Piera Fernández de Piccoli fue protagonista en la lucha en defensa de las universidades públicas tras el recorte presupuestario del gobierno de Javier Milei. A punto de cerrar su período como presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA), la dirigente radical se prepara para dar pelea en la interna de la UCR de cara a las próximas elecciones legislativas.
Tras su regreso de su Río Cuarto natal y un breve paso por las playas de la costa bonaerense, la referente universitaria habló con Letra P sobre del congreso del 22 de febrero próximo que elegirá a las nuevas autoridades de la FUA y también de su futuro político.
“Terminada mi gestión en la FUA, voy a estar discutiendo al interior del radicalismo. Si eso implica una candidatura o no es lo final y no es una decisión individual”, asegura Fernández, egresada de la carrera de Ciencias Políticas por la Universidad Nacional de Río Cuarto con una tesis sobre empresas públicas que entregó en 2024, en medio de manifestaciones y jornadas de reclamos.
Cercana al armado del vicerrector de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y dirigente de la Unión Cívica Radical Emiliano Yacobitti, la joven de 27 años es crítica de otro cordobés del radicalismo: Rodrigo de Loredo. Fernández consideró que la cercanía del diputado con La Libertad Avanza no es compatible con la historia del partido y adelantó que dará el debate interno por el futuro de esta fuerza política.
-¿Qué balance hacés de tu período al frente de la FUA?
-Lo urgente fue tapando varias cuestiones que teníamos para trabajar como FUA, pero al mismo tiempo hubo una novedad: el protagonismo de la universidad pública.
La lucha por las universidades públicas
-¿Fue un proceso impulsado por las autoridades y los estudiantes se sumaron después?
-Insisto con historizar. En 2018 hubo un conflicto que tuvo como protagonistas a los estudiantes y tuvo sus complejidades al interior de distintas universidades porque se generó mucha grieta. Eso fue marcando cómo se iban a dar los debates en la universidad o cómo caracterizar la participación estudiantil. Después vino el proceso de la pandemia que nos desarticuló a todos y nos trasladó a una militancia digital y muy administrativa, de poca discusión y movilización política.
En la Gran Marcha Nacional Universitaria del 23 de abril, los estudiantes fueron un actor social. También pasó que en octubre. Apenas esa agenda de actividades comenzó, se sostuvo todo el año porque hubo clases públicas, festivales artísticos, muestras...
-¿Hubo menor cantidad de estudiantes?
-Notamos que no hubo una baja en la matrícula de la inscripción, tampoco la está habiendo este año; pero en las aulas faltaban estudiantes. Hay un proceso histórico que indica que en el inicio de la carrera suele haber deserción. Este año se notó el impacto de la crisis en la permanencia en la universidad.
universidades.jpg
La Iglesia criticó el veto presidencial al financiamiento de las universidades públicas
NA
Hubo una decisión política de desfinanciar las Becas Progresar. Se hizo el anuncio de un aumento del 50% en julio de 2024 y recién se cobró por primera vez en noviembre. Son becas de 35 mil pesos que se cobra todos los meses con una retención de un 20%, o sea que queda en 28 mil pesos y cuando llegás a diciembre y demostrás tu rendimiento, se paga todo lo acumulado. Con el aumento del transporte, por ejemplo, en algunos lugares del país, la beca no llega a cubrir dos semanas de viáticos. Otro de los puntos fue el incremento de los servicios y la cuestión de alquileres.
Una posible candidatura legislativa
-¿Pensás en la posibilidad de ser candidata y participar en algún distrito?
-Son procesos de discusiones muy colectivas. No lo tomo como una cuestión individual, tampoco lo tengo muy claro. Actualmente, en lo concreto, no. Voy a visibilizar legisladores y legisladoras que tengan una mirada realmente reivindicativa de la universidad pública con coherencia.
-¿Qué lectura hacés de la actitud de De Loredo?
-Me siento totalmente distanciada de la lectura que está haciendo de la realidad, no la comparto. La entiendo sólo desde una lectura electoral, de lo que está pasando en Córdoba. Formo parte de la UCR, actualmente me toca estar en un lugar institucional en la FUA y trato de diferenciar mi militancia universitaria y ser una voz representativa de todos los sectores universitarios.
-¿Tu espacio de discusión más cercano es el radicalismo de Córdoba?
-Sí, vengo de ahí, de la militancia en Río Cuarto. Empecé con la Juventud Radical antes de entrar a la Franja. Vamos hacia una convención nacional en la que vamos a discutir qué es lo qué va a hacer el partido este año. Hay dos posturas muy marcadas sobre cuál tiene que ser el rol de la UCR.
piera fernández.jpg
Piera Fernández y la defensa de las universidades públicas
Creo que un partido que tiene una trayectoria en torno a la defensa de la educación pública con la reforma universitaria, (Arturo) Illia con el mayor presupuesto educativo de la historia y (Raúl) Alfonsín con el Congreso Pedagógico Nacional. Las decisiones que el gobierno libertario está tomando no tiene nada que ver esto.
Terminada mi gestión en la FUA, voy a estar discutiendo esto al interior del radicalismo. Si eso implica una candidatura o no es lo final y no es una decisión individual.
La agenda universitaria
-¿Qué desafíos tiene la comunidad universitaria?
-El año tiene por delante la reconducción del presupuesto, ya vamos hacia un escenario de incertidumbre y la resolución 10/25 con la eliminación de programas del ex Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación con afectación a investigaciones sobre ciencias sociales, humanidades, cultura. No creo que el gobierno vaya a planchar la situación por el año electoral.
Las estrategias tienen que ser múltiples, porque es una batalla que no estamos en condiciones de perder. Si no hubiésemos hecho nada, la situación sería mucho peor. La universidad pública en 2024 vivió un ajuste histórico, sin antecedentes, pero se mantuvo de pie gracias a que se organizó.
Sin la marcha del 23 de abril no había aumento de los gastos de funcionamiento. Sin Ley de Financiamiento Universitario no había garantía salarial para docentes y no docentes. Sin clases públicas no hubiéramos discutido las Becas Progresar. Al mismo tiempo, la universidad se ha tenido que defender de una campaña de desprestigio. Hay que sostener la unidad del sistema y su solidaridad. Con estrategias sectoriales, perdemos.