Aunque todavía no abandonó definitivamente la posibilidad de retomar el diálogo, Mauricio Macri ya le bajó a su mesa chica la orden interna para que el PRO empiece a preparar el terreno discursivo para explicarle a su electorado -compartido con Javier Milei- las razones por las cuales no logró cerrar un acuerdo con La Libertad Avanza.
El comunicado que el PRO publicó este martes empezó a profundizar esa idea. “Falta de vocación de diálogo” y “visión autoritaria” fueron las expresiones que quedaron plasmadas en el texto que publicó la cuenta oficial del partido para referirse al llamado del Gobierno a sesiones extraordinarias del Congreso.
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La publicación provocó la crítica de la Casa Rosada y también el enojo de algunos dirigentes del PRO, que dijeron no haber sido consultados. En este bando se anotaron los gobernadores Rogelio Frigerio e Ignacio Torres, de Entre Ríos y Chubut, respectivamente; y el jefe del bloque de Diputados, Cristian Ritondo, molesto porque el mensaje tocó cuestiones que están en el ámbito legislativo.
Del otro lado quedó Jorge Macri. El jefe de Gobierno es el más duro contra el gobierno de Milei y empuja a su primo, Mauricio, a la ruptura del diálogo con los libertarios. Fue el principal impulsor del comunicado amarillo en reclamo por la ausencia del Presupuesto 2025 en el termario. Hace meses que el alcalde tiene claro que LLA quiere quedarse con la Ciudad. Fue el primero en dar la señal de largada a la pelea, a fines del año pasado, cuando anunció el desdoblamiento de las elecciones porteñas.
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Aunque el expresidente promovió durante todo el año el acercamiento con Milei, en las últimas semanas se convenció de que el acuerdo será casi imposible de lograr, básicamente, porque no quieren Karina Milei y Santiago Caputo, las dos personas más cercanas al Presidente.
“Santiago nos odia”, sintetizó una fuente muy cercana a los Macri. "Karina dinamita puentes todo el tiempo", agrega un gobernador. “Todos le tomamos el tiempo al Gobierno. Hacen un franeleo y promueven un supuesto acercamiento, pero todos sabemos que, cuando llegue el momento, no van a querer cerrar ningún acuerdo. Solo quieren robar dirigentes del PRO y llevárselos a LLA”, aporta un dirigente que forma parte de la plana mayor del partido.
Ante este escenario de desconfianza, Macri les ordenó a los propios que no mencionen en público la palabra “acuerdo” y tampoco hablen de “coalición”, para evitar que se remita a lo que fue el armado de Juntos por el Cambio. La idea es que, en adelante, se remarque la colaboración que el PRO le dio en el primer año de gobierno a LLA.
El rechazo del entorno de Javier Milei
Como muestra de buena voluntad, la semana pasada, Macri ofreció el armado de una mesa “de trabajo”. Nominó, para eso, a cinco dirigentes propios. La recepción del oficialismo fue mala. “Les decís 'vengan, son bienvenidos' y te contestan con una comisión de notables, condiciones y una evaluación de gestión. Era más fácil, campeón. 'Ahí estaremos'. Pero no, porque priman los intereses de facción por los intereses de la Nación”, publicó la cuenta de Twitter MileiEmperador, que se le atribuye a Caputo.
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Después del ofrecimiento de la mesa de trabajo llegó el golpe del comunicado del PRO, que también fue mal recibido en la Casa Rosada. “El Presidente estará molesto por algunas consideraciones que ha hecho PRO en su último comunicado, fundamentalmente con respecto a la no presentación del Presupuesto en extraordinarias, que a nosotros nos parece absolutamente fuera de lugar, pero bueno, es una decisión de un partido", dijo este miércoles Guillermo Francos.
Pocos días antes, el jefe de Gabinete había dicho que veía con buenos ojos una candidatura de Macri a senador por la Ciudad y había abierto la puerta a un posible acuerdo. Una muestra clara de lo oscilante de la relación.
La orden de Mauricio Macri
De la sola lectura de las declaraciones de la dirigencia del PRO y de los comunicados del partido se entiende que el expresidente dio indicaciones de que se alternen apoyos al Gobierno con críticas puntuales, que puedan ir allanando el camino para el caso de que las conversaciones no lleguen a buen puerto. Así lo confirmaron fuentes del macrismo a Letra P.
Macri entiende que gran parte de su electorado ya se mudó a LLA o al menos pretende que el PRO acompañe y apoye a Milei. Pero también cree que puede ser permeable a las críticas que Macri y la dirigencia que lo rodea empieza a plasmar en público sobre un supuesto acuerdo con el kirchnerismo o los problemas relacionados con la institucionalidad.
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Esa lectura parte de la hipótesis de que, una vez que el electorado de Milei haya visto satisfecha su demanda de baja de la inflación, aparecerán nuevas exigencias, que el PRO podría atender. Por eso, Macri les dice a los propios que no le desespera el resultado de estas elecciones y que el PRO “tiene que pensar en 2027” y prepararse para esa competencia.
El expresidente entiende que la elección legislativa puede dejar mal parado a su partido en el corto plazo. Los números que le anuncian las encuestas son malos, pero piensa que los resultados pueden mostrarle a Milei cuánto pierde sin el PRO como aliado. Es una apuesta arriesgada y está atada a la idea de que el éxito del Gobierno podría ser efímero.
Jorge Macri, a todo o nada en la Ciudad
Como contó Letra P, Jorge Macri convocará a sesiones extraordinarias en la Legislatura y enviará en los próximos días el proyecto de suspensión de las PASO porteñas, que incluiría un adelantamiento de la fecha de las elecciones generales, desde el 6 a julio a mayo o junio.
El cambio tiene que ver con la idea del PRO de apostar todo a la competencia local para mostrarle a LLA su potencia electoral. A pesar del crecimiento libertario en las encuestas, el macrismo se tiene fe ciega a la hora de hacer campaña en su distrito. Si consiguiera revalidar su hegemonía con un triunfo en la Ciudad, podría sentarse en otras condiciones a discutir con LLA en el plano nacional. Pese a que muestran exceso de confianza, en la Casa Rosada saben que enfrentarse al PRO en territorio porteño “es como pelear contra el peronismo en el conurbano”.