Ravier se quedó con las ganas de ser candidato en 2023, porque La Libertad Avanza llegó a las elecciones floja de papeles. Parecía que la segunda iba a ser la vencida, pero fue el propio docente el que en los últimos días buscó bajarse antes de que lo suban de una. “No soy candidato”, dijo y se sacó el sayo durante la semana en que el Libragate arreciaba sobre el Gobierno.
No hay mejor demostración de que las cosas pueden cambiar que repasar lo que Milei pensaba de Ravier. Cuando guerreaban en las redes por cuestiones económicas lo definió como “imbécil total”, “idiota”, “chanta” y “pésimo economista”. Hoy es el elegido y por eso no está dicha la última palabra. La Casa Rosada mete presión para que Ravier encabece la boleta y el economista se pone en escudero del mandatario. Niega que el presidente sea un fascista o un estafador. A la vez, sufre cuando observa la interna cachivache que protagoniza la dirigencia local de LLA.
El número 2 de la fundación de Agustín Laje
Ravier era un fanático de la escuela austríaca, con perfil académico y profesor de la carrera de Contador Público, pero decidió meterse a fondo en el barro y ahora es el número 2 de la Fundación Faro, que Laje agita como el think thank libertario. Su cargo es el de director académico.
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Agustín Laje, de la Fundación Faro, junto a Mauricio Novelli, personaje clave en la trama de la criptoestafa.
En el último tiempo las balas empezaron a picar cerca y la organización que baja línea ultraconservadora y ultraderechista quedó en el centro de la escena en el Libragate, ya no por cuestiones ideológicas, sino en relación al desvío de fondos para la campaña. El abogado Gregorio Dalbón aseveró que la fundación facilitó cuentas en el exterior para canalizar ganancias ilícitas.
Aprovechando su acceso a medios de comunicación, Ravier se encarga de bajar línea en defensa de Milei. En las últimas semanas acumuló trabajo intenso, tuvo que armar argumentos para protegerlo de las acusaciones de “fascismo” después del discurso de Davos y de las denuncias por la estafa de $Libra. Insistió con la teoría de que el presidente tiene “derecho constitucional a opinar libremente”.
La amistad de Laje con Mauricio Novelli, personaje clave en la trama de la maniobra con criptomonedas en la que está involucrado el Presidente, es uno de los datos que oscurece el funcionamiento de la fundación que lanzó Santiago Caputo.
Javier Milei cuando pensaba que Ravier era un chanta
Ravier tiene 47 años y se licenció en Economía en la pública Universidad de Buenos Aires. Logró un doctorado en Madrid y tiene varios libros publicados.
Ahora, entre otras tareas académicas, es titular de la Cátedra Introducción a la Economía en la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam). El rector de la UNLPam es Oscar Alpa, que fue secretario nacional de Políticas Universitarias en el gobierno de Alberto Fernández y hoy es vicepresidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN).
El nuevo libertario, que prefiere decirse liberal, llegó a La Pampa hace diez años. Supo estar al frente del Observatorio de Economía de la UNLPam y hoy pretende la cátedra de Macroeconomía, de la que se dice especialista.
En los ámbitos a su alcance, Ravier milita con denuedo las cifras macroeconómicas con las que el gobierno nacional pretende dar buenas noticias. En sus análisis, llegó a considerar falsos los datos que dan cuenta de un aumento en la pobreza.
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Semejantes coincidencias económicas con el Presidente parecían imposibles cuando en 2020 Ravier y Milei se trenzaban en disputas tuiteras. En ese momento, el entonces panelista que todavía no había llegado a la Cámara de Diputados le dedicó inolvidables maltratos. “Siempre sostuve que Ravier era un imbécil total. Además es un chanta que habla de Keynes sin leerlo (aún guardo sus tweets que lo prueban) y un pésimo economista que se la pasó pifiando todo. Al margen de pasarse de oficialista de (Mauricio) Macri. Ahora el idiota se volvió a superar”, supo decir.
Y agregó: “El chanta de Ravier habla de su tesis (…) Sin embargo sus burradas no se terminan ahí. Su exposición muestra que no sabe (…) En definitiva su presentación es para cagarse de risa varios días seguidos”.
Una cara para La Libertad Avanza
En las últimas semanas fue tomando forma la posibilidad de que Ravier se volviera a poner el traje de candidato a diputado. La Casa Rosada tendió puentes con el ala de LLA liderada por Juan Pablo Patterer, el delegado de Karina Milei y Lule Menem. Bajó muy clara esa línea: Ravier como el preferido de Milei.
Con todo, el economista no está seguro de poner la cara. Los últimos ruidos políticos lo volvieron a poner en duda. A la defensiva por las revelaciones de las maniobras de la Fundación Faro en la ciberestafa, Ravier salió a definirse como "un librepensador". Con ese argumento, trata de despegarse. “No soy candidato, rechacé candidaturas para tratar de mantenerme en el mundo de las ideas”, afirmó.
En realidad, en 2023 sí aceptó ser candidato, pero recién cuando le demostraron que tenía posibilidades reales de competir. Antes, esquivó la rosca y la exposición pública. Cuando aceptó la postulación, ya era tarde: LLA no pudo armarse de la documentación necesaria para participar de la elección.
Antes había saludado en las redes sociales la propuesta libertaria y se había comprometido a "poner un granito de arena en el debate público". "Espero que la gente finalmente apoye un cambio de rumbo real”, dijo.
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Si ahora, en medio de la mugre del Libragate prefiere negarse a ser candidato, tiene una base ideológica que lo justifica. Por algo lo acompaña siempre una máxima de uno de los teóricos franceses del liberalismo, Frédéric Bastiat: “Soy de los que piensan que la capacidad de elección y el impulso deben venir de abajo, no de arriba, y de los ciudadanos, no del legislador”.