El gobernador de Córdoba pide gestión 24/7 y hay rumores de cambios. La encuesta que confirma la polarización maldita. Pelea millonaria y difícil con Milei.
Martín Llaryora sabe que la gran pelea electoral va a ser entre Javier Milei y Cristina Fernández de Kirchner.
En el Panal, la casa del gobierno de Córdoba, aseguran que Martín Llaryora no es afecto a los cambios de gabinete, pero el río suena porque el gobernador le respira en la nuca a quienes integran su equipo. La presión se respira en cada esquina y los fantasmas acechan. Javier Milei y el año electoral sacuden el tablero.
Llaryora quiere mostrar resultados de gestión en lo inmediato y las rotaciones propias de la víspera electoral engordan la trama especulativa. No es un secreto que Ignacio García Aresca quiere el Ministerio de Bioagroindustria que ocupa Sergio Busso. Si el ultraschiarettista integra la lista para la Cámara de Diputados en 2025, el sueño del hermano de la vida del mandatario provincial no parece tan lejano.
La posibilidad de la incorporación de Héctor Baldassi está sujeta a la formalización del acuerdo entre Juan Schiaretti y Horacio Rodríguez Larreta. En el entorno del diputado del PRO dicen que no fueron invitados al Partido Cordobés, pero la Agencia Córdoba Deportes sería el destino en caso de que quede afuera de alguna nómina. Esta semana habrá una cumbre larretista en Buenos Aires que está coordinando el diputado Álvaro González.
A García Aresca y a “La Coneja” se les vence el mandato en 2025. Mauricio Macri contactó al exárbitro internacional para hacer las paces.
Otro que anda pechando es un exfuncionario de Ramón Mestre y amigo del histórico asesor cordobesista Roberto Sposetti. Francisco Marchiaro quiere el ascenso de vocal a presidente de la Agencia Córdoba Cultura, pero al que no mueven de la silla es al ministro de Gobierno, Manuel Calvo. “Te quiero en el gobierno”, dicen que le dijo el jefe.
Tiene lógica, porque en el sprint final de año, el gobernador redoblará la exigencia puertas afuera y adentro del Centro Cívico. Ya se respira un clima de campaña en la política de Córdoba y el vaho de la incertidumbre sobre lo que viene.
Uno de los consultores de consumo frecuente en el Panal, Luis Dall’Aglio, presentó un informe a nivel nacional con tres escenarios que confirma la sospecha general: no habría lugar para la vía del medio en 2025. Se entiende por qué Llaryora anticipa que se pondrá el escudo cordobesista de la gestión para pasar un turno complejo.
En el primer escenario se contemplan todas las listas posibles y con candidatos propios. La lista de La Libertad Avanza que apoye Javier Milei se alzaría con una intención de voto del 34,8%; una lista del PRO referenciada en Mauricio Macri lograría el 7%; una nómina radical apoyada por Martín Lousteau, el 3,6%; una boleta auspiciada por Cristina Fernández de Kirchner, 33,2%; y otra esponsoreda por Schiaretti, el 4,9%. La Izquierda se mantiene cerca, con el 4,3%.
El segundo escenario propone a todas las listas posibles, pero con una alianza entre LLA y el PRO. Esta combinación potencia la cosecha violeta al 39,4%, la boleta lustosista no presenta cambios con el esquema anterior (3,7%); la de Unión por la Patria casi que tampoco (34,7%). La escudería schiarettista obtendría en ese contexto 5,6%, siempre del total nacional.
El tercer escenario ensambla a la UCR con la LLA y el PRO. Esta melange lograría el 39%, Unión por la Patria un 35,1% y el armado nacional schiarettista, un 5,9%.
Milei y Cristina serán los grandes rivales. En Córdoba, ya quedó comprobado que la prédica antikirchnerista elige otras vías de escape en elecciones intermedias y todo parece indicar que seguiría siendo el Presidente.
En la provincia, la posibilidad de lograr el segundo puesto es el objetivo de máxima del oficialismo local y el camino no es otro que mantener alta la vibra del Modelo Córdoba. Se empieza a entender por qué Llaryora quiere a Schiaretti en escena y por qué el exgobernador se corre. De todas formas, no claudicará porque entiende que empezará a cosechar los frutos del desarme peronista en Buenos Aires y del desencanto con Milei. De hecho, este martes encabezará su primera incursión en el conurbano, precisamente en Tigre, de la mano de su intendente, Julio Zamora.
El gobernador mira números que le dicen que la gestión aumenta en su valoración popular y se moverá en el territorio, como le pide hasta el cansancio a su gabinete. La obra pública será el eje medular de estos dos meses. También las fotos con el intendentismo “de todos los partidos”.
El viernes se reunió con la intendenta del PRO, Sara Majorel, y su mentor, el ministro de Industria, Pedro Dellarossa. La dupla dice que se lleva bien, pero en 2026 deberán decidir el juego electoral en el kilómetro cero del cambio. La contadora se resiste a integrar el esquema del Partido Cordobés; se muestra con Macri y recorrió el evento de la Fundación Mediterránea con un llamativo traje del color de las fuerzas del cielo.
Probablemente el ingeniero prometió la ciudad cuando arregló su pase a la escudería. Eso no ocurrió. Llaryora gestiona en todos los frentes. Majorel dejó el Panal con un compromiso por 25 millones de pesos para el edificio de la Fuerza Policial Antinarcotráfico.
Horas después de que Milei tratara de golpista a Raúl Alfonsín y a Eduardo Duhalde, "compañero" que no encontró en la tribuna peronista gestos de repudio como sí los cosechó en el radicalismo el fallecido expresidente, el intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer, dejó de lado el anticordobesismo para compartir un anuncio de gestión con Llaryora. La debilidad de Evolución por las universidades es de conocimiento público.
Con esa zanahoria, Llaryora sentó en su despacho al presidente de la UCR de Córdoba. ¿Podrá el jefe boinablanca denunciar discriminación del Panal? Un argumento que se cae para la batalla que viene.
La agenda interna dominará la política de Llaryora, mientras hace números. La deuda de la Nación con Córdoba es de $800 mil millones, mientras en el Panal intentan buscar más información sobre el plan de reparación federal que anunció el Gobierno esta semana.
El ministro de Economía de la provincia, Guillermo Acosta, viajará a la Casa Rosada esta semana para conocer más detalles de este plan canje que puso sobre la mesa el vicejefe de gabinete, Lisandro Catalán.
La deuda de la Caja de Jubilaciones, que asciende a $450.000 millones ingresa en la lista de innegociables de Llaryora. Como adelantó en su momento Letra P, incluso estarían dispuestos a aceptar bonos de deuda para achicar el número.
Las semanas pasan y no hay plata. El cordobesismo masculla por lo bajo y sigue poniéndole una vela a la Corte Suprema por las demandas por la plata de los jubilados.
El problema de fondo es que Milei se recuperó del tropiezo en los sondeos y sigue fuerte.