Insistirá con los proyectos caídos en desgracia. Culpa a la oposición y a Santiago Caputo. Silla en la Corte y trío negociador. Febrero, una luz en el túnel.
Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires.
Axel Kicillof, con intendentes en la gobernación.
Axel Kicillof retomará el martes las conversaciones con la oposición para tratar de reencausar la negociación por el Presupuesto 2025, la ley fiscal y el endeudamiento. A pesar de la cita, ni en la gobernación ni en los despachos de la Legislatura bonaerense le auguran una salida al laberinto la próxima semana.
Como todavía está fresco el recuerdo del fallido intento de llegar a un acuerdo en la Cámara de Diputados al cierre del año, Kicillof ya ordenó a sus ministros prorrogar las partidas presupuestarias 2024 para que la provincia siga funcionando. El mandatario cree que, en el fondo de las idas y venidas en la Legislatura, hubo una "decisión política" opositora de condicionar a su gobierno, al dejarlo no sólo sin Presupuesto sino también sin poder tomar deuda para cumplir con un cronograma de vencimientos exigente. A su entorno le asegura que la discusión estrictamente económica y financiera no fue lo que determinó el fracaso de las charlas.
"La oposición logró el objetivo que se había propuesto. Vamos a volver a dialogar la semana que viene, pero creemos que nada cambiará demasiado, salvo que les agarre un ataque de institucionalidad en diez días", chicanean en los albores del nuevo año en los despachos políticos pegados al del Gobernador.
Por estas horas, Kicillof repite en privado la acusación que lanzó poco después de que la Legislatura le bajara la persiana a los proyectos de ley que giró a las cámaras. Detrás de la movida estuvo la Casa Rosada. "Javier Milei tiene una particular saña en fundir a la provincia", denunció el gobernador, que además repite que no se va a prestar a "ninguna extorsión".
La referencia de Kicillof apunta a uno de los planteos que, sostienen en calle 6, pusieron sobre la mesa los negociadores de La Libertad Avanza (LLA), con Agustín Romo a la cabeza: reclamaban un compromiso para ubicar un candidato libertario en la cobertura de vacantes de jueces en la Suprema Corte de Justicia bonaerense.
"Aceptamos que la discusión del Presupuesto y el endeudamiento pueda incluir un debate por algunos cargos que están pidiendo desde distintos sectores. Todo menos la Corte", ponen un límite en el oficialismo bonaerense para el toma y daca.
En el kicillofismo no tienen dudas y sospechan del asesor presidencial estrella Santiago Caputo como autor intelectual de la idea. El consultor ya tiene un pie en el Ministerio de Justicia con Sebastián Amerio, el número dos de Mariano Cúneo Libarona y, según el senador Francisco Paoltroni, es el principal impulsor en la Casa Rosada de Ariel Lijo para el máximo tribunal.
Sin diálogo desde el viernes de la semana pasada, en la gobernación se preparan para asistir a la mesa de diálogo convocada para el martes en Diputados sin demasiada expectativa. El ámbito fue propuesto por el nuevo presidente del cuerpo, el massista Alexis Guerrera, y algunos de los invitados lo ven como un intento del hombre del Frente Renovador de poder colgarse la medalla de un acuerdo que hoy parece muy lejano.
Cerca de Kicillof aseguran que cumplirán con los pedidos de la oposición, al enviar a la mesa a los ministros Pablo López (Economía) y Gabriel Katopodis (Infraestructura, quien estuvo muy activo en las negociaciones) y a la secretaria general, Agustina Vila. Y pone a disposición al resto del gabinete para ir a conversar con los distintos bloques.
La estrategia oficialista será poner nuevamente sobre la mesa el mismo proyecto que terminó discutiéndose la semana pasada sin cambiar una coma: Kicillof "apuesta a todo o nada", es decir, exigiendo que se apruebe la autorización de endeudamiento junto al Presupuesto y la ley fiscal. En la gobernación visualizan un posible horizonte de acuerdo recién en las sesiones extraordinarias de febrero.
Entre los bloques opositores replican con la misma carencia de expectativas, pero por motivos muy distintos a los que esgrimen en el Ejecutivo. Entre la tropa libertaria, la del PRO y en otras bancadas repiten que el Presupuesto bonaerense fracasó por rencillas internas en el peronismo y los cortocircuitos entre Kicillof y La Cámpora de Máximo Kirchner.
"Axel, el Presupuesto no te lo aprobaron tus jefes de La Cámpora. No te hagas (o seas) el zonzo. Vas a renunciar a desdoblar las elecciones y vas a terminar sometido como Scioli y Alberto Fernández, o sea, mal", escribió el fin de semana en sus redes sociales el senador Joaquín de la Torre.
La frase de De La Torre se repite, palabras más, palabras menos, en el resto de despachos opositores. Según acusan, el Presupuesto y el endeudamiento terminaron en desgracia porque el kirchnerismo comandó las negociaciones en la Legislatura con una estrategia distinta a la desplegada por la Gobernación, por lo que cuando las partes se sentaron a cerrar los acuerdos, todo terminó estallando por los aires.
Quienes siguieron de cerca la rosca de la semana pasada en la Cámara de Diputados apuntan al rol del jefe del bloque de UP, el camporista Facundo Tignanelli. En la gobernación, igual, se esfuerzan por despejar rumores de internas. "Es un argumento berreta de la oposición para justificar lo que hicieron", responden.