Tras el pase del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, a la escudería libertaria, Mauricio Macri decidió apurar el operativo contención en el PRO bonaerense. Con ese objetivo, le encomendó al titular del partido en el distrito, Cristian Ritondo, la tarea de armar una cumbre que se haría en San Antonio de Areco a fin de mes.
Aunque en el partido aseguran que la salida de Valenzuela ya era un hecho anunciado, por la relación personal que tiene con Javier Milei, Macri entiende que el Gobierno apunta a generar un efecto contagio en otros intendentes y legisladores, a los que ya señala como posibles incorporaciones de La Libertad Avanza.
Entre los mencionados por el oficialismo están, por ejemplo, los diputados Ritondo y Diego Santilli, y los intendentes Ramón Lanús (San Isidro) y Guillermo Montenegro (General Pueyrredón), todos de diálogo fluido con la Casa Rosada.
Como contó Letra P, Santilli busca convertirse en candidato de la unidad entre LLA y el PRO en la provincia de Buenos Aires. El diputado estuvo la semana pasada en Balcarce 50 con Eduardo Lule Menem, mano derecha de Karina Milei en el armado nacional. Lo mismo promueve el intendente Lanús, que conversa con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. En privado se habló, incluso, de la posibilidad de que Valenzuela encabece una de las listas de legisladores provinciales de un eventual acuerdo.
Pero las conversaciones están complicadas. Es claro que el oficialismo quiere firmar el pase de los dirigentes macristas sin sellar una alianza con Macri. Es decir, busca vaciar el partido amarillo. “Hoy no veo ningún acuerdo, está muy complicado”, le dice, a Letra P, un integrante de la mesa chica macrista, que promueve el diálogo con LLA.
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Macri, dicen, volverá a insistir con su propuesta de armar una mesa de diálogo. Pero la iniciativa tiene fecha de vencimiento. Esperará un mes. Mientras tanto, hay un plan B en marcha. El expresidente busca contener las salidas de los propios que se debaten entre dar el salto y quedarse dentro de la estructura del PRO y apostar por reafirmar la identidad del partido, más allá de lo que suceda en el diálogo con LLA.
El pedido urgente a Cristian Ritondo
El expresidente le encomendó a Ritondo, titular del PRO bonaerense, que “de forma urgente” arme una cumbre con legisladores e intendentes propios. Cree que necesitan “gestos y contención” frente a las tentaciones que ofrece LLA, aunque no vislumbra que estén frente a la posibilidad de una salida en masa.
Ritondo conduce el PRO bonaerense desde comienzos de julio de 2024, después de que legisladores que responden a Patricia Bullrich generaran el primer quiebre oficial y rompieran el bloque amarillo en la provincia de Buenos Aires para armar una bancada propia, PRO Libertad, alineada con los libertarios.
“Que aparezca Mauricio ordena mucho al partido. No va a haber un efecto estampida”, confían cerca del expresidente. La convocatoria todavía no tiene fecha cierta, pero sería el 23 de febrero en San Antonio de Areco, la localidad que gobierna el macrista Francisco Ratto. La otra fecha que se baraja es una semana antes, el 15 de febrero. Será a la modalidad del PRO, como una suerte de retiro espiritual.
Las definiciones que podrían salir de ese cónclave estarán muy atadas a lo que suceda con el cronograma electoral de la provincia de Buenos Aires. En el PRO miran con buenos ojos la posibilidad de que Axel Kicillof avance en el desdoblamiento de las elecciones del territorio bonaerense. A los intendentes les interesa recuperar protagonismo en la discusión por el armado de las listas y en la campaña territorial sin depender del casillero nacional.