El gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, elogió hasta el cansancio a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en la inauguración de la base de Prefectura Naval de Embalse. Fotos, sonrisas y abrazos marcaron este lunes, un feriado cargado de estrategia política.
Llaryora y Bullrich ganan con esta sociedad que se vende bajo el prisma de la gestión coordinada, pero que avanza en “ordenar” el tablero mediterráneo. La primera víctima es Mauricio Macri; la segunda, el senador Luis Juez.
La inseguridad y el narcotráfico son temas que preocupan a la ciudadanía y es la principal factura pendiente de los 25 años del cordobesismo. También contribuye a un objetivo electoral que responde a las particularidades del terreno.
Llaryora quiere ubicarse como la segunda fuerza en la provincia en las elecciones legislativas de 2025. Para esto, un escenario de tres o cuatro fuerzas se presenta ideal. Juntos por el Cambio, que todavía resiste en el bastión, debería atomizarse o quedar fuera la taquillera oferta libertaria.
Patricia Bullrich, la jugadora clave del cordobesismo
Bullrich es una jugadora elemental para el plan del oficialismo local, una suerte de reemplazante de esa relación carnal que mantuvo el PRO de Macri con el entonces gobernador Schiaretti y que el propio Llaryora profundizó al jerarquizar a los expresidentes locales del partido amarillo en la conducción de la ciudad o en carteras estratégicas. Funcionalidad fue el reproche del pasado y seguramente el que vendrá.
Embed - Llaryora y Bullrich elogiaron el trabajo conjunto en el combate contra la delincuencia
Macri eligió replantear la nueva identidad del partido lejos del cordobesismo con el que jugó a cara descubierta. Hizo lo que nunca antes, pese los consabidos pedidos de los aliados cordobeses. Se metió con el Modelo Córdoba, la vaca sagrada de peronismo que gobierna la provincia, y ordenó a la versión autóctona de la Fundación Pensar que le cuente las costillas a la gestión de Llaryora.
Bullrich lo contradice con hechos concretos de gestión, con visitas mensuales y elogios repartidos con Llaryora, que logra su cometido de agitar las inseguridades de la oposición local.
La reacción de Luis Juez
Bullrich concentra buenos niveles de imagen pública en la provincia. El coqueteo que empezó como una alianza de socorros mutuos entre la excandidata presidencial y el ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros, escaló. Llaryora avanza en su plan de licuar al PRO.
La estrategia hizo explotar al titular del Frente Cívico, que quiere ser el jefe de la campaña libertaria en el distrito y acaba de avisar a su partido que trabajará para las fuerzas del cielo en 2025. Juez viró el ataque inicial a su examigo Quinteros -que colgó el traje de opositor- hacia la ministra estrella de Javier Milei.
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Martín Llaryora y Patricia Bullrich participaron de la instalación de la Prefectura Naval en el lago de Embalse.
Básicamente, dijo que la pompa de este lunes huele a humo. “Me invitaron, pero ¿qué voy a hacer?, ¿me voy a poner el patito, como un boludo, y me voy a ir al agua? ¡Prefectura Naval a Embalse! Tengo cara de pelotudo, pero la uso en beneficio propio. Traenos los gendarmes para la frontera este con Santa Fe, para la frontera norte por donde entra la droga. Tráeme la Federal. Es todo marketing y yo no me prendo de esas cosas”, dijo el senador a radio Punto a Punto.
Juez criticó la gestión libertaria: dio un paso jugado, que podría ser tropezón en su búsqueda de conseguir los avales libertarios para pelear la gobernación en 2027.
Rodrigo de Loredo, aliado de Macri a nivel nacional, eligió el silencio. No va a hacer nada que empioje el objetivo de lograr un ensamble con Milei para el año que viene, a pesar de que Llaryora ya mueve las fichas para forzar reacomodamientos.
Bullrich tuvo que contestar. “Confunde la política con lo institucional”, dijo. Cierto es que nadie ignora en este punto del mapa que “la Piba” está jugando a la política chica. Cuenta con el apoyo del presidente de LLA en Córdoba, Gabriel Bornoroni, que no quiere saber nada con Juez en el esquema 2025.
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Luis Juez cargó contra la instalación de la Prefectura Naval en Córdoba. "Es marketing", dijo.
La apuesta de Bullrich es lograr colar en la lista a su ladera, Laura Rodríguez Machado, que logró tejer un buen vínculo con el diputado estacionero, depositario de la confianza de Karina Milei. El resto, parece de palo.
Macri, por ahora, es un dirigente que come milanesas con el Presidente, según la descripción del vocero Manuel Adorni. A Juez, por más que le pese, también le cabe ese calificativo.
Un negocio que asoma redondo en Córdoba
Bullrich, como socia inicial de Milei, quiere asegurarse un lugar en la lista cordobesa para que Rodríguez Machado revalide su estadía en la Cámara de Diputados. La puja es directa con Macri, que no descartó una alianza con el Presidente, atendiendo a las particularidades de cada distrito.
Milei concentra altísimos niveles de adhesión, mientras Llaryora se recupera con una mixtura opoficialista. Una alianza entre LLA y JxC directa presentaría un escenario muy complejo para el cordobesismo. Una tercera lista o más desprendimientos habilitarían una chance más de juego para el oficialismo provincial.
Más allá de estas especulaciones, Llaryora encontró en Bullrich la llave para incomodar a Juez y demostró que la transversalidad será su mayor estrategia. Este lunes logró que el senador tirara un dardo a la gestión libertaria, pocas horas antes del desembarco de Karina Milei para el primer acto oficial de LLA en Córdoba, previsto para este viernes, en Studio Teatro.