las negociaciones por Lule Menem, pobló las listas de candidatos propios y ungió como cabeza de lista a Nicolás Mayoraz, un aliado que se ganó la confianza del núcleo duro de Karina. Para acallar rumores, Diez sumó a Caputo en sus agradecimientos tras el cierre de listas de manera muy cálida: “Gracias porque cuando te pongo ‘HELP’, ahí estás”, le dedicó en un largo texto.
Los tres vaticinios del asesor estrella
Ya apartado de la cocina de las decisiones en Santa Fe, Caputo monitoreó el proceso electoral e hizo tres vaticinios. Por un lado, fue uno de los pocos que adelantó que Granata sería competitiva en las elecciones, a diferencia de la mayoría de las encuestas que rondaban en Santa Fe que la ubicaban lejos y afectada por una migración de votos. De hecho, Caputo nunca descartó que Granata sacara más votos que La Libertad Avanza. No pasó, pero estuvo muy cerca: menos de dos puntos.
Por otro lado, el Mago del Kremlin no aprobó la estrategia de Mayoraz. Notó que el candidato era desconocido para el gran público, que la campaña no tenía resultados en revertir ese desconocimiento y que la gran apuesta a la tracción del sello, que sí medía en la Bota, no estaba resultando. El segundo lugar detrás de Maximiliano Pullaro, el principal objetivo que se había trazado el laboratorio libertario, estaba lejos para Caputo. Incluso llegó a vislumbrar un cuarto lugar, del que quedó a tan solo quince mil votos.
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Nicolas Mayoraz, Candela Rodriguez, Romina Diez y Juan Pedro Aleart.
El tercer vaticinio tuvo que ver, justamente, con el gobernador y su candidatura. Ni en la Casa Gris esperaban repetir la performance de 2023, cuando superaron el millón de votos, pero aspiraban a arañar los seiscientos mil votos y superar la línea de los cuarenta puntos. Caputo fue más determinante: avisó que Pullaro no cruzaría la línea de los 37 puntos, un poco por cómo había quedado planteado el escenario electoral y otro poco por la baja participación.
La lectura en la Casa Rosada
Con el diario del lunes poselecciones, las críticas internas arreciaron contra el trío compuesto por Karina, Lule Menem y Diez. No se llegó al objetivo del segundo puesto ni se pudo amenazar la posición de Pullaro. “Si nos hubiesen escuchado, íbamos con Granata y salíamos segundos”, dicen por lo bajo en el equipo de Caputo, apalancados en los tres pronósticos acertados. La política no es matemática, pero entre ambos frentes cosecharon diecisiete escaños en la Convención, lo que los hubiese transformado en el segundo bloque más numeroso.
Cerca de Lule Menem, sin embargo, la lectura es la contrapuesta: “Perdimos todos”. Reconocen que la estrategia no dio los resultados que esperaban, pero señalan que Granata no logró superar a Mayoraz y que la performance de La Libertad Avanza no fue tan catastrófica, lo que entienden que debilita la posición de Caputo. Haciendo un exagerado ejercicio de mirar el vaso medio lleno, valoran que “al menos, sirvió para mostrar que totalmente solos llegamos a un tercer lugar”.
De fondo, asoma la tensa disputa por definir quiénes serán los encargados de diseñar las estrategias para las elecciones distritales, que tiene su propio capítulo en la provincia de Buenos Aires. Hay un dato anexo que puede aportar al río revuelto: aunque no estuvo presente en la campaña -¿no quiso o no la dejaron?-, Patricia Bullrich se anotó entre las ganadoras en Santa Fe. Juan Pedro Aleart, el único triunfador, fue acercado por ella a La Libertad Avanza. El domingo por la noche, Diez copó la parada y lo lanzó como candidato a intendente de Rosario.