La Posta del Congreso

Nace la oposición no dialoguista y Javier Milei se olvida de sancionar leyes

Un sector de la UCR, la Coalición, outsiders y Llaryora dejaron de colaborar. La interna del PJ no rompe UP. Presupuesto, el obstáculo. El Senado, cerrado.

Javier Milei debe recordar con cierta nostalgia los agitados meses legislativos en los que se trataron las normas emblema de su gestión (ley Bases y reforma fiscal), cuando sus funcionarios iban a negociar al Congreso con bloques opositores dispuestos a garantizar una mayoría y debatir sólo la letra fina de los proyectos.

Esas bancadas eran la UCR, la Coalición Cívica y otras con figuras asociadas a partidos provinciales, como el bloque de de Encuentro Federal de Diputados. A este conjunto se lo bautizó, en el verano, la oposición dialoguista, para diferenciarlo de la intransigencia de Unión por la Patria y de los aliados oficialistas del PRO.

Como anticipó esta columna, después de la sanción de las leyes libertarias y de la firma del Pacto de Mayo con los gobernadores en julio, los dialoguistas, que ya habían mostrado sus dientes con la aprobación de la reforma previsional, enfriaron el vínculo con la Casa Rosada.

En la próxima semana esa distancia dejaría sus marcas con la reconfiguración de fuerzas en Diputados. Podrían romperse bloques y surgir alianzas entre quienes ya se pueden considerar parte de una oposición no dialoguista. Si estos sectores ensayan acuerdos tácitos con UP, como ya lo han hecho, pueden manejar el recinto.

El esquema tendría un fácil correlato en el Senado y le hará a Milei cada vez más difícil conseguir una ley. El Presidente empezó a resignarse a que la versión del Presupuesto 2025 que le devolverá el Congreso será impredecible.

El único objetivo del mandatario, hasta diciembre de 2025, es vetar las normas que pueda sancionar la oposición, como la que limita el uso de los decretos de necesidad y urgencia (DNU). No debería confiarse tanto para sus últimos años de mandato: quedar a pocos votos del cuórum con un cordón sanitario rígido dispuesto a complicarlo, puede ser igual que ser segunda o tercera minoría. Mauricio Macri puede dar fe de ello.

Javier Milei, con menos aliados

Dos hechos marcaron el nuevo escenario de la Cámara de Diputados que le impide a Milei pensar en leyes. Uno es la ruptura, casi oficializada, del bloque radical, que deja al menos una decena de sus miembros fuera del esquema de negociación con la Casa Rosada.

El otro episodio es el acuerdo de Horacio Rodríguez Larreta con sectores de Encuentro Federal, con la intención de recrear interbloques del extinto Juntos por el Cambio en el Congreso. Cualquiera de esas movidas tendrá consecuencias inmediatas en los recintos, al margen de su suerte en las urnas.

El panorama en la UCR se complicó el último martes, cuando el jefe de la bancada, Rodrigo De Loredo, volvió a lograr una tregua para no expulsar a los cinco diputados que ayudaron a Milei a vetar la reforma previsional y la ley de presupuesto universitario.

Facundo Manes - Diputados - Sesión veto a universidades
Facundo Manes, diputado del bloque UCR.

Facundo Manes, diputado del bloque UCR.

Ninguno de los radicales violetas fue invitado a debatir su futuro. Hay cuatro que tenían el boleto picado: Martín Arjol, Mariano Campero, Luis Picat y Federico Tournier. Pablo Cervi se abstuvo en la votación por universidades y se aseguró una vida más.

Julio Cobos, referente de los outsiders-moderados del bloque UCR, propuso darle una nueva oportunidad al cuarteto violeta si firma un compromiso de no volver a desmarcarse. El mendocino tuvo apoyo del ala dialoguista que dejó en minoría a los rebeldes, con origen en dos sectores que ya juegan en equipo: Evolución, la línea de Martín Lousteau; y Facundo Manes, quien casi no aparece por su despacho, pero sostiene aspiraciones presidenciales.

La ruptura de la UCR

Manes y Lousteau suman diez diputados, con chances de alcanzar 13 de los 33 que tiene la UCR. El martes pegarían oficialmente el portazo cuando, como anticipó Letra P, los violetas pidan firmar un compromiso edulcorado para continuar en la bancada.

El jueves por la noche, luego de que trascendiera la contrapropuesta de los radicales liberales, volvió a estallar el grupo de WhatsApp del radicalismo, porque hay varios moderados que no la aceptan. De Loredo hace equilibrio y mira encuestas que le llegan.

El principal dato que se repite: el votante radical alejado del Gran Buenos Aires pide que al Gobierno le vaya bien y no tolera relaciones carnales con el kirchnerismo. Romper con los violetas puede restar.

Los radicales rebeldes tienen otra lectura: sostienen que la figura de Milei empezará a caer y en 2027 se impondrá quien llegue preparado para competir, tal como ocurrió con el propio libertario el año pasado al enfrentar al peronismo.

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Manes se quedó con la sangre en el ojo porque el partido no apoyó su gesta presidencial y fue detrás de Rodríguez Larreta, que obtuvo apenas diez puntos en una interna. Su séquito de diputados lo protege de no entrar en el barro legislativo y lo promueve para buscar la reelección el año próximo e instalarse en la pelea por competir con Milei.

El neurólogo se asoció a Lousteau en la interna bonaerense: perdió, pero sigue siendo la figura más competitiva del partido en ese distrito. Comparte asesores con el oficialismo cordobés, que tiene al gobernador Martín Llaryora en el territorio y a su antecesor Juan Schiaretti como referente y armador de una tercera vía. Tampoco quieren mostrarse cerca del kirchnerismo: una encuesta que le llegó a Manes le aconseja mantener distancia, al menos por ahora.

Pacto de exdialoguistas

Schiaretti propicia el sello Hacemos como alternativa electoral y ya tiene personería en las cinco provincias necesarias para presentar candidatura presidencial. En el Congreso, Córdoba hace base en el bloque Encuentro Federal, que, con algunas excepciones en los últimos meses, se cuadró como oposición dura.

Molesto por la falta de giros a las cajas previsionales, Llaryora alistó al diputado Ignacio García Aresca a votar contra el Gobierno, junto a la mayoría de EF. Esta bancada propició la derogación del decreto que aumentaba en $100 mil millones los fondos reservados de la SIDE y empujó los fallidos intentos de insistencia de la reforma previsional y la ley de financiamiento universitario. También habilitó el debate para restringir el uso de los DNU, que empezó este miércoles.

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Juan Manuel López, del bloque Coalición Cívica, de Elisa Carrió.

Juan Manuel López, del bloque Coalición Cívica, de Elisa Carrió.

La bancada tiene referentes diversos. La integran socialistas santafesinos, otusiders como los ex-PRO Emilio Monzó y Nicolás Massot; junto a Ricardo López Murphy, Florencio Randazzo y Margarita Stolbizer; y referentes de gobiernos de Entre Ríos y Chubut. Miguel Pichetto oficia de coordinador y empezó a ensayar un discurso crítico que debería parar las antenas en el Gobierno.

Monzó y Massot rompieron filas con Martín Menem en julio, tras un arduo debate por la integración de las comisiones bicamerales. La pelea tiene otro trasfondo: influenciado por Macri, Milei despreció la ayuda de ambos para aprobar leyes y activó en enero a los trolls a castigarlos.

Por estos días, los dos diputados más activos de EF trabajan en ampliar la base crítica de Milei. Este viernes, Monzó y Massot participaron de una recorrida por Suipacha con Larreta y su diputado Álvaro González, convertido en la oveja negra del PRO, junto a Héctor Baldassi.

Nostalgia de Cambiemos

La actividad del exjefe de Gobierno fue el primer paso a un objetivo de máxima: formar un interbloque de Juntos por el Cambio, con los 16 miembros de EF, los seis de la Coalición Cívica (Elisa Carrió es opositora rasa a Milei), la decena de radicales rebeldes, los PRO que quieran romper -caso nadie, por ahora- y los partidos provinciales que se animen a desmarcarse, como el del gobernador ex-PRO Marcelo Orrego (San Juan).

Podrían disputar el lugar de segunda fuerza de la cámara baja y dominar el recinto mediante alianzas tácitas e invisibles con UP. Hasta sobrarían los referentes de EF que tienen los gobernadores Ignacio Torres (Chubut) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos), torneados por Macri.

Esta semana, UP y los exdialoguistas hicieron un pacto en las sombras para aprobar el dictamen de citación a Toto Caputo, quien se resiste a hablar del Presupuesto 2025; y acelerar el debate sobre los límites al DNU. En ambos casos, los radicales cercanos al Gobierno y a los gobernadores no se sumaron. No eran necesarios.

La clave de una alianza anti-Milei no es el fondo sino la forma: exintegrantes de JxC no quieren mostrarse con el kirchnerismo, por temor a represalias de sus electorados. El jefe de UP, Germán Martínez, sabe complacerlos: negocia la letra chica de los textos con los federales mientras la dirime con los suyos. Todavía en simultáneo. Nunca hay fotos de cúpula que alimenten a la Casa Rosada a jugar a la polarización de izquierda y derecha, el relato preferido de los trolls libertarios.

En el Senado, la alianza no dialoguista puede fluye sola y por eso Victoria Villarruel lo tiene cerrado. A los 33 de UP se suman, de mínima, los radicales Lousteau y Pablo Blanco, pero podrían anotarse sus correligionarios Daniel Kroneberger y Flavio Fama. Sólo con ellos, la oposición llega al cuórum.

Un lugar seguro en este esquema es la larretista Guadalupe Tagliaferri. La dupla de rebeldes de Santa Cruz podría ayudar. Otra voz disonante al Gobierno en el Senado la aportará la lilita Alicia Terada, quien reemplazará al radical Víctor Zimmermann, que se mudó al gabinete de Chaco. En UCR quieren judicializar la sucesión para no darle ese gusto.

Milei necesita el peronismo roto

Atento a este escenario, Milei necesita afianzar el tercio de cada cámara y por eso citará el lunes a gobernadores que lo ayudaron a llegar a ese número, como su aliado Osvaldo Jaldo (Tucumán); Hugo Passalacqua (Misiones), Gustavo Sáenz (Salta) y Raúl Jalil (Catamarca). Estos dos últimos sólo colaboraron con ausencias en las sesiones, pero el catamarqueño lo hizo con una diputada que integra el bloque UP, Fernanda Ávila.

Provocar fracturas mayores en UP es la cuenta pendiente de Milei para desplegar su agenda en el Congreso. En los papeles, sólo logró la partida el trío de diputados tucumanos y colaboraciones eventuales de Catamarca, sin sacar los pies del plato.

La interna por la presidencia del PJ no parece cambiar el panorama: como explicó Letra P, los jefes de bancada se alistaron en la nómina de Cristina Fernández de Kirchner y hasta ahora lograron que su disputa con el gobernador Ricardo Quintela (La Rioja) no se mude al Parlamento.

Cristina Fernández de Kirchner y José Mayans
Cristina Fernández de Kirchner y José Mayans.

Cristina Fernández de Kirchner y José Mayans.

En Diputados, la interna del peronismo no activó debates en UP, aunque Máximo Kirchner recibió muchas críticas por enfrentar a Axel Kicillof en el acto de La Plata. En el Senado, cuna de los jefes territoriales, es donde CFK se siente más cómoda: José Mayans, el jefe de UP, es uno de los impulsores de su candidatura y la acompaña como candidato a vice.

En la cámara alta aseguran que el formoseño fue quien la convenció de participar. Intentó sin éxito un acuerdo con Quintela para que se baje y charló con Kicillof para lograr un apoyo explícito a Cristina. No lo consiguió: el gobernador sigue muy enojado con Máximo y está decidido a diferenciarse.

Presupuesto 2025, parada obligada

El debut de la alianza no dialoguista, todavía sin sello ni protocolo, se deja entrever en el debate del Presupuesto 2025, que ya tiene reuniones bilaterales entre los funcionarios de Economía y los bloques que pueden ayudar al cuórum, en el despacho de Menem.

Los secretarios Carlos Guberman (Hacienda) y Pablo Quirno (Finanzas) empezaron a palpar el nuevo escenario. La UCR fue sin representantes rebeldes y aún así pidió varios cambios, como mejoras en los fondos universitarios y garantías para el manejo autónomo de las casas de altos estudios.

Persiste el reclamo de todos los bloques opositores para mejorar las jubilaciones. También se negocia un decreto reglamentario sobre el uso de excedentes presupuestarios. Milei dice que se aplicará para bajar impuestos.

EF fue con los tapones de punta: quieren subas en el presupuesto universitario, las jubilaciones, obras públicas y fondos para las cajas previsionales. La fuente de recursos que propone serán la eliminación de las excepciones fiscales y el recorte de las cajas que controlan Santiago Caputo (que controla la SIDE), Karina Milei (secretaría general) y Guillermo Francos (jefatura de Gabinete). Nada que Milei, por ahora, esté dispuesto a aceptar.

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Victoria Villarruel se reunió con Isabel Martínez de Perón

Victoria Villarruel se reunió con Isabel Martínez de Perón

Esta semana los funcionarios se reunirán con referentes de los partidos provinciales, que en Diputados están agrupados en Innovación Federal, y llevarán reclamos de sus provincias. Varios serán escuchados por Milei el lunes. Sin ellos, el Presidente ni siquiera podrá vetar los artículos del Presupuesto que no le agraden. No tendrá otra opción que tenerlos en cuenta.

Villarruel hace la suya y cierra el Senado

Victoria Villarruel no deja de sorprender con su agenda propia. No tiene diálogo alguno con el Poder Ejecutivo y el Senado, en estas condiciones, está casi cerrado. Ni siquiera pueden avanzar con proyectos aprobados en Diputados que tendrían consenso como el combate al crimen organizado (que tuvo un debate informativo en comisión); y la educación esencial, cajoneada en la comisión de Educación, que preside el Kirchnerista Wado De Pedro. Nadie del oficialismo mete presión para que sea convocada.

La vicepresidenta sorprendió el jueves al inaugurar un busto de María Estela Martínez de Perónen el salón de las provincias, una idea que, para variar, no consultó con nadie del Gobierno, donde no hay figuras interesadas en el revisionismo histórico.

Como explicó Letra P, Villarruel ya no oculta su intención de acercarse al PJ ortodoxo, enfrentado al kirchnerismo. Nunca habla mal de Juan Domingo Perón y hasta desliza alguna crítica implícita al último proceso militar, para no ser acusada de procesista, una etiqueta que le juega en contra. "Yo no festejo el golpe", se la escuchó decir el 24 de marzo.

Puertas adentro del Senado, a la vicepresidenta se le aproxima un problema: la expulsión de supuestos ñoquis que dispuso -luego de instalar un sistema biométrico para el ingreso al palacio- podría judicializarse, porque incluyó en la lista a empleados transitorios nombrados como permanentes el año pasado, pero que acreditan años de trabajo diario en la casa y pueden reclamar por esos derechos. En UP recuerdan que, por proceder igual, el Gobierno de Cambiemos perdió muchos juicios laborales. La situación podría repetirse.

como se gesto la visita de villarruel a isabelita en madrid
Victoria Villarruel con Isabelita en la casa madrileña de la expresidenta. 

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