Mientras el gobernador Martín Llaryora sigue prendiendo velas para que el exgobernador Juan Schiaretti encabece su lista para la Cámara de Diputados, anima a levantar el perfil a aquellas figuras con aspiraciones. Sin embargo, Natalia de la Sota clavó lo tacos para picar el terreno con alfiles de Sergio Massa en Córdoba.
La hija de exgobernador José Manuel de la Sota repite en privado lo que sostiene en público: el cordobesismo es su casa. Sin embargo, en menos de 15 días jugó tres fichas fuertes que, precisamente, no apuntan a generar buenas vibras con el Panal, el asiento del poder provincial.
La primera movida de Natalia de la Sota
Entre el discurso de Llaryora para la apertura del año político y la marcha de repudio a Javier Milei, la diputada eligió lo último. Pegó el faltazo al inicio de las sesiones legislativas que el gobernador encabezó en Deán Funes el 1 de febrero y desde donde proyectó un tono más crítico que el habitual al gobierno libertario.
Pese a que algunas referencias locales dividieron su tiempo para estar en los dos lados, prefirió participar de la Marcha del Orgullo Antifascista que repudió las declaraciones del Presidente en Davos. A 120 kilómetros de distancia de Llaryora, De la Sota posó con dirigencia barrial y con la armadora de Massa, la exlegisladora crítica con el gobierno provincial Tania Kyshakevych.
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Natalia de la Sota participó de la Marcha del Orgullo Antifascista contra Javier Milei. La acompañó la armadora de Sergio Massa en Córdoba, Tania Kyshakevych.
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De la Sota no quiere se funcionaria del gobierno provincial, el premio consuelo si queda afuera de la lista. Llaryora esperará a Schiaretti hasta último momento y, está claro, que la relación de la dirigente no está muy bien con el armador de Hacemos, que desaprueba cualquier tipo de vinculación con el exministro de Economía y excandidato presidencial.
“Va a ser candidata a diputada sí o sí, por afuera del PJ de Córdoba o por adentro”, repiten sus interlocutores del este febrero movido.
La segunda rebeldía con la mira puesta en Javier Milei
De la Sota firmó el pedido de informes que promovió el bloque Encuentro Federal apenas estalló el Libragate que talló la credibilidad presidencial y reactivó a la oposición en el Congreso, en especial a Unión por la Patria, que exige juicio político a Milei. Como contó Letra P, Ignacio García Aresca, Carlos Gutiérrez, Alejandra Torres y Juan Brügge no firmaron el documento.
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Sobre este punto, el cordobesismo estaba especialmente molesto. Sus compañeros de bancada reforzaron con esta acción la postura institucionalista que marcó Alejandra Vigo en su temprano tuit y que más tarde expresaría Llaryora a través del legislador Miguel Siciliano.
Para algunas voces de esa bancada, cualquier movida política encierra en un “práctica kirchnerista”. Todos a la bolsa, incluida la coterránea.
Cierto es que la profesora de música ya dio varias señales de que estará parada en la vereda del frente a La Libertad Avanza. En este punto, no escucha críticas y, por lo visto, no sigue órdenes.
La otra foto en el Festival del Trigo
La movida más reciente -casi en simultáneo con el desmarque del bloque cordobesista en Diputados- ocurrió en la Fiesta Nacional del Trigo que terminó este domingo.
A la ciudad comandada por el cristinista Fabián Fancioni, De la Sota completó el álbum de armadores del massimo en Córdoba de la mano del intendente de Cruz Alta, Agustín González, y su par de San Marcos, Claudia Godoy.
El dirigente es uno de los referentes de Massa en Córdoba y potencial candidato a diputado por el Frente Renovador, que ya avisó que presentará su lista en la provincia. Completará la tercera pata de un peronismo dividido que se expresará con la nómina cordobesista y la que responde a Cristina Fernández de Kirchner con el legislador Federico Alesandri a la cabeza, como todo parece indicar, por ahora.
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Natalia de la Sota junto al intendente massista de Cruz Alta, Agustín González, y su par de Leones, el cristinista Fabián Francioni.
De la Sota no se reunió con Massa, que logró convencer a la tropa propia sobre las conveniencias de haber mantenido un perfil bajo, justo cuando Milei empieza a trastabillar por un exceso de autoconfianza, entre otros motivos menos edulcorados. Sin embargo, la diputada y el excandidato siguen hablando con frecuencia, según testigos directos de esos intercambios todavía virtuales.
En la Fiesta del Trigo, De la Sota fue medida en sus declaraciones, al igual que sus escoltas, pero en su gira festivalera no hubo cruces con los enviados del gobernador. El día y la hora se eligió con esmero en cada una de sus visitas a las fiestas del verano, mientras aumenta la tensión interna.
El massismo cordobés tiene la misma orden: no atacar la gestión de Llaryora, mientras prenden vela con poder abrir la cabeza de la lista con una dirigente que pasa cómoda el piso de los 10 puntos en las encuestas y toca los 18, según muestran los sondeos más optimistas.