Apenas unos minutos después de que se filtrara el borrador con el rechazo de la Corte Suprema al pedido de licencia de Ariel Lijo, en el gobierno de Javier Milei prevaleció primero un completo desconcierto. Pero cuando vieron que una de las tres firmas de la acordada le pertenecía a Manuel García-Mansilla, la confusión mutó a enojo con el flamante cortesano nombrado en comisión por un decreto presidencial.
El texto que circuló con el rechazo a los deseos de Lijo, que buscaba asumir en el máximo tribunal, pero sin renunciar al juzgado federal por temor a que un futuro el Senado rechace su pliego, contenía también las firmas de Horacio Rosatti y de Carlos Rosenkrantz. Brilla por su ausencia Ricardo Lorenzetti, el principal promotor dentro de la Corte de la llegada del magitrado, por su pelea interna con sus pares nombrados bajo la presidencia de Mauricio Macri.
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La acordada de la Corte que rechaza el pedido de licencia de Ariel Lijo, firmada por García-Mansilla.
En la Casa Rosada esperan ver qué hizo el extitular de la Corte, ya que trascendió que tampoco habría estampado su nombre en disidencia. Fuentes oficiales apuntaban contra su entorno por la filtración de la acordada.
Quien quedó en el ojo del huracán libertario fue García-Mansilla. En Balcarce 50 aspiraban a que al menos se abstuviera de votar. El desconcierto es tal en Balcarce 50 que ni se habla de respresalias contra el juez, ni se animan a arriesgar cómo actuará en futuros fallos claves para el Gobierno.
Lo urgente para La Libertad Avanza es el futuro de Lijo. Cerca del magistrado avisaron que no renunciará a su juzgado y, si la Corte no le toma juramento, a Milei sólo le quedará insistir con el tratamiento de su pliego en la cámara alta.
El futuro de Ariel Lijo después del rechazo de Manuel García-Mansilla
El entorno presidencial esperaba que el pedido de licencia fuera un trámite, luego de que la semana pasada los tres cortesanos le tomaran juramento a García-Mansilla, a pesar de que su pliego no tenía ni dictamen de comisión. El catedrático estrenó el traje de supremo en la Asamblea Legislativa, a la que también fue invitado Lijo. El juez evitó estar en el foco de la polémica y no asistió.
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Manuel García-Mansilla, junto a los demás integrantes de la Corte en el 1M.
Milei, según adelantaron a Letra P, insistirá con Lijo. Sucede que ante los múltiples obstáculos con los que se encontró el Gobierno para cubrir las vacantes de la Corte, la cúpula presidencial llegó a tener un plan B.
"Si cae el pliego de Lijo en la sesión, vamos a designar a otro candidato alineado con nuestra ideología", fue un comentario recurrente en la Casa Rosada hace tan sólo unos días. A falta de uno, tenían varios nombres en carpeta. Uno era Ricardo Rojas, un exjuez que el Presidente conoce hace unos diez años; otro, Carlos Laplacette, doctor en derecho constitucional de la UBA que ya había sido evaluado para reemplazar a Rodolfo Barra en la Procuración del Tesoro; y el tercero, Alberto Bianchi, también doctor en derecho en la UBA y exsocio del flamante procurador Santiago Castro Videla.
Por ahora, en la Casa Rosada insisten que seguirán con el plan A de Ariel Lijo.