Contra casi todos los pronósticos, el primer año del vínculo de Maximiliano Pullaro como gobernador y Pablo Javkin como intendente no podría haber salido mejor. Pacificación de Rosario, reactivación de la obra pública y una creciente química política a la que se le avecina un desafío de plasmarse en el plano electoral.
Nada hacía pensar en este presente, con ambas administraciones jugando casi de memoria, sus tropas tendiendo a un acuerdo electoral y hasta alineados de cara a la reforma constitucional. “La estrategia la define el gobernador”, se le ha escuchado una y otra vez a Javkin. Hasta están construyendo un clásico: las reuniones periódicas los sábados a la mañana, en el despacho del gobernador y ambos de remera, publicadas en sus redes con una selfie informal.
La nueva química
Se conocen hace décadas, al punto tal que Javkin suele recordar que le dio clases a un jóven Pullaro en el marco de la militancia. Pero el devenir de sus carreras los encontró asiduamente enfrentados. El pico de esa tensión se dio en las primarias del 2023, cuando el rosarino apoyó a Carolina Losada y juntos enfrentaron al hughense, que retrucó la jugada apoyando a Miguel Tessandori como candidato a intendente. A las generales de ese año llegaron con una tirantez extrema.
Dos elementos ayudaron a construir el nuevo clima. Por un lado, la convicción del gobernador de que ninguna tirria política podía obstaculizar el desempeño de su gestión en Rosario, la ciudad que fue el bastión más importante de su triunfo. Por otro lado, el cambio de ánimo de Javkin, que dejó de lado las ambiciones de ser gobernador, lo que de alguna manera lo enfrentaba a Pullaro, y se dedicó a algo así como “disfrutar” de su cargo de alcalde.
La campaña en Rosario
El desafío es, ahora, plasmar esa química en el plano electoral. Se necesitan mutuamente, en el laboratorio pullarista reconocen que el armado en Rosario es su talón de Aquiles y que, aunque trabajan para reforzarlo, aún no están preparados. Por su parte, para el javkinismo sería la primera vez que pueden encarar una elección subidos al caballo del comisario provincial, contra el que corrieron en las últimas tres elecciones, incluso en la de 2019, cuando los candidatos de Miguel Lifschitz eran otros.
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Maximiliano Pullaro y Pablo Javkin
Lo que está claro es que la prepotencia de la gestión será el eje de la campaña. Es una conclusión obvia tras observar los anuncios de la primera semana del año como lo son el inicio de la construcción del tercer carril de la autopista Rosario-Santa Fe y de la remodelación de avenida Ayacucho, ambos incluidos dentro del Acuerdo Rosario. La obra pública parece ser la manera que encontró la Casa Gris de diferenciarse sin chocar con La Libertad Avanza. La apuesta es fuerte, ya que el gobernador prometió US$1500 millones de inversión.
Claro que Unidos para Cambiar Santa Fe se puede permitir esas apuestas porque logró controlar la problemática más urgente de Rosario. Será, por primera vez en una década, una campaña en la que la seguridad al menos comparta el protagonismo entre las propuestas. Aquel slogan que repetía Javkin, pidiendo que “pongan las luces azules, nosotros ya pusimos las blancas”, se cumplió con una reducción brutal de la violencia en las calles rosarinas.
De hecho, los dos proyectos más importantes que se cocinan para Rosario tienen que ver con una segunda etapa del plan: cambiar la imagen que la ciudad le brinda al resto del país. Una de esas iniciativas es la urbanización de la cabecera del Puente Rosario-Victoria; la otra es la organización de los Juegos Odesur 2026, que incluirá la construcción de una arena en La Rural. Una ciudad donde se pueden volver a hacer cosas, parece ser el mensaje.
Los nombres del eje Pablo Javkin & Maximiliano Pullaro
Con la partitura a disposición, queda por definir quiénes serán los intérpretes. Allí se yergue la mayor dificultad, porque si bien ambos tienen entre sus filas figuras con ambición, ninguna tiene la potencia para romper el mercado electoral y la que lo tiene, incomoda. Es el caso de Damián Pullaro, que desde hace rato viene sonando como candidato. A su lado no desmienten el deseo, pero reconocen que si el hughense bendice a su hermano se expone a ser criticado por “casta”. Dicen que, incluso, medió un pedido del propio gobernador, preocupado por pararse como líder de Unidos y no de un solo sector.
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Maximiliano Pullaro, Pablo Javkin, Gisela Scaglia y María Eugenia Schmuck
En la mesa chica del intendente las cosas tampoco están claras. Arriba Rosario, la sociedad que tienen con el radicalismo de María Eugenia Schmuck y Franco Bartolacci, necesita renovar los escaños de Mariano Roca y Nadia Amalevi, nombres importantes en la dinámica legislativa pero no tan taquilleros. Javkin tiene para ofrecer también a Carolina Labayrú, algo más conocida pero con rumor que la pone en duda: un supuesto veto de parte de los Pullaro. En el pullarismo aseguran que los probelmas que habrían generado ese veto, de haber existido, ya fueron saldados.
De cara a la Convención Constituyente el panorama es más claro. Cada dirigente que charla con Pullaro del tema se lleva una única certeza: Ciro Seisas será el candidato a convencional de Rosario y es el nombre que se proyecta de cara a la sucesión de Javkin. El senador departamental saltó a la política de la mano del intendente, es un hombre de su espacio, pero el gobernador lo tiene en su más alta estima. ¿Y Javkin? A su lado dicen que solo jugará si le ofrecen un lugar entre los primeros cinco de la lista que encabece Pullaro. Sin embargo, repiten, la estrategia la define el gobernador.