La ministra sueña con ser vicepresidenta en un segundo mandato de Javier Milei. Seguridad, una mejor vidriera que el Congreso. El guiño de la Casa Rosada.
Patricia Bullrich.
Pese a su extenso currículum, Patricia Bullrich se mueve dentro del ecosistema libertario como si éste siempre hubiera sido su ámbito natural. Maneja el Ministerio de Seguridad con aplomo, se reúne con el triangulo de hierro presidencial de manera regular, mientras sueña con escribir los últimos capítulos de su legado político acompañando a Javier Milei como su vicepresidenta en 2027.
Este proyecto a largo plazo, la hace ponerse en guardia cada vez que la ministra escucha que su nombre es mencionado como posible cabeza de lista en las próximas elecciones. Incluso, en Balcarce 50 la midieron en distintas oportunidades para competir por una banca a senadora por la Ciudad de Buenos Aires y, en los momentos más álgidos de la pelea libertaria con Mauricio Macri, hasta la ponderaron como la mejor espada para frenar al expresidente en la cuna del PRO.
Sin embargo, Bullrich no quiere saber nada con esa idea, confiaron a Letra P cerca suyo. La integrante de - al menos por ahora - una facción minoritaria dentro del partido amarillo cree que ocupar una banca la haría ver deslucida y disuelta en una marea de diputados y senadores de La Libertad Avanza en 2025, sobre todo después de haber ocupado ese lugar dos veces: una en 1993, dentro de una lista encabezada por Erman González y Miguel Ángel Toma, y otra en 2007, gracias a una alianza con su por entonces socia, Elisa Carrió. Por eso, proyecta ganar influencia dentro del gabinete y ocupar a futuro el sillón que ostenta Victoria Villarruel, hoy enfrentada al parecer sin retorno a la cúpula libertaria.
El contexto político actual parece estar del lado de la jefa de los halcones del PRO. En la sede del gobierno nacional reconocen que su nombre es el mejor instalado en el territorio porteño y, además, el que más mide, aunque saben que sumarla a la oferta electoral el próximo año podría ser leído como una declaración de guerra contra Macri. Por estos días, justo el exmandatario reencausó su diálogo con su principal detractor libertario, el todopoderoso asesor presidencial Santiago Caputo, quien hasta aceptó sus recomendaciones para sumar cuadros técnicos en Energía y en Cancillería.
Además, es público el enfrentamiento entre el entorno del Presidente y su compañera de fórmula. Villarruel no sólo no participa de la mayoría de las reuniones de gabinete, sino que tampoco es parte de ninguna de las mesas políticas o de gestión. "Nunca entendió que está donde está gracias a Javier", describió la tensa relación una fuente que conoce bien a ambos.
Por eso la titular de la cartera de Seguridad anhela que el jefe de Estado la sume al binomio presidencial en 2027. Fue el propio Presidente el que abrió, a mediados de agosto en la Bolsa de Comercio de Rosario, el calendario electoral al asegurar que iba a terminar sus primer cuatro años y luego ser reelecto para "poner a la Argentina de pie".
La Casa Rosada está al tanto y hasta se animó a hacerle un guiño. "Es una gran ministra y sería una gran vicepresidenta", comentó a Letra P una fuente inobjetable el mismo día que la recibió en su despacho, con unos 30 minutos de demora. Igual hay dudas si la frase en referencia a Bullrich es parte de un elogio concreto o, por el contrario, un nuevo mensaje político para la expresidenta del Partido Demócrata.
Mientras aguarda que todas esas piezas se acomoden, Bullrich es consciente que el Ministerio de Seguridad es su gran vidriera de gestión. Este jueves lanzó en el Complejo Penitenciario de Ezeiza el programa Manos a la Obra, que implementará el Servicio Penitenciario Federal (SPF) en todo el país con el objetivo de que todos los presos trabajen en las cárceles. "Nosotros conocemos bien nuestra Constitución. Las cárceles tienen que ser sanas y limpias, no para castigos sino para la reinserción", sostuvo la funcionaria, que es escuchada por su propio equipo con un tono más mesurado que el de otros tiempos, quizá porque es consciente que la disrupción esta vez la lidera el Presidente.
No es el único proyecto que la expresidenta del PRO tiene en agenda. De hecho, en una de sus reuniones de gabinete ministerial mencionó que lanzará en los próximos días el Plan 90-10, que hace referencia a estadísticas que indican que el 90X de los homicidios ocurre en el 10% del territorio más densamente poblado del país.
Con estos datos que maneja la ministra, planea intervenir 161 municipios de los 2100 existentes, aunque en una primera etapa de lanzamiento se hará una prueba piloto en diez jurisdicciones: cuatro de la provincia de Buenos Aires, que incluye Moreno y General Pueyrredón; Rosario, ciudad en la que, de todos modos, se continuará con el Plan Bandera; las capitales de Rosario, Córdoba y Mendoza, además de Godoy Cruz. Como complemento también impulsará un Plan Bandera 11 en Aguas Blancas, en el partido salteño de Orán, que limita con Bolivia.