Es un eje, un bloque, pero el trío de gobernadores de la Región Centro se mueve a velocidades distintas. En pos de una construcción que enfrente al poder central, el santafesino Maximiliano Pullaro y el cordobés Martín Llaryora aprietan más el acelerador que el entrerriano Rogelio Frigerio. Hay razones y variables electorales en juego en el tablero de la zona núcleo.
Maximiliano Pullaro y Martín Llaryora, por una alianza electoral
Dos datos, meramente objetivos, realzan la jugada del jueves en Santa Fe. Por un lado, se ponderó la decisión de Hacemos, el partido de Llaryora y Juan Schiaretti, de ingresar a Unidos para Cambiar Santa Fe, el oficialismo pullarista, e integrar la lista de convencionales detrás del gobernador (Claudia Giaccone ocupa el puesto 30 en la boleta, con escasas chances de ingresar a la Convención). Por el otro, el radical se animó a hablar de “programa de gobierno común” de la región para el país. ¿Qué más hay?
Pullaro y Llaryora están decididos a remarcar el contraste de la región con el gobierno nacional. Al menos en el entorno del santafesino, confían que la Casa Rosada entró en un espiral de errores no forzados desde que el presidente Javier Milei dio un discurso fallido en Davos. Además, señalan que el modelo que impone la Casa Rosada no registra la microeconomía y quedó atado a no generar factores que provoquen más inflación.
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Ante ese escenario, Santa Fe y Córdoba buscan diferenciarse de la Nación y desembolsan el mango para invertir en obra pública, subsidios y programas de crédito al empresariado y acompañamiento al campo, el motor de la zona. Ocupar los lugares que Milei deja vacantes. Algo así. “Los gobernadores están sintiendo el ajuste en la micro, en el comercio, la industria y el campo”, destacó un funcionario de primera línea de Pullaro.
Rogelio Frigerio en línea, pero con un plan provincial en stand by
Frigerio no difiere en ese aspecto, pero en su entorno sienten que sus pares se mueven a otro ritmo y nivel. El partido Hacemos también proyecta aterrizar en Entre Ríos, pero todavía no definió el esquema ¿Por dentro del oficialismo del mandatario del PRO o por fuera y en soledad, para robarle un puñado de puntos al peronismo?
Al menos en esa faceta hay que esperar. Frigerio, a la vez, mantiene en stand by un acuerdo electoral con La Libertad Avanza (LLA) y no quiere por el momento abrazar una agenda nacional. De hecho, hace varios meses que no concede una entrevista individual a medios capitalinos. La elección en la Ciudad de Buenos Aires, a la vez, donde el PRO y LLA se enfrentan con fiereza, puede rebotar en el intento de alianza provincial. Por ese motivo, tratan de bajar la espuma en Paraná.
Pullaro y Llaryora armarán por su lado para la elección nacional de octubre. Como cuenta Yanina Passero en su columna de este domingo, el cordobés cranea una confluencia con su par santafesino. El radical, además, tiene en dos semanas una fecha clave para asegurarse una chance de reelección. Si vence el 13 de abril y suma la cantidad necesaria de constituyentes, podrá continuar hasta 2031 al frente de la Casa Gris si quisiese jugar y el electorado acompañara. Caso contrario, le tocará aspirar a otro lugar y confiar la empresa de Unidos a otra persona.
No repetir la historia de 2017, una máxima para Maximiliano Pullaro
Cuando se acerque agosto y haya que cerrar la lista para la Cámara de Diputados, seguramente se consagrará una lista de Unidos para rivalizar con LLA y con el peronismo. Como para emular lo que hace cada dos años el cordobesismo. El socialista Miguel Lifschitz ya lo intentó en 2017 y le salió muy mal: su candidato terminó tercero cómodo detrás de Cambiemos y el Frente para la Victoria.
Ahora, con otro escenario y un gobierno que se desentiende de la micro, las expectativas pueden ser superiores que ocho años atrás. No obstante, la condición de moderado y garante de legitimidad social para Milei no va a desaparecer en Pullaro. “Este es un gobierno débil y los gobernadores van a evitar todo lo posible convertirse en férreos opositores”, blanquea un vocero del santafesino.
En ese marco, puede decirse que el trío no come vidrio. Por un lado, se observa y analiza cada vez con mayor preocupación las fallas del Gobierno, pero por el otro no hay un interés próximo, inmediato, en acelerar y ponerse en la vereda de enfrente de Milei. Kirchnerismo hay uno solo. Mientras tanto, cada uno, Pullaro, Llaryora y Frigerio, hacen su juego. Los dos primeros a mayor velocidad.