"Hay que romper". María Eugenia Vidal cuestiona "el mensaje" sobre el que Javier MIlei construyó el batacazo que lo puso en la final de las elecciones 2023, con serias chances de gobernar el país desde el próximo 10 de diciembre, cuando se cumplirán 40 años del inicio del primer gobierno democrático después de la noche más oscura de la historia nacional. Sin embargo, prefiere ver la paja en el ojo propio. "Hay una enorme responsabilidad nuestra" en la emergencia de esa consigna que llama a destruir, advierte y aclara que se refiere a "todos los que formamos parte del sistema político". "Dejamos de representar", sentencia y advierte que, en ese sentido, "la política" se debe "una autocrítica enorme".
La diputada del PRO por la Ciudad, que fue la primera mujer que gobernó la provincia de Buenos Aires después de quebrar, en 2015, un ciclo de hegemonía peronista de 28 años en ese territorio, dejó esa reflexión durante una entrevista realizada en el marco de Democracia, 40 años: deudas y desafíos, un ciclo audiovisual producido por Letra P y la Universidad Abierta Interamericana (UAI) que reúne conversaciones con figuras relevantes de la vida nacional, referentes de las más diversas corrientes ideológicas.
"Hay que romper con el sistema, hay que romper con la casta... rompiendo vamos a resolver lo que no se pudo resolver, ese es el mensaje", resume Vidal para describir la narrativa libertaria, pero enseguida se concentra en las razones que, considera, explican el fenómeno. "Hay -dice- una enorme responsabilidad nuestra", porque "la política se convirtió en un circo que hace una función para sí misma y los argentinos están afuera de la carpa".
Vidal, uno de los apellidos centrales de la política argentina de la última década y una de las personalidades más convocantes del partido fundado por Mauricio Macri, confiesa que su posición le valió no pocas tensiones. "Dije esto durante mucho tiempo y a algunos de mis colegas no les gustó, sobre todo a algunos que pertenecen a Juntos por el Cambio; di grandes debates internos" alrededor de este diagnóstico, cuenta la legisladora. "Es una autocrítica enorme la que tenemos que hacernos todos los que formamos parte del sistema político", porque "dejamos de representar", explica.
40 años de democracia - Letra P
Este pasaje de la entrevista realizada por el periodista Marcelo Falak, que se puede ver completa en el video que acompaña esta nota, tuvo la temperatura de la más estricta actualidad, cuyo análisis no era el objetivo central del ciclo, grabado entre la primera vuelta y el ballotage del calendario electoral 2023; un proceso signado por una cadena de hechos inesperados: el triunfo de la ultraderecha en las PASO, la victoria oficialista de Sergio Massa en los comicios del 22 de octubre y, en esa parada, la caída de Juntos por el Cambio al tercer puesto del podio, resultado que dejó fuera de la carrera a la fuerza opositora que se presentaba, hace apenas algunos meses, como la opción más competitiva. Mientras se escriben estas líneas, la coalición se desangra en una fractura -un sector decidió encolumnarse detrás del candidato libertario y otro sostiene una neutralidad que también se resquebraja- a la que solo le falta el moño de la formalidad.
Sin embargo, al mismo tiempo, las definiciones de Vidal responden claramente a la consigna del proyecto. Como el resto de las figuras convocadas, la exvicejefa de Gobierno de la Ciudad reflexionó sobre el invalorable patrimonio institucional, político y cultural construido en libertad durante estas cuatro décadas, pero, también, sobre lo que falló, desde la promesa fundacional de que con la democracia se come, se cura y se educa, para que el país llegara a esta efeméride exhibiendo un deterioro insoportable de las condiciones materiales de una enorme franja de la población (más del 40% en la pobreza) y con un tercio del electorado buscando la salida en un movimiento de ultraderecha de rasgos peligrosamente autoritarios.
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"Dejamos de representar". La frase es de por sí contundente, pero Vidal abunda: "No es casualidad que aparezcan espacios de representación alternativos frente a la ausencia de respuestas por parte de los partidos que hemos gobernado".
En la primera de las entrevistas presentadas por Letra P, Felipe Solá, colega de Vidal en la experiencia de gobernar la provincia tantas veces caracterizada como "inviable", se animó a cuestionar aquella promesa fundacional de Raúl Alfonsín que, 40 años después, naufraga en un mar de frustraciones. "'Con la democracia se come, se cura y se educa' fue una frase voluntarista, bien intencionada, pero un error. Con el diario del lunes, yo hubiera dicho 'con la democracia se convive', aunque en ese momento hubiera parecido poco", señaló el dirigente peronista.
#40D DEMOCRACIA, DEUDAS Y DESAFÍOS | FELIPE SOLÁ
En el plano de la representación y acaso vinculada con lo que Vidal describe como "un circo" en el que la política "hace una función para sí misma" con "los argentinos afuera de la carpa", Solá dejó una propuesta destinada, acaso, a achicar la carpa y favorecer la construcción de consensos que conviertan la gestión política en un ejercicio virtuoso. "Debemos modificar la Constitución para que no votemos cada dos años, sino cada cuatro", porque "las elecciones intermedias operan en contra de cualquier acuerdo", advirtió.
En este interregno entre el aniversario del triunfo radical de 30 de octubre de 1983 y el de la asunción de Alfonsín, el 10 de diciembre de ese año, Letra P seguirá publicando las entrevistas de Democracia, 40 años: deudas y desafíos. Pasarán por esta tribuna Federico Storani, Eduardo Belliboni, Vilma Ibarra, Carlos Corach, Teddy Karagozian, Miriam Lewin, Héctor Daer, Analía del Franco, Ricardo Delgado, Cristina Caamaño y Federico Pinedo.
