En una visita exprés, el otro yo de Sergio Massa hizo catarsis peronista y no dejó guiños para Ricardo Quintela. La apuesta por la construcción propia.
Malena Galmarini junto a los referentes del Frente Renovador en Córdoba
En un breve lapso de tiempo, Malena Galmarini rubricó dos vectores decisivos para las canteras del Frente Renovador(FR) en Córdoba: profundizar un armado de características propias en la provincia y no involucrarse en la interna entre Cristina Fernández de Kirchner y Ricardo Quintela por la conducción del PJ nacional.
Se trata de dos ejes interdependientes, según las circunstancias políticas del momento. Son también dos consignas que mantiene el massismo mediterráneo desde el nuevo intento de conformación oficial que iniciara tras la derrota en las elecciones presidenciales del pasado año.
Las repitió este jueves por la noche la propia armadora nacional del FR, quien llegó a la provincia en un viaje que obedece al cursado de una diplomatura en la Universidad Católica de Córdoba y sólo fuera anunciado a un puñado de dirigentes. Aquí se quedará hasta la tarde del viernes, momento en que volverá a Tigre por la misma vía terrestre.
Antes y después de las clases presenciales, en cada encuentro con esa misma dirigencia, Galmarini repite que el FR es otra expresión del justicialismo, pero por fuera del armado formalizado en el PJ.
La consigna opera como certificación de prescindencia ante la disputa entre CFK y Quintela por la presidencia del Partido Justicialista, que debería dirimirse en las elecciones internas previstas para el domingo 17 de noviembre.
La confirmación de la abstención llega en un momento inoportuno para el gobernador riojano, quien sigue tendiendo lazos para engrosar el staff con que espera resolver aquella puja. Entre los objetivos de dicha búsqueda se encuentran algunas referencias del massismo, como quedó demostrado en su reciente visita a la provincia.
La ratificación de neutralidad no sólo impacta en la proyección de Quintela. También marca una coincidencia con la imparcialidad declamada en el peronismo cordobés, cuyos líderes, Martín Llaryora y Juan Schiaretti, siguen subrayando las diferencias que los convierten en opuestos de un partido cooptado, a nivel nacional, por el kirchnerismo.
A tono con las voces provinciales, la extitular de AySA también lamenta la escalada en la interna del justicialismo. El contexto crítico, interpretan en el FR, amerita mensajes bien distintos a los que emanan de una interna.
“Hay molestia. Entendemos que es una interna innecesaria. Hay algo que el peronismo hizo mal todo este tiempo: desoír a la gente. Cuando ves a los argentinos sufrir tanto, como sufren con el gobierno de Milei, cuando ves tanto desguace, más te duele la interna entre peronistas”, narra una de las voces que se sentó en la mesa en la reunión nocturna.
Tantas referencias a la pelea intestina, remarca la fuente, opacan el verdadero sentido de la construcción de una oposición, amplia por definición, urgente por el mismo contexto crítico.
Los lamentos por esa puja incluyen la vinculación que se tiende con el espacio a través de Fernando Galmarini, el padre de Malena. Desde el entorno de ésta remarcan que se trata de una decisión personalísima del exfuncionario menemista, quien comprometió su adhesión a Quintela hace meses, “sin pensar que todo podría derivar en esta situación”.
En este paso por Córdoba, la exdiputada también ratificó la necesidad de avanzar en un armado de características propias, sin dejar de tender puentes con otros sectores peronistas.
En otras palabras, avanzar hacia la homologación del Frente Renovador en la provincia, de cara a las elecciones legislativas del próximo año, pero manteniendo un horizonte de alianzas hacia el 2027. Los mismos objetivos desde hace meses, pese a los frustrados intentos de los últimos años.
Contactos subterráneos y ambivalentes con Llaryora, resquemores conocidos con Schiaretti y desconfianzas ante el sinuoso juego de una parte del kirchnerismo local forman parte del entramado actual.
“Tenemos que seguir hablando con todas las partes”, subrayan voces que aún lamentan los tres puntos porcentuales que impidieron que Sergio Massa se consagrar presidente en la primera vuelta del pasado año.
Tras conocer la sede partidaria, Malena se comprometió a una nueva visita durante noviembre. A ella llegará con propuestas de más capacitaciones a través de la Fundación Encuentro (el tanque de ideas massista), en el camino a convertirse en "la mejor alternativa a Milei".
También con los primeros trazos de una agenda de trabajo que se irá completando según las observaciones de dirigentes locales, a los que pidió “estar cerca de la gente, atentos a las necesidades de los vecinos”.