El Congreso reabrirá la semana próxima para tratar el temario de extraordinarias, pero en marzo Javier Milei no podrá evitar que la oposición retome el debate del Presupuesto 2025, que en noviembre el Presidente decidió cajonear. La UCR se anticipó a la discusión y le propuso a La Libertad Avanza sancionar el proyecto sin modificaciones.
Ese fue el planteo del jefe de bloque de Diputados radicales, Rodrigo De Loredo, en la reunión que tuvo con Guillermo Francos. También participó Cristian Ritondo, del PRO, quien no emitió opinión, pese a que su bloque, en un comunicado, había acusado a Milei de autoritario por no incluir el Presupuesto 2025 en el temario de extraordinarias. Aunque ya pasó una semana de aquel encuentro, el jefe de Gabinete aún no le respondió a De Loredo, pero comentó su propuesta al día siguiente, en la reunión que tuvo con las autoridades de bloque del Senado.
El cordobés había definido la oferta con su bancada e intentará sumar aliados en marzo, cuando en la cámara baja vuelva el tratamiento del presupuesto 2025. El trámite para retomar el debate es sencillo: alcanza con que la oposición reúna una mayoría en el recinto y emplace a la Comisión de Presupuesto a reiniciar la discusión.
Milei no definió una estrategia para ese momento, pero en la oposición dialoguista creen que su idea es continuar sin Presupuesto sancionado, para funcionar con la prórroga del ejecutado en 2023 y repartir discrecionalmente 35 billones de pesos, cerca del 30% del gasto público.
Será el monto que recaudará por encima de las previsiones de hace casi tres años, porque en este tiempo hubo más de 300% de inflación. Si el presupuesto 2025 es aprobado sin cambios, de mínima, el Presidente recursos para manejar a gusto.
El Presupuesto con ajuste
La propuesta del bloque radical fue rápidamente desechada por Unión por la Patria y Encuentro Federal, las fuerzas que más pidieron modificaciones durante el debate en comisiones del Presupuesto de Milei, que para muchos jefes legislativos fue una farsa, porque en la Rosada nunca querían que el proyecto llegue el recinto.
Si eso ocurría, el peronismo se inclinaba por el rechazo -aunque habuay gobernadores dispuestos a acompañar-, mientras que la variopinta bancada coordinada por Miguel Pichetto propuso una lista de modificaciones que no fue tenida en cuenta.
Milei tampoco consideró las cinco propuestas elaborada por los gobernadores con origen en Juntos por el Cambio: la incorporación de obras públicas ya convenidas, el aumento de los fondos para cajas previsionales de las provincias, el pago de deudas por el pacto fiscal 2017 y el giro a la masa coparticipable del impuesto a los combustibles y del porcentaje (1,9%) que se destina a la AFIP.
Eran reclamos conservadores, porque el Gobierno tendría que cumplir tarde o temprano con ellos. Pero el Presidente prefirió no tenerlos en cuenta, quedarse sin Presupuesto y prorrogar el vigente, sancionado dos años y con los valores desactualizados.
Tal vez la prueba principal de que esa era la intención de Milei, fue que tampoco incorporó el Presupuesto al temario de extraordinarias y dejó la discusión para marzo, cuando la agenda del Congreso ya no estará en sus manos.
En el radicalismo no creen que la propuesta que le acercaron a Francos pueda sentar jurisprudencia legislativa y permitirle a Milei planificar que todos sus presupuestos se aprobarán a libro cerrado.
“Por el contrario, lo que vamos a hacer es transferir el costo a Milei de manejar el gasto discrecional, porque si no es esa si intención debería avanzar con nuestra propuesta”, explican en la UCR.
Las alternativas
Sin respaldo del resto de la oposición dialoguista, la UCR no tendría mayoría para sancionar el Presupuesto sin tocar una coma y un eventual tratamiento del proyecto terminaría con un texto modificado. Si luego fuera sancionado en el Senado, Milei lo anularía con un veto.
En ese caso, su decisión también debería ser sometida al recinto de Diputados, donde el Gobierno ya mostró capacidad de conseguir un tercio para sostener los vetos, con aporte del PRO y de los seis radicales violetas.
Claro que, llegada esa instancia, Mauricio Macri tendría otra oportunidad de pedir condiciones para una eventual alianza electoral. De hecho, en el PRO adjudican al exjefe de Estado haber promovido el comunicado que acusó de autoritario a Milei por no incluir el Presupuesto en extraordinarias. Cuando el bloque se reunió una semana después, por zoom, evitó pronunciarse contra el Gobierno.
En el radicalismo creen que el PRO está dividido. Identifican un grupo que quiere ir al choque con Milei y exigirle el Presupuesto; y otro que prefiere hacer la vista gorda para que el Presidente gobierne con la prórroga, que es su deseo.
La otra llave de la negociación son los gobernadores de todas las fuerzas políticas, que tampoco alzaron la voz indignados cuando quedó cajoneada la ley de leyes. Se conformaron con negociaciones bilaterales en la Rosada, que por ahora no han rendido frutos. En marzo, podrán presionar en los recintos.